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Otra sorpresa

Llegamos al zoologico

- No creí que viniéramos al zoológico después de lo que paso- le dije

Mathew me miro

-Tenia que venir de todas maneras...hoy ocurre algo importante.- me dio una sonrisa diabólica - shhh, es un secreto.

Me asuste un poco y lo mire confundida.

-Ya veras- me guiñó un ojo

Entramos y lo primero que vi fue el algodón de azúcar que vendían al lado de la boletería. Amaba este dulce, además, no había tomado desayuno y mi estómago me estaba reclamando. Revise mi bolso buscando mi billetera. cuando al fin la encontre me di vuelta para dirigirme hacia el vendedor y de la nada.. BUM...Mathew apareció enfrente mio, quedamos demasiado juntos, mi cabeza estaba en su pecho y podía escuchar los latidos de su corazon.

Se separó rapidamente al igual que yo.

-Esto de aparecer enfrente mio se te va a hacer costumbre- le dije riendome

Se rió y dijo

- no es mi culpa que siempre se te ocurra caminar hacia donde voy a a saltar.

Lo golpee en el hombro con el puño, pero no por mala, sino como amiga.

-Se nos hace tarde - dijo despues de mirar la hora en su celular - tenemos que ir por allá.

Señalo el camino hacia la izquierda, el lugar de los animales africanos.

Lo primero que se me ocurrio fue : Leones, como son los más populares en el zoológico supuse que ese sería nuestro destino.

Pero estaba equivocada.

Nos dirigiamos hacia las jirafas, pero no a observarlas.
Entramos por la puerta trasera.

Mathew entro primero y saludo con uno de esos juegos de mano ...palmada y puño... Al cuidador y empezaron a conversar sobre si ya estaba todo listo o algo asi, no les preste mucha atencion porque estaba impresionada con lo que habia a mi costado. Una gran jirafa estaba a mi derecha recostada, parecia inquieta.

Me quede estupefacta por unos segundos.

-Esta a punto de dar a luz- dijo el cuidador- Hermosa, cierto?- dijo mirándome.

Era tan grande que daba miedo, pero a la vez ternura porque estaba a punto de convertirse en madre.

- Mathew, ¿por qué me trajiste aqui?- dije sin pensar...me agradaba la idea que a él le gustaran los animales, pero no habia forma que yo pudiera ayudar en algo del nacimiento de esta nueva jirafa.

-Yo seré el padrino de el bebé jirafa- Mathew me miró- Tenía que estar aquí como sea, ya que me encargare de conseguirle comida y medicamentos si es que lo necesita y el zoológico no puede dárselos.

Me quede impresionada, ciertamente Mathew no tenía el perfil de un amante de los animales. Aunque cada vez que lo conocía más, más diferente parecía a como todo el mundo en mi grupo lo describía ... arrogante, egoísta, creído... Nada de eso encajaba con todo lo que había hecho hoy.
Tal ves solo estaba fingiendo para obtener lo que quería, pense.

Pero, ¿qué era lo que quería?

Yo acepte por lo de las islas Camaran, pero nunca se me ocurrió preguntarme el motivo de él.

Estaba empezando a ponerme paranoica.

Tranquila, me dije para mi misma.

-Has tenido bien escondida tu faceta de amante de animales, verdad?-finalmente le respondi. Tratando que pareciera una broma cuando lo que en verdad quería eran respuestas.

-Pues te dije que no me conocías bien.

Parece serio en su respuesta, tanto que me deja callada.
El cuidador me pidio que saliera probablemente porque se dio cuenta que esto de ver dar a luz los animales no iba conmigo. Mientras yo salía entraban veterinarios y mas ayudantes, todos saludaban a Mathew.

Estuve un buen rato afuera pensando en todo lo que habia pasado desde que me levante esta mañana. Ciertamente no esperaba ayudar a salvar una vida y presenciar el comienzo de otra en estas 24 horas.

¿A que conclusiones había llegado hasta ahora?
Decir que Mathew era un egoísta sería lo más ilogico de este día. Aunque lo de creído todavía estaba en duda.

¿Qué iba a pasar si le decía que tenía razón?

Que yo me había equivocado.

Mi orgullo esta en juego.

Podría mentir y decir que no me parecio suficientemente convincente...y ganar mi deseo.

Genial, ahora la egoísta era yo.

Maldito Mathew.

De pronto veo como sale Mathew con una sonrisa en la cara, que pareciera que hubiera nacido su propio hijo. Me mira y me dice: Es macho