𝐓𝐚́𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 |GoнαɴхMαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll]

Capítulo 8.

Era lunes, por lo que un nuevo inicio de semana había empezado, uno que comenzó con el pie izquierdo; según la perspectiva de Gohan, por supuesto. Este se sentía triste porque todo su plan había salido mal: no había logrado ningún progreso con la persona con la que le gustaba y... era muy probable que no fuese correspondido. Y dolía, dolía mucho aceptarlo tras todo aquel largo trayecto que llevaba enamorado.
Es decir, su crush jamás había mostrado un interés hacia su persona, era él quien lo veía por atrás y en silencio desde que comenzó a percatarse de sus sentimientos, como esperando a que Hikaru le diera un pequeño indicio para poder acercarse e intentar lograr que sintiera lo mismo. Pero el chico que le gustaba no parecía voltear ni siquiera una vez.

Gruñó al pensar en eso y talló con más fuerza el pizarrón de su aula (le tocaba la limpieza ese día), como si con aquello lograra que el agrio sentir desapareciera de su sistema, y después se detuvo. No, no valía la pena desquitarse de esa manera con un objeto inanimado. Suspiró y colocó la franela en el escritorio, pensando que ya era algo tarde y debía volver a su casa para encerrarse en su habitación y ponerse estudiar hasta el cansancio; no quería pensar de más, y mantenerse ocupado era la mejor solución que encontraba.
Cuando estuvo a punto de echarse a caminar hacia su lugar, escuchó que la puerta fue abierta, por lo que giró con extrañeza hacia el lugar para ver quién era. Grande fue su sorpresa al hallar allí a la persona que menos se imaginó en esos momentos.

Era él, Hikaru Suzuki, aquel chico que le causaba un gran conflicto en su interior.

Hizo el amago de preguntar qué se le ofrecía —después de todo, no era normal que él estuviera allí a esas horas; debía de estar en su club—, pero, de un instante a otro, se percibió apresado contra la pared. Alzó la mirada solo para toparse en primera fila aquellos ojos que le robaban el aliento; estaban demasiado cerca, tanto que podía sentir sutilmente cómo la respiración contraria se combinaba con la suya.

—Si lo que querías lograr era hacerme saber que te gusto, me lo podías haber dicho directamente —susurró Hikaru con una sonrisa ladeada. Eso consiguió sacarle un par de gritos internos (y un muy evidente sonrojo) a Gohan al poder contemplar aquello tan de cerca; se sentía realmente afortunado, incluso la frase de "ya puedo morir en paz" atravesó por su mente un segundo—. Pero no puedo negar que te veías tierno con tus "tácticas de seducción" —agregó de manera juguetona, haciendo que el rubor de las mejillas del Son incrementaran más aún.

Su cara era comparable a un tomate en esos instantes.

—¿Eso... qué quiere decir? —Balbuceó Gohan, desviando sus ojos a otro punto. En verdad sentía que su corazón se iba a salir de su pecho si seguían en esa posición.

—Que ya sabía tus intenciones.

—A-ah, supongo que fui algo obvio...

—Bastante —rectificó divertido y después suspiró (gesto que hizo estremecer a Gohan), y sonrió—. En verdad eres demasiado tierno —exclamó por lo bajo.

Gohan abrió la boca para intentar decir algo, pero su idea se vio interrumpida por unos labios que chocaron contra los suyos de manera necesitada, tal y como si lo hubiese anhelado desde mucho tiempo atrás. Y se erizó por ello —e intentó echarse más atrás, pero aquello fue imposible ya que literalmente estaba pegado contra la pared— al no haberlo esperado en lo absoluto, pero, al mismo tiempo, sintió un cúmulo de sensaciones en su interior, siendo la felicidad y el alivio los más predominantes. Así que, de manera algo torpe y temblorosa, se aferró a la tela que cubría el torso de Hikaru y correspondió aquel beso que había añorado tanto.

Qué curioso es saber que, al final, el seductor puede terminar siendo seducido.

–Y así es como termina esta corta historia de humor. Espero y les haya gustado.

¡Nos leemos!

-Lindassj1