d í a c u a t r o

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Como ya era de costumbre, JungKook estaba despierto primero, sintiendo como los chorros fríos de agua se azotaban en su espalda, su cabeza dolía y el mundo parecía darle vueltas sin parar. Retiro el shampoo de su cabello, esperando a que el agua fría le removiera sus dolencias y con dolencias me refiero a su entrepierna también.

El aroma impregnado en todos lados solo gritaba sexo, sexo y más sexo.

Y eso lo estaba volviendo loco.

Casi quince minutos después de esa refrescante y larga ducha, salió del baño con una toalla envuelta en su cadera, se puso ropa limpia, preparó y tomó su desayuno e incluso el almuerzo horas después. Se asomaba de vez en cuando por la puerta de la habitación donde yacía TaeHyung que parecía estar en estado vegetal; no se movía ni despertaba.

Varias veces había entrado a la habitación como si nada y Tae ni se inmutaba. Mejor para él, no tendría que lidiar con el calenturiento omega hasta casi el anochecer. Ahora tendría tiempo para hacer un poco de ejercicio, organizar un par de cajas que tenía por ahí y doblar ropa que ya había sido lavada.

Después de tanto caminar por allí y acá, se sentó, mejor dicho, se tiró sobre el sillón, suspirando profundo, logrando llenar sus pulmones de aire que hacía falta después de haber hecho una rutina corta pero agotadora para no perder su físico.

Batió su propia camisa para obtener aire que le refrescara y bebió agua de un termo que tenía a un lado. Ubicó su vista en el techo con la mente en blanco, solo buscaba la recuperación de su ritmo cardiaco habitual con grandes bocanadas de aire.

Y la gran pregunta llegó.

¿Me gusta TaeHyung?

Ay... mas idiota imposible.

Tal vez solo es por su celo que me hace verlo de esa manera, aunque... él siempre ha sido bonito, y... caliente.

¡Joder! Ya date cuenta.

¿Yo le gusto a Tae?

...

¿En serio?

Da igual, aunque para algunos fuera obvio que si y si, para JungKook todo esto era nuevo, a pesar de ser un alfa precioso, atractivo y atrayente para muchos y muchas, betas, omegas y hasta alfas (sean hombre o mujeres), JungKook era alguien tímido ante nuevas personas y no era capaz de dar el paso a un mundo lleno de sexo sin compromiso, besos robados y amigos con derecho.

JungKook era un simple virgen.

Bueno, un virgen extremadamente caliente.

Y Tae era todo un omega experimentando. Quien sabe cuentas veces haya tenido sexo o si alguna vez pasó su celo con algún otro alfa, JungKook sentía una punzada en su pecho al recordar que Tae ya no era el joven e introvertido chico, quien después de sus diecisiete se convirtió en alguien muy coqueto y sensual, que se acostaba con cualquier alfa que le pareciera atractivo. Sus hormonas y feromonas no eran de mucha ayuda en esos tiempos.

JungKook a pesar de haber sido tan, pero taaan popular con todos en su escuela, jamás dio un beso, ni si quiera una relación, él solo tenía ojos y mente para TaeHyung, y sin darse cuenta su corazón ya estaba en manos de ese omega.

Suspiró, pasando sus manos por su cara con frustración. Ahora estaba más que claro, ese dolor en su pecho le indicaba lo mucho que odiaba el que Tae haya sido tocado por otros.

Lo quiere.

Le gusta, no: lo ama.

Revolvió sus cabellos con fuerza, sentándose hasta ubicar sus codos en sus rodillas, ahora estaba en concentración máxima, su corazón latiendo extremadamente rápido y su cuerpo sentir bochorno.

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⏰ Última actualización: May 18, 2021 ⏰

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