Ayato x Yui

ya estoy dentro del juego

Habían pasado algunos días desde aquella platica con la pelinegra. Cuando la vio por primera vez pensaba que ella no sabría nada sobre aquel extraño juego. Pero con aquella charla en la fría noche se dio cuenta que si sabía, que si era peligrosa.

No volvieron a retomar el tema, era mejor no hacerlo. Y creía que la pelinegra pensaba lo mismo, más equivocada no podía estar.

Era un bonito día, un sábado, el cielo estaba despejado y el sol estaba muy brillante. Un hermoso día en el cual la rubia planeaba pasar con Ayato, pero los chicos querían que alguien le enseñara la casa a la pelinegra pues no querían que se perdiera y entrara en habitaciones no autorizadas como lo hizo Yui al llegar.

Obviamente los chicos no querían hacerlo así que se volvió el trabajo de la rubia.

había un silencio incomodo, o al menos lo era para la de pelo corto.

Tampoco habían hablado, técnicamente podría decirse que no se habían dirigido la palabra si no fuera porque se decían cosas por respeto, como saludos, despedidas, disculpas. Todo para no enojar al de lentes.

-Akira- le llamo así interrumpiendo el sofocante silencio.

- que quieres, Eva? – dijo con completo desagrado. Yui se sobresaltó, no solo por el tono que usaba, si no porque la llamara de ese modo. Akira se dio cuenta de su reacción así que le sonrió con burla- que sucede, Eva? ¿No te gusta que te llame así? - la rubia frunció el ceño, sabia perfectamente que la estaba molestando, no podía dejarse llevar por ese tipo de persona.

-realmente te agradecería que no me llamases así – dijo respetuosa pero firmemente, no podía dejarse llevar. Por el contrario, la pelinegra sentía grandeza al ver lo fácil podía manipular sus sentimientos.

-Eva, tu puedes llamarme Lilith- la rubia miro al suelo. Si la llamaba por ese nombre estarían aceptando sus roles, aceptando el juego.

-Akira-

-Lilith, llámame, Lilith- la miro con superioridad haciendo que Yui frunciera el ceño, Realmente le molestaba como la miraba.

-Akira, estoy segura de que sabes las reglas, llamarnos así entre nosotras seria como aceptarlo- Akira le sonrió.

-yo ya acepté, Yui- se acercó amenazadoramente haciendo que la rubia retrocediera- y aunque quiera declinar ya es demasiado tarde, ya bebieron de mi- cuando la acorralo la miro con desagrado- a pesar de que tu estuviste más tiempo aquí pareciera que no sabes la reglas-

- no las se todas, pero sé que hay que elegir- Yui a veces podía ser sumisa con los chicos, pero no sería así con ella. No se dejaría intimidar. Empujo a la contraria así escapando del rincón donde la tenia

-mira nada más te estas revelando-

-mira Akira, no me dejare intimidar por ti, y tampoco dejare que elijas a ayato- la más alta sonrió. Realmente no esperaba esa reacción por su parte, todo le parecía tan divertido. Después de todo era un juego. En el cual ella se negaba a perder.

-Eva te digo algo, las reglas son confusas y a veces se contradicen entre si pero... hay una clara regla que te quiero recordar- Akira se volvió a acercar a Yui; la cual quiso alejarla pero se quedo quieta al escuchar sus palabras- no importa a quien elijas, puedes ser tu a la que le den las opciones, puedes ser tu la que diga quien te gusta, pero ten en cuenta que él también tiene que aceptar- dicho esto se alejo de la rubia, en su rostro tenia una gran sonrisa la cual hizo que Yui temblara. - ya me enseñaste suficiente la casa, seguimos otro día- se empezó a alejar así dejándola sin palabras, otra vez.