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Then you rest your head upon my chest
And you feel like there ain't nothing left
I'm afraid that what we had is gone


Sexto año


Harry lo siguió debajo de la capa. Últimamente le era imposible encontrarlo, incluso con el mapa, podía jurar que no estaba dentro del castillo.

Draco había estado actuando sumamente extraño. Había abandonado el equipo de quidditch de un momento a otro, y lo había ignorado completamente cuando quiso hablar del tema. Sus notas habían bajado en picada, no iba a la mitad de las clases que tenían juntos, ni se acercaba al comedor. Su rostro había cambiado a un tono grisáceo, y sus huesos se había pegado más a su piel. Se veía demacrado, y no sabía que decir para hacerle saber que, a él, le podía contar cualquier cosa.

Lo vio detenerse frente a una pared y mirar con duda hacia los lados. Se congeló en su sitio cuando sintió sus ojos puestos en él, y se tuvo que repetir mentalmente que no podía verlo.

Esperó a que la sala de menesteres aparezca y se adentró después del slytherin, intentando no hacer ruido. El salón estaba vacío, a excepción de un armario en medio, con dos sillas a los lados. Harry frunció el ceño cuando Draco volteó sobre sus pies y alzó la mirada, chocando con la suya.

—Sal de esa ridícula capa, por favor. 

Abrió la boca, confundido. Draco seguía observándolo, esperando. Confundido, se quitó la capa y la dobló sobre su hombro. 

—¿Cómo...?

—Te sentí hace dos pisos.

¿Sentir?

¿Desde cuando Draco lo... sentía?

—Tu magia, me refiero — explicó. 

—¿Mi magia? ¿Cómo haces eso?

—No sé bien cómo lo hago — explicó con el ceño fruncido — Solo, dejo... ¿salir mi magia? — se encogió de hombros — Madre dice que es un regalo de los Black.

—¿Desde cuándo puedes hacer eso? ¿Por qué no lo sentí? 

—Desde el verano — Harry asintió, no habían hablado mucho desde ese verano —No lo sentiste porque lo hice con cuidado — respondió obvio — Si lo hubiese hecho rápido y brusco, habrías sentido como un golpe de calor.

Jadeó cuando sintió que una ola de aire caliente le caía encima y lo envolvía. Era cálido, como el tacto de un patronus cuando juega a tu alrededor. 

El frío chocó contra él cuando Draco recogió su magia.

—¿Me vas a explicar que hacías siguiéndome?

Su voz estaba cargada de reproche, aunque todo él gritaba cansancio. Su espalda encorvada (lo más encorvada que podía estar la espalda de un sangrepura), sus hombros hundidos, y las ojeras, violetas, como dos grandes bolsas bajo sus ojos.

—Has sido un poco difícil de encontrar — le recriminó. El rubio desvió la mirada, culpable — Pensé que estábamos bien, que ya habías pasado la etapa de ocultarme cosas.

Flicker [Drarry / Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora