Buenos Días

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  El despertador sonó a las siete en punto, por algún motivo estaba despierta minutos antes. Extendí mi mano y lo apague con agresividad, no quería salir de mi cama. Deslice mi pie entre las sabanas hasta sentir el frío aire que circulaba por la habitación. Me frustre, ¿Por qué mamá no había prendido la estufa? Me senté en el borde de la cama, el piso estaba helado. Me levante y me envolví en la sabana.

  Las luces de la cocina estaban encendidas, la ventana abierta y ningún rastro de mamá. 

Que tonta que es, pensé, cerré la ventana ya que algunos copos de nieve revoloteaban por el comedor, encendí la estufa y me acerque a la mesa, pude notar una nota  "-Estoy trabajando vuelvo a las siete de la tarde, desayuna algo con lo que tienes en la heladera, con cariño mamá-"

- Genial, muchas gracias mamá- grite con ironía, abría la heladera, era una imagen preocupante. Solo había una manzana, dos huevos, un vaso de leche por la mitad y dos rodajas de pan en cuestionables situaciones. Cerré la heladera y me aferre a la idea de que "no tenía tanta hambre". Seguía haciendo frío asique me cambié rápidamente y organice mi cama. 

Mire la hora, las ocho menos cinco. Primer día de clases y ya llegaba tarde, tome la manzana de la heladera, un abrigo, la mochila y me largue rápido. Afuera estaba nevando lentamente, no había nadie en la calle. Parecía un pueblo fantasma. Debería de estar corriendo, pensé, pero el frío entumecía mi pies y mi boca apenas podía masticar la manzana. Camine tres calles y por fin llegue al colegio.

Entre rápidamente y un ambiente cálido me recibió, mire a la distancia un reloj que se encontraba en el final del pasillo, eran las ocho y quince ya pasadas. Genial llegó tarde y todavía no se donde esta el salón de clases. Hurgue dentro de mi mochila y encontré el papel con los horarios de clase, estaba arrugado y con algunas migas pegadas, debería de limpiar de vez en cuando. Tenía dos horas de química. Bien ya sabía clase de que tenía ahora faltaba encontrar el estúpido salón. Deambule un poco por los pasillos, al doblar en unos de ellos me encontré con una chica, que al parecer noto que no sabía ni en donde estaba parada.

-Hola!- exclamo mientras se acercaba a mi y extendía su mano, le respondí el gesto -¿Eres nueva?-

-Si, acabo de llegar- dije con una voz algo quebrada, el frío había secado mi garganta

-Si lo note, tu mano esta helada- soltó una pequeña risa -¿Sabes donde esta tu salón?-

-Mmm no, ¿Sabes dónde puede estar el salón de química?- 

-Claro, en el segundo piso a la derecha, la primera puerta-

-Muchas gracias- respondí con una sonrisa a medias

La chica sonrió cálidamente y se fue caminando en la dirección contraria. Que chica dulce, ¿A dónde tendría que ir? No hay tiempo para pensar; reaccioné, llegué al segundo piso y abrí la primera puerta que encontré. No medí mi fuerza por lo que interrumpí la clase de una forma no muy amable;

-¿Tu eres la nueva?- dijo el profesor acomodándose las gafas y juzgándome con su mirada. Asentí con la cabeza, sentía las miradas y risitas de todo el salón. Que magnifico primer día. El profesor se levanto de su asiento y tomo un listado que se encontraba sobre su escritorio

-¿Haru Satsuki?- 

-Si, señor- dije enderezando mi postura

-Llegas tarde, ve a la oficina de la directora- dijo mientras dejaba el listado y sus gafas sobre el escritorio

-Pero-

-Pero nada, es su primer día y ya no muestra ni mínimo interés en la materia- suspiró -Siquiera es capaz de abrir la puerta correctamente- Todo el salón empezó a murmurar. No lo podía creer, que persona sensible, ¿Por llegar veinte minutos tarde arma todo este escandalo? No me quiero imaginar si no llego a hacer la tarea, el profesor me seguía mirando mientras esbozaba una sonrisa egocéntrica ¿Quién mierda se creía que era?

-Y y yo- trate de mantener mi compostura

-Usted nada, vaya a la oficina del la directora ya mismo. Usted no tiene nada que hacer en mi clase- Sentí como el calor comenzaba a recorrer mi cuerpo, sentí mi pecho más pesado y mi estomago más vació ¿Por qué siempre me pasaba esto a mi? ¿Tendré alguna maldición? ¿O algún imán atrae imbéciles? El profesor aún mantenía su sonrisa y sus aires de grandeza, todos los estudiantes estaban atentos a la situación ¿Por qué el sujeto me tenía que humillar delante de todos? 

-¿Y? ¿Qué está esperando?- menciono con un tono desafiante

- Entiendo porque su mujer lo dejo- grite con un tono burlón. Me di la vuelta y cerré la puerta con violencia, los gritos del profesor y las risas de los alumnos eran intensas. No lo podía creer, que tipo idiota, debería tratar sus problemas personales. Cerré el puño con ira, primer día y ya me molestaban. Empecé a caminar y ya podía oír las voces y risas de los estudiantes. Camine hacia la oficina de la directora, estaba cansada, quería reiniciar el día. 

Fue fácil encontrar el despacho de la directora, era la primera puerta que había registrado en todo el colegio. Entré y para mi sorpresa, era una especie de recepción, había tres puertas "Sala de profesores" "Baños" "Dirección", había algunas maquinas expendedoras de bebidas y snacks. Me senté en una de las sillas que había cerca del escritorio de la quien parecía ser la secretaria. Pasaron dos minutos y entro rápidamente el profesor de química, me fulmino con la mirada. Sentí un cosquilleo recorrer mi espalda

-Hola, Miya- dijo saludando a la secretaria -¿Está la directora?

-Si, pasa- dijo sonriente - No tiene ninguna cita por ahora- El profesor camino hacia la puerta e ingresó hacia la dirección.


꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦  NOTAS DE LA AUTORA  ꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦

- Holaa, espero que les haya gustado el primer capítulo, se que todavía no tiene mucho impacto pero lo tendrá, lo prometo aaa

- No soy la mejor escribiendo así que espero que sepan entender. Estoy abierta a criticas y a sugerencias

- Tomen agua y coman bien, besos <3

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Si mi vida fuera un pinturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora