Prólogo

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Desde la muerte de mi madre todo se volvió horrible, mi padrastro amoroso y cariñoso se volvió sombrío y violento, esos ojos que me miraban a mi y a mi hermana con tanta adoración ahora eran esos ojos oscuros que nos asustaban y nos miran con odio. 

¿Porque?, fácil.

Mi madre le había sido infiel a mi padrastro, debo admitir que mi madre era una mujer... lujuriosa y mujeriega, mi padre era ingenuo y enamorado. Yo evidentemente no era hija de mi padre pero ahora sabía que tampoco mi hermana pequeña lo era, mi madre ni siquiera sabía quienes eran los hombres que nos había engendrado, jamás supo quien era mi padre y a consecuencia, yo tampoco. Mi padrastro se enteró de lo de mi hermana cuando enterrábamos a mi madre, ella murió en un accidente de coche... con su amante, el cual nos habían dicho que era su mejor amigo. El abogado sacó todas las cartas de mi madre pensando que era para nosotros.

Que ingenuos éramos, todas y cada una de ellas eran de sus amantes, y de ahí salió la verdad de todo. Mi padrastro se alejó poco a poco hasta el punto de ahora. Corría al bosque oscuro después de haber dejado a mi hermana con mi mejor amiga, Dinah Jane. Sabía que mi padrastro no le haría nada a una niña de solo 14 años, ¿pero a mi?, sí. 

Según él, yo era su puta personal, yo pagaría todo lo que mi madre había hecho. Tuve que dejar la universidad por él y olvidarme de ser de psicología. Le dije a mi mejor amiga que cuidará a la pequeña Sofi con su vida, que si yo ya no regresaba, que la cuidada con su alma, trato de hacerme entrar en razón e ir a la policía, ¿pero que ganaría en ir?, nada, absolutamente nada. La policía no haría nada por mi y me dejaría morir. 

Prefería morir en ese bosque que a manos de mi padrastro. 

En mis brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora