Capítulo 7: Los Vulturi

57 2 0
                                    


Fanfic: La chica perfecta rewritten
Capítulo 7: Los Vulturi
(Contado por Renesmee)
- ¿Estás lista para ser una Vulturi? - pregunto con su tono burlón.
- No, pero vamos- dije mientras avanzaba hacia la puerta y lograba salir antes que él.
Él solo negó con la cabeza, pero no me moleste en averiguar si fue por mi respuesta o mi rápida salida.
Caminamos de manera apresurada al elevador, y ya adentro, Alec saco uno lentes oscuros para cubrir sus ojos rojos y se colocó guantes negros para ocultar la piel de sus manos.
- ¿Y cómo ocultaras tu cara? - le pregunte mientras señalaba con un dedo su rostro al descubierto.
-No pienso dejar que lo humanos me vean en el sol, estacione el carro en estacionamiento del sótano, solo tendré que sacar mis manos para el boleto- dijo como aburrido que no supiera todo - ¿estás segura que no brillas?
-Sí, creo que si lo hiciera en estos años ya lo hubiera notado- bufe mientras volvía a voltear los ojos.
-No es como que 6 años sean muchos- replico burlón mientras intentaba aguantar la risa.
-No brillo- conteste tratando de ignorar su horrible chiste.
- ¿Y tus ojos no cambian de color? - dijo mientras me veía fijamente a través de sus lentes.
-No, siempre son del mismo color- dije mientras volteaba la mirada.
- ¿Ni cuando tomas sangre humana?
Lo mire horrorizada, había hecho munchas locuras, pero probar sangre humana nunca, en primero porque era una Cullen y eso no era nuestra naturaleza, otra porque tenía miedo, sentía que si la probaba podría perder el control.
- ¿Estas consciente que si quieres sangre animal tendrás que buscarla tu sola y que en algún punto te darán sangre humana para ver cómo reaccionas? – dijo, pero yo fingí no oírlo, sabía que no podía resistirme por siempre, pero lo intentaría, no quería sangre humana.
Al llegar al lobby yo avance sin voltearlo a ver, pero oí como sus pasos se alejaban, seguro bajaría por su auto. Yo entregué las llaves y me dieron mi recibo, en el cual decía que estuve en la habitación cerca de 5 horas, entonces si habían pasado horas en la ducha, me pregunto cuanto tiempo estuvo Alec afuera, no dije nada, pero nadie normal se para 5 horas en la regadera.
Salí al estacionamiento y rápidamente encontré a Alec que estaba muy cerca, solo me subí en el asiento de copiloto, era un Mercedes negro con todos los vidrios polarizados, y olía a nuevo porque no creo que los Vulturi suelan dar paseos.
-Es más discreto que correr a máxima velocidad- mencionó Alec, mientras comenzaba a avanzar.
-En el país de los carros convertibles y coloridos ¿es más discreto un carro negro?
-Sólo pensarán que somos guardaespaldas de alguien importante, y lo somos.
-Aún no lo soy.
-Casi es oficial, hable con Aro y está muy emocionado de que estés aquí- dijo mientras se encogía de hombros.
Lo ignore de nuevo, en casa había aprendido que si lo único que puedes decir generara una pelea es mejor no decir nada, así que eso hice y mejor me perdí en los bellos paisajes de Italia, Alec abrió la ventana de mi puerta, podría parecer que lo hizo por amabilidad para que pudiera ver con más claridad, pero la realidad era que lo hizo para ver si era verdad que no brillaba.
-Te lo dije, no brillo- replique, mientras cerraba mi ventana de nuevo.
-Lo sé, en el lobby había sol y no brillaste ni un poco, sólo quería que pudieras ver mejor- dijo mientras se encogía de hombros.
De nuevo me quedé en silencio, pero no volví a abrir la ventana.
- ¿Es un hábito tuyo? - dijo mientras me daba una mirada rápida.
- ¿El qué? - pregunte confundida.
-Ignorar, cuando no quieres contestar algo solo te quedas en silencio.
-He aprendido a quedarme en silencio cuando lo único que se me ocurre puede desatar iras- respondí.
-Eso no suena como los Cullen, a veces pueden ser desesperantes e imprudentes, pero nunca se quedan callados, ni, aunque su vida dependa de eso- contesto burlón.
-Exacto, pero ser su familia no te excluye de sus palabras, así que para evitar sermón tras sermón mejor aprendí a quedarme callada, ellos lo entienden como ha aprendido.
- ¿Qué clase de Cullen eres?, no respondes lo primero que se te viene a la cabeza, eres más bien reservada, goteaste en toalla por 3 minutos antes de correrme y no gritaste tanto- dijo extrañado, no podía creer que alguien como yo fuera parte de la gran familia Cullen.
-Quizá solo soy adoptada- bufé.
-Todos los Cullen son adoptados, eres de las únicas dos de las que comparten sangre con alguien más- dijo con su tono de enserio no sabes nada- creo que solo tienes miedo.
- ¿Miedo? - conteste incrédula- ¿de mi familia? - dije tratando de contener una risa.
- De ti- contesto casi en un suspiro.
