Prisionero y solo,
Entre cuatro paredes blancas,
Muerto y roto
Palabras profanas, santas,
Hechas de tinta y dolor,
Inspirándome en tu olor.
Oigo un gemido de madera,
Y para otear,giro la cadera
Ahí veo una llorosa mesa,
Aque han dejado sola, presa.
Me acerco lento, no se mueve.
Su dolor, mi corazon hiere.
Amanecí con paredes rojas,
Día cuarenta de mi calendario,
Que no consulto a diario.
Y en mi mente, algo me moja ,
Es lluvia , todo es primaveral,
Pero es solo sueño, nada real.
Hoy son verdes , y amarillas,
Los días pasan,sin vida,
sin amor, tampoco comida,
Y mi mente esta a millas
De este lugar seco, malvado
Perverso, maléfico y dorado.
Pienso hoy en ese gato
Atrapado en una caja,
A el le matan los años,
y yo , naipe de baraja,
Podría haber sido cualquiera,
Pero fui yo, suerte de hechicera.
Hoy es añil mi tristeza,
Las paredes quien sabrá,
Aquí estoy con la mesa,
Bailando tango y vals.
Un paso tras otro y otro más.
Deseando morir, para escapar.
Llevo muerto varias horas,
A la vez que años y días,
La mesa está ya coja,
Ni el tiempo se quedaría
En esta maldita habitación
Sin nombre,sin sueños,
Que me produce la frustración,
que me los arrebato a ellos.
Por fin he salido,
Es mi funeral.
Todos van de negro desvaido,
Un Contraste total,
Con esas paredes hechas nido,
Que me vieron llorar
