Es una noche muy oscura...
En un horrible callejón, tan pútrido que del solo estar ahí generaba nauseas, y si te fijabas a más detalle se podían ver algunas ratas muertas siendo comidas por otras, sin duda un lugar muy horrible
—Deja de hacerte el duro, dime donde está tu grupo —Dijo nuestro peli verde favorito acorralando a un joven de 22 años, este es un gran distribuidor de droga en toda la ciudad de Musutafu —HABLA!
El tipo acorralado no decía nada, pero en su rostro se reflejaba terror, sudaba a mares, su mirada temblaba a más no poder, al igual que sus manos, así estuvo un par de minutos
Pero ocurrió algo raro...
En esos minutos poco a poco el chico de 22 años se empezó a calmar, su respiración se volvió más constante, el sudor empezó a desaparecer, y sus temblores de la misma manera, hasta que poco a poco su mirada cambio
Ahora parecía una persona decidida...
Hasta que pudo levantar la mirada y observar a nuestro protagonista, pasó un par de segundos y soltó el que parecía ser el suspiro más pesado de su vida
—Mis compañeros y yo nos reunimos en el estadio abandonado de XXXXXXX, somos unos 70—dijo sin siquiera tartamudear, pero eso no le importo al pecoso —Adiós
Sin esperar más Izuku soltó una patada mortal dirigida a la cabeza el tipo, pero centímetros antes de matarlo...
Este distribuidor soltó una pequeña sonrisa, casi imperceptible
La cabeza del muerto fue arrancada por la patada y reboto con la pared para luego caer al suelo
—Qué extraño... —Dijo Izuku contemplando al fallecido, para luego empezar a retirarse del lugar
No paso ni un minuto cuando las ratas se empezaron a comer el rostro del tipo muerto...
Es el día siguiente a las 8 p.m
Como ya era costumbre, el grupo de Izuku estaba reunido en su centro, sentados cada uno en la mesa redonda que estaba en medio de todo el salón, el primero en hablar fue el peli verde
—Ayer descubrí un nuevo centro de reuniones —Dijo secamente el pecoso hacia sus compañeros —Es un estadio abandonado en XXXXXXX, vamos a ir esta noche
Ninguno de los presentes tuvo alguna queja, hablaron de otros temas y ahora se disponían a levantarse y empezar a prepararse
—Tu no Omoi —Dijo Izuku hacia la menor del grupo, quien volteo muy extrañada —Porque yo no? Si ya he ido en los 5 últimos ataques, puedo hacerlo