No dije nada, porque era verdad, al no saber que era sentía que de un momento a otro explotaría, y destruiría todo o explotaría y nada pasaría porque no era tan especial como creía, pero tenía miedo se averiguarlo.
Alec no dijo nada, así que el resto del viaje trascurrió en silencio, hasta que a lo lejos podíamos ver la montaña en donde estaba construida Volterra, una ciudad altamente antigua, como sacada de un libro.
-Diré que te encontré en el hotel, me corriste de tu cuarto, luego me dijiste tus motivos para venir aquí y te traje- dijo en un tono más bajo que antes, sentía que estábamos muy lejos para que nos oyeran, pero no sabía si tenían vigilantes a esta altura de la carretera.
- ¿Por qué? - le pregunté.
-Porque ahora estarás con los Vulturi y lo menos que quieres hacer es mostrar debilidades, así que no diré nada, pero tienes que encontrar seguridad en ti, porque todos intentarán hundirte y si lo permites...- no supo cómo ponerlo en palabras, pero sonaba como algo muy malo- bueno solo digamos que te ira mal, así que sólo intenta que no lo vean.
-Pero no podemos ocultárselo a Aro- dije recordando que Aro tenía el poder de ver todos tus pensamientos.
-No, pero él no es el problema, su guardia lo es- replicó.
-Está bien, gracias- conteste preguntándome a mí misma porque estaba en este horrible lugar, donde todo lo que hiciera o dijera seria usado en mi contra, debí oír a mi familia y no creerme la gran adulta.
...
En menos de media hora estábamos entrando a otro edificio, era enorme así que parecía un castillo, Alec hizo una seña con sus manos para indicarme que bajáramos, al bajar ya un humano vestido de gris me estiraba mi maleta, con miedo, yo la tome y sonreí, él sólo avanzó hacia el lado del conductor para estacionar el carro. Yo avance más rápido para poder llegar a Alec antes de que avanzara el carro, cuando llegue a su lado comenzó a avanzar, hacia dentro del castillo, yo sólo lo seguí en silencio.
Su cara se veía diferente como más serio, más enfocado, tenía miedo como es que los Vulturi podían cambiar inclusive tu personalidad, al cruzar por unas grandes puertas había dos humanas con vestidos grises, una traía una capa negra y la otra solo estaba parada a su lado, la de la capa se la puso a Alec de inmediato, quería hacerlo tan rápido que sus manos resbalaban y tardaba más en poder abotonarla, así que Alec la paro con una seña y lo hizo el mismo, después la otras chica se acercó a mí, y me extendió las manos, yo no entendía que era lo que quería.
-Solo dale tu maleta y tu bolsa, ella la llevará a tu habitación- contesto Alec a mi pregunta no formulada, le extendí la maleta mientras de manera rápida sacaba mi celular, no podía salir de aquí y sus mil puertas con una llamada al exterior, pero tenerlo junto a mí me daba más seguridad, Alec no dijo nada, mientras lo guardaba en la bolsa de mi pantalón, solo siguió avanzando a paso acelerado.
Después de mil vueltas, escaleras, puertas y guardias llegamos a la gran sala de los Vulturi, afuera de ésta había 5 vampiros con capas un tono más bajo de negro que el de Alec, en los pasados minutos había descubierto como es que en escala de grises y negro habían establecido una jerarquía, entre más clara fuera la capa menos relevancia tenía el guardia y la guardia personal como Alec tenían una capa completamente negra.
Al ver a Alec abrieron de inmediato las puertas, sin hacer preguntas, como todos los demás, sólo lo abrían.
Al avanzar pude apreciar la gran sala, ya la había visto en los recuerdos de mi familia, un gran cuarto con un traga luz, pero ninguna ventana, con preciosos decorados en las paredes, todo era mármol y sobre éste habían hecho hermosos tallados, había varias hermosas columnas de mármol acomodadas en un perfecto circulo en medio de la sala, justo en el fondo se alzaban 3 enormes sillas, como si fueran tronos, incluso en esa parte del suelo estaban 3 escalones más altos que el resto del suelo, era una gran y blanca habitación, sin embargo estaba llena de vampiros con capas negras, todos me miraban con curiosidad, y como Alec me lo advirtió, todos parecían esperar mis defectos.
Marcus, Aro y Cayos estaban sobre los grandes tronos, en ese orden, siempre Aro en medio, al entrar éste me sonrió, como si fuera lo mejor del mundo, y me estremecí ante su mirada.
-Bienvenida mi niña, te presento tu nuevo hogar- dijo Aro orgulloso, mientras estiraba los brazos, para poder señalar todo a su alrededor, y yo me estremecí de nuevo.
¿Qué es lo que hiciste Renesmee?, me pregunté a mi misma, en que me había metido.

Por: Leslye Dayan

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La chica perfecta rewritten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora