Donde Hyungwon y Hoseok tratan de sobrevivír a esta nueva etapa en sus vidas llamada "Embarazo".
O donde Hyungwon debe lidiar con un muy emocional y hambriento Hoseok, mientras se encuentran rodeados de malentendidos.
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Definitivamente, pasar la mañana entera vomitando y con fuertes maréos, no era lo que Hoseok habia planificado hacer en su cumpleaños.
Si no lo que su deteriorada salud lo hacía sufrír.
ㅡEstoy bien, enserio.
Repetía el mayor, cada vez que Hyungwon, preocupado, intentaba subirlo a su auto para así ír al hospital.
ㅡBebé, por favor, estás pálido.
Insistió el pelinegro, más Hoseok negó por enésima vez.
ㅡNo es necesario, Won, solo me ha caido mal la comida.
Mintió, nuevamente.
Y su mentira era bastante convincente, porque hacía menos de dos horas había comido unos tres paquetes de papas fritas, galletas, un pastel que Hyungwon había comprado y un plato de bibimbap.
Pero para Lee ya no funcionaba.
Porque ya hacían tres meses desde que su salud comenzó a deteriorarse y decír que era por el alimento, era una completa estupidéz.
ㅡHyung, ¿qué háces?
Pregunto el menor, al ver como Lee se quitaba su camisa.
ㅡVamos a salírㅡ sonrió el mayor para luego entrar a su cuarto.
Hyungwon frunció el ceño y siguió al rubio.
ㅡ¿A dónde piensas ír estando enfermo?
No recibió respuesta alguna.
Lo vió parado frente a su armario, con una camiseta blanca en sus manos y una expresión confundida en su rostro, mientras se miraba en el espejo.
Se acercó a él.
ㅡ¿Qué ocurre?ㅡ preguntó, aún había preocupación en su voz.
Hoseok se sobresaltó y miró al menor con sorpresa.
ㅡN-nadaㅡ balbuceó, poniendose la camiseta. ㅡSolo estaba pensando.
Hyungwon hizo una mueca pero luego asintió.
ㅡPonte algo más, hace frío.
Dijo, el menor, tomando un suéter beige de cuello alto y un saco marrón, para ponerlos sobre los brazos de su novio.
Hoseok sonrió.
ㅡEstá bien.
Rápidamente se puso ambas prendas y caminó fuera del cuarto, siendo seguido por el menor.
Tomó su teléfono y su billetera, deslizándolos en los bolsillos del abrigo.
ㅡ¡Oh, mi cabello!ㅡ gritó Lee, llevando una mano a aquella rubias hebras que caían sobre sus ojos. En pasos rápidos y pequeños, entró al baño y cerró la puerta.
