d í a d o s

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La mañana se anunciaba con los cantos de los pájaros y algunos rayos de sol que se colaban por las cortinas que no estaban cerradas del todo

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La mañana se anunciaba con los cantos de los pájaros y algunos rayos de sol que se colaban por las cortinas que no estaban cerradas del todo. Tae se removió en la cama con los ojos cerrados, agarrando con fuerza las frazadas, frotando sus piernas entre sí, soltando un jadeo cuando su agujero empezaba a lubricarse. Mordió su labio, llevando su zurda a la húmeda tela, retirándola de inmediato, alzando sus caderas, dejando ese pomposo culo al aire, restregando dos dedos en su entrada en forma de círculos, profanando sin cuidado alguno su propio culito, dejando salir de su boca un gemido que parecía más un grito.

El aroma a alfa invadía sus pulmones, descontrolándolo y dejándolo sin poder maquinar bien las situaciones y cosas que estaban sucediendo.

Se daba placer a sí mismo, sin vergüenza alguna, como si esa habitación fuera la propia. Con sus ojos un tanto borrosos, dirigió su vista a la puerta de color negra, frunciendo sus cejas al darse cuenta de que esa no era la puerta de su habitación.

Sin darle mayor importancia, siguió en su labor con el fin de llegar a su liberación, escuchando los chapoteos que se formaban en la habitación, siendo esto producto de su desesperación al crear fuertes estocadas con sus propios deditos, lloriqueando cada vez que tocaba su puntito que le hacía temblar toda su anatomía.

Minutos después, al correrse, se dejó caer a la cama rebotando un par de veces, respirando de manera agitada, esperando por regularizarla.

Por otro lado, estaba JungKook como si nada, preparando el desayuno con sus audífonos puestos a la par que tarareaba un par de canciones.

JungKook tomó ambos platos, saliendo de la cocina, para poner los platos en la mesa y llamar a su amigo a desayunar.

—Buenos días.— La voz ronca que escuchó le hizo pegar un brinco con algo de susto. Divisó a un TaeHyung con la camisa mal puesta y una ligera capa de sudor adornando su frente y cuello.

—B-Buenos días... — Murmuró, dejando ambos platos encima del comedor. Un escalofrío le recorrió toda su anatomía, pues Tae se estaba acercando a él de manera lenta con una sonrisa algo coqueta que no le daba buena espina.

JungKook tragó saliva sonoramente, sobre todo cuando las preciosas manos de TaeHyung tocaron su pecho por sobre la ropa.

—Me dejaste pasar la noche solo... —Murmuró, acercando sus labios a los contrarios.

De un momento a otro, JungKook introdujo a la fuerza sus dedos dentro de la boca del omega, apretando sus mejillas con la otra mano, obligándolo de manera inmediata a abrir su boca.

Entre forcejeos y quejas, JungKook tomó un vaso de agua, en los labios del omega los puso, y este tragó el agua junto con la pastilla.

TaeHyung empujó a JungKook de manera brusca, dejando caer el vaso, regando todo el agua en el suelo, a la par que seguía tosiendo desesperado en busca de un poco de aire.

época de celo. kv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora