CAPÍTULO 11

75 13 2
                                    

Atrapada

"Lo siento" pronunciaron sus labios haciendo una extraña mímica.

Mía solo me miraba culpable a la vez que asustada, se que estar en esta situación no era culpa
exclusiva de ella pero bien disfrutaría torturarla un momento. "Te voy a matar" pronuncie en silencio
al igual que ella.

Ella solo miro al suelo derrotada y
por un momento me compadecí, pero no, ella merecía sufrir un poco. Sentía la sangre seca en mi boca, la tierra y arena rechinar en mis dientes, los
labios estaban amoreteados y reventados.

Mi brazo dolía al igual que mi cabeza, me costaba pensar y de verdad me sentía herida, quería ir a
casa a descansar para que este infierno terminará pero no, las cosas no parecían ser tan fáciles.

Justo cuando habíamos entrado a la choza un ruido del otro lado de la habitación se escucho, Mía y yo nos enfrascamos al único lugar donde
cabíamos: debajo de la cama.

Aquí realmente es un desastre, había de todo un  poco; calcetines y calzoncillos sucios, envoltorios
de diferentes alimentos, tierra, pelusas, papeles e incluso 1 o 2 condones usados, ewk.

Un segundo después la puerta se abrió y alguien muy malhumorado entro. Lo único notable era que usaba un par de botas "mataperros"y justo
después de entrar azoto la puerta causando que las infiltradas bajo la cama diéramos un minúsculo
brinquito.
No necesitaba ver esas botas dos veces, solo unas botas así de viejas, sucias y descuidadas le podían pertenecer a un idiota.

Gire a ver a Mía, ella sabia bien a donde nos trajo pero la pregunta era ¿Por qué de todas partes tenia
que ser precisamente este el lugar? ¿Ella como sabia que el vivía aquí? Y ¿Cuántas malditas veces había estado aquí para saber que la ventana
estaba abierta y cuantas para saber que debajo de la cama había espacio?

Ella me mintió, Eidan si le gustaba y no solo eso, ella lo acosaba de tal forma que dudar de su estabilidad mental no era una locura.

"No lo mal entiendas" susurro tan bajo que apenas la escuche "Demasiado tarde" le susurre igual de
bajo.

Ella solo mordió sus labios y giro la cara tratando de perderse en algo mas, yo volteé a ver que hacia
Eidan, el se movía impaciente de un lado al otro como un león enjaulado.

-Mierda, mierda ¡Puta mierda! – Maldijo como si deseara que lo escucharan en china y golpeo con
violencia un ropero haciendo que se cayeran varias cosas sobre el, entre ellas una botella con
arena naranja.

-¡Puta madre!- Enfurecio viendo el pizo lleno de arena, con polvo expandiendose por toda la
habitación.

El polvo llego hasta nosotras y el picor en la garganta nos comenzo a afectar; tape con más fuerza mi boca ahogando la tos pero Mía no fue lo
bastante rapida, una tos seca y ahogada escapo de
su garganta.

El mundo se quedo en pausa.

Ella me volteo a ver como si hubiera cometido el peor error de su vida y talves era verdad.

De la nada una mano se aventuro debajo de la cama y comenzo a moverse bruta de un lado a otro
tratando de atraparnos, solo a centimetros de nosotras

Mía me apreto fuerte la mano y grito - Corre! Si nos atrapa estamos muertas- con una mirada aterrorizada.

La piel se me puso de gallina y mi respiración se volvío raquitica, no lo pense dos veces y salí de abajo de la cama cual gata callejera.

Cada una salio por su respectivo lado yo izquierda y ella derecha pero desafortunadamente a mi me
quedaba mas lejos la ventana, solo unos segundos despues de ver como Mía brincaba la ventana un mano me tomo por la parte trasera del cuello.

El terror y las ansias me inundaron, comencé a retorcerme de un lado al otro como si mi vida dependiese de eso.

- Shuuuth! Cállate enana ¿Quieres que la policía te encuentre?- me susurro en un tono muy agresivo - Te estoy tratando de ayudar maldita, si
te ven te llevaran a la cárcel.

Yo sacudí la cabeza en negación, no me importaba que la policía me atrapará con que me separaran
de este depravado.

Me arrastro hasta la cama y me aventó con violencia a ella, caí de boca a bajo y cuando la
levante para tratar de huir para pedir ayuda lo mire:
En su mano tenía un arma apuntándome directamente.
Sin sentimientos, completamente
frío y calculando en que momento volarme mi apreciada materia gris.

Me quede helada, no era como el estacionamiento, no era como otras veces que me habían apuntado.

El me miraba con una convicción de matarme que cualquier pensamiento quedó en blanco por excepción del "Obedece" que estaba en letras
negras y mayúsculas en mi cabeza.

Lo mire con terror y con calma levante las manos en señal de rendición, el sonrió ligeramente y llevó su dedo índice izquierdo a su boca simulando un "Shhth" a lo que yo asentí con la cabeza obediente.

Con cuidado sin dejar de verme se acercó a la ventana y la cerro con el seguro para después bajar la persiana y no se viera nada de afuera.

"Buum, buum, buuum" mi corazón latía sin parar tan acelerado que dolía en mi pecho, amenazado con salir corriendo de repente.

"¡Corre! Si nos atrapa estamos muertas" resonaba
en mi cabeza como una macabra frase que se repetía una y otra vez, como un disco rayado, como una mala broma.

Mire a todas partes para tratar de averiguar dónde estaba Mía pero al parecer la muy maldita desaparecio y me dejo aquí sola.

- Pensábamos que te había llevado la policía o algo peor- Comenzo a hablarme- Sierra me
llamó llorando diciendo que no habías llegado ni Mía.

Yo no entendía porque de repente me decía eso, estaba en medio de una crisis nerviosa y este sujeto se puso a hablar de Sierra justo despues de
apuntarme con un arma, no entendía nada y creo que el lo noto.

-Si salías corriendo como aquella estúpida a la que no alcance te habría llevado la policía. - me dijo bajando el arma tratando de calmarme- Esto se convirtió en una cuestión de pandilla, ellos pensarían que eras una pandillera por estar ahí.

-Eres un i-idiota -Yo solo sollozaba y trataba de recuperar la compostura.

- i¿Qué putas mierdas hacían debajo de mi cama?!- grito molesto.

-S-solo caímos por aquí mientras huíamos de la policía... Mí-Mía sabía que aquí vivías y nos quisimos ocultar

- ¿Que mierdas les pasa?- dijo molesto Eidan¿Estaban drogadas?-preguntó acercándose un tanto a mi a lo cual mi cuerpo reaccionó por si sólo
alejándose como si estuviera poseída.

-- N-no -dije de nuevo.

El se alejó con las manos arriba de cierta forma dándose por vencido.
No se que sucedía con mi cuerpo, esta no era yo, por lo menos no "La nueva yo". Se supone que la Athenas miedosa y sumisa había quedado en el pasado pero aquí estaba resurgiendo de nuevo, mostrandome que no importaba que tanto pelara
los dientes en el fondo siempre eh sido una cachorrita asustada.

Me sentí desepcionada de mi misma. No tenía animos de pelear, solo quería llegar a casa a llorar.

"Que asco me doy" Pense.

De la nada las sirenas que ya se habían ido hace un rato comenzaron a acercarse, Eidan brinco hasta
donde estaba yo sin importarle que estuviera aterrorizada y me tapo la boca.

Trate de quitarlo, de morderlo o gritar pero me tenía apretada tan fuerte la quijada que nisiquiera la podía mover.

Pare en seco mi intento de herirlo cuando escuché unos gritos y forzegeos, era Mía, la había atrapado
la policía. De inmediato quise saltar de la cama a tratar de ayudarla pero Eidan me sostuvo aún mas
fuerte, lo vi apretar fuertemente los ojos, fue ahí donde me di cuenta, el estaba tan agustiado por ayudarla como yo pero no era tan estupido como yo, el sabía que no lograríamos nada saliendo más que tambien nos arrestaran.

Deje de forsejear y clave la mirada en sus manos que tambien al darse cuenta que deje de pelear fueron aflojando y soltandome poco a poco.

Estabamos juntos en esto.

Le hice un amarre al chico equivocado(respaldo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora