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ADVERTENCIA! Antes de continuar leyendo debes tener en cuenta los siguientes 'tags' que a lo largo de la historia se van a ir agregando más.

## Park Jimin | BTS, Gangs, Droga, Armas, Crimen, Angst, Sangre, Peleas, Jimin No Es Bueno Con Los Sentimientos, Slow burn, De odio al amor, Muerte De Personajes No Principales, Jaebeom | GOT7

— Park Jimin. —Sonrió al ver entrar al chico de cabello negro y sentarse en la silla frente a él— Tiempo sin verte.

— ¿Cómo has estado, Beom?

— Por lo visto mejor que tú. —Lo observó de pies a cabeza. Jimin se dejó caer sobre el respaldo de la silla, dejando escapar una risa nasal.— ¿Qué fue lo que te pasó?

— ¿De verdad no lo sabes?

— Bueno, la única información que corrió por estas calles fue hace más de dos meses, y solo supe que a Jaehyun y a ti les había ido mal en una de sus misiones. Después de eso nadie supo de ustedes, Min.

— ¿Sabes que fue lo peor de eso? —Jimin levantó la mirada para mirar directamente a Jaebeom a los ojos, una sonrisa se dibujó en el rostro del pelinegro pero ambos sabían que no era sincera— Tan pronto se fue, yo me quedé solo. Siempre habíamos sido él y yo contra este mundo, solo nos teníamos el uno al otro, y yo —se apuntó— fui quien se encargó de cabar su tumba, me encargué de que tuviera un funeral digno aunque solo yo estuviera ahí.

No pudo evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas, sin embargo no dejó que ni una se escapara. Al terminar, volvió a reír y Jaebeom soltó una risa nasal, se levantó y caminó hacia él colocando su mano en el hombro de Jimin, en forma de consuelo. El pelinegro no lo miró, solo unió sus labios en una línea recta y asintió.

Jimin y Jaehyun conocieron a Jaebeom un año después de la pérdida de sus familias. Para llegar a ser lo que fueron, tuvieron que pasar por muchas pruebas aunque nunca fueron fieles a ningún gang de los que estaban activos en esa época.

Es por eso que cuando empezaron a ser reconocidos tuvieron que buscar a alguien a quien comprarle armas, pues de pasar a ser vendedores a pequeña escala y hacer uno que otro encargo como golpear a alguien, se habían vuelto sicarios tiempo completo y así fue como empezaron a oír más sobre ellos por las calles.

Así fue que llegaron ante Jaebeom, un año mayor que ellos y que en ese momento su negocio de armas y droga recién iniciaba, ahora también estaba entre la gente más poderosa que gobernaba las calles de Busan. Se volvieron grandes amigos a pesar de que aquellos dos se dedicaban más a la acción y Jaebeom más a los negocios.

— ¿Qué es lo que necesitas? —habló de nuevo y ahora si atrajo la atención de Jimin. Se miraron fijamente por unos segundos— Pídelo y te lo daré, Jimin.

— Venganza. —pronunció y sintió ese sabor amargo en su boca, pero sabía que tan pronto tuviera al asesino de su ex pareja en sus manos aquel sabor se sustituiría por algo dulce y a pesar que el no gustaba mucho de lo dulce, lo iba a disfrutar.

— ¿Sabes quien lo hizo?

— Si.

— Bien, —arregló su manga del traje y caminó de nuevo a su asiento— tengo unos contactos que podrán decirme que gang fue el que también atacó ese día. Aunque ya no queda nada de los Redz y por lo que me enteré el otro gang era nuevo, quizá por eso también fue un baño de sangre. Los nuevos no son tan limpios.

— No parecía nuevo —otra vez rió falsamente—, ellos sabían lo que hacían, no se veían como yo cuando iniciaba.

— Veré que puedo hacer y te aviso cuando tenga la información necesaria. —escribió en su celular, y levantó su vista para preguntarle algo más— ¿Hay otra cosa en la que te pueda ayudar?

— Tal vez.

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Gritó.

No fue un grito de tristeza ni de enojo, esta vez fue un grito de alegría y fue genuino. Había disparado y atinado al blanco. Escuchó a Jaebeom reírse para después quitarle el arma de sus manos.

— ¿Hace cuánto no tenias una de estas bebés en tus manos, Min? —preguntó mientras jugaba un rato con el arma descargada entre sus manos.

Jimin sonrió. Quizá había extrañado más de lo que esperaba la adrenalina de tirar del gatillo de un arma. Aunque falló los dos primeros tiros, los siguientes cinco fueron perfectos. El peli negro poseía una gran puntería y sus enemigos lo sabían.

— ¿Cuánto por ella?

Jaebeom rió entregándole el arma a uno de sus hombres que se hallaba en la misma habitación, Jimin frunció el ceño pero aún así nadie podía quitar la sonrisa en su rostro, pues los disparos le habían servido en despejar su mente y liberar los sentimientos que aún tenía. También estaba siendo una buena distracción.

— Si la quieres, —señaló al hombre que se llevaba el arma— es tuya.

El peli negro levantó sus cejas en sorpresa y el mayor le sonrió. Le dio unos golpes amistosos en el hombro y lo obligó a girarse hacia el estante donde se encontraban todas las armas que vendía.

— Es más, elegí las que quieras que yo te las regalo, hombre.

— ¿De verdad?

— Si, acéptalos como regalo de navidad adelantado.

Jimin giró su rostro para verlo y Jaebeom solo le guiñó el ojo. Se soltó de su agarre y caminó hacia la estantería, pasando sus dedos por las armas que estaban a su alcance pero había una en particular que él gustaba y que por desgracia el mayor no tenía en exhibición.

— Sigo en deuda con ustedes después de que me ayudaron en aquella trampa que montó Mingyu, no seguiría vivo si ustedes no hubieran llegado a mi rescate. Así que pide lo que quieras, y te lo daré.

Jimin se giró y le sonrió.

— ¿Aún conservas ese paquete de armas rosas?

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Hola, hoy les traigo esta historia que bueno si ya lo notaron va a ser "obscura". Sigo sin ser muy segura a la hora de escribir 'Smut' pero ya veremos si conforme pasa el tiempo y si lo veo necesario, les regalo un capítulo de eso.

Espero les guste, porque normalmente son el tipo de historias que a mi me gustan pero jaja nunca he llegado a escribir una así y es un cambio drástico a mis historias pasadas jeje