Extra #2

217 26 48
                                    

Café con Nutella

Narra Horacio

—¿Sabe dónde está la cafetería?—Me pregunta el comisario.

—No, es que soy algo nuevo en la ciudad y no he tenido tiempo de recorrerla—Le digo, con una risita nerviosa.

—Entonces sigame—Me dice. Yo asiento.

—Puede tutearme si así quiere—Le digo.

—A-Ah, vale, vale—Dice rápido. Yo me rio—¿De qué se—Hace una pausa—te ríes?

—De ti—Le digo.

—¿Cómo?—Me pregunta. Eso hace que me ría más. Él me mira mal.

—Perdón, perdón—Digo, intentando frenar la risa—Pero es que fuiste tan directo y ahora eres tan tímido—Le digo.

—Pe-Pero—Dice. Se sonroja un poquito.

—¡Ay, estás chiquito!—Le digo.

—No me hable así. No somos amigos—Me dice, algo irritado.

—Tú me invitaste a un café—Me rio—Te aguantas, comisario.—Le sonrío. Él suspira.

—No me tutees—Dice, frío.

—Ya veo lo que pasa aquí—Le digo, él me mira con confusión.—Al rededor de tu corazón tienes como una coraza de hielo, la derretiste por un segundo muy chiquito, porque andabas medio cucú. Ahí es donde entro yo—Le explico—Y como ya pasó cuando descongelaste los muros de tu corazón, pues ahora los volviste a activar, y aquí estamos.

—No me faltes el respeto—Me dice.

—Pero vamos a ver—Le digo—Eres muy fácil de irritar.

—Y tú muy irritador—Dice. Yo me rio.

—¿"Irritador"?—Pregunto—¿Esa palabra existe siquiera?

—No lo sé, y no me interesa—Dice, y sigue avanzando—Vamos a tomar ese café luego.

—Vamos, comisario bombón—Le digo, adelantandolo.

—¿Cómo que bombón?—Me pregunta.

—Volkov, deja de ser tan—intento buscar las palabras para expresarme mejor—Volkov. No quiero ver al Volkov comisario, quiero ver al Volkov normal—Le digo.

—Horacio—Me mira—yo soy así.

—¡Ah!—Exclamo con enojo—Cómeme la polla.—Digo enojado mientras camino más rápido a la cafetería.

Volkov se queda totalmente en silencio. Yo sigo caminando hasta el semáforo más cercano, ahí miro a Volkov. Venía detrás de mí,  pero estaba totalmente sonrojado.

—¿Qué pasa?—Le pregunto.

—No como pollas—Me dice, completamente sonrojado.

—Ya ¿Y...?—Pregunto. No entendía a qué venía eso.

—No te voy a comer la polla—Dice, igual de sonrojado. Yo me rio a carcajadas.—¿Por qué te ríes?

Atrapasueños - Volkacio AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora