—Gracias por ayudarme con las bolsas, Artemis —dijo Serena mientras abría la puerta de su apartamento.
—No hay de qué —dijo su vecino—. Yo... perdón, ¿quién es usted?
—El padre del niño —dijo una voz familiar desde detrás de ella, haciendo que le diera un vuelco el corazón.
Lo cierto era que no se esperaba que él volviera tan pronto. Al darse la vuelta, descubrió que Seiya había agarrado las bolsas.
—¡Qué sorpresa! —consiguió decir finalmente ella. Artemis miró a Seiya con suspicacia.
—Artemis, te presento a Seiya —dijo, respirando hondo. No quería repetir la expresión que había utilizado él para presentarse.
«El padre del niño». Esas palabras eran posesivas y querían remarcar la relación que había entre ellos. Una relación que Serena quería olvidar.
—Y es cierto que el niño tendrá también sus genes —añadió—. Gracias de nuevo por echarme una mano.
—No hay de qué —dijo Artemis, mirando con curiosidad a Seiya.
—¿A qué has venido? —preguntó Serena a Seiya, una vez que Artemis hubo desaparecido.
—A hacerte compañía —dijo, siguiéndola hasta la cocina—. Sé que me echas de menos —añadió con una voz de lo más seductora.
Serena chasqueó los labios mientras dejaba la bolsa que llevaba sobre la encimera.
—Sí, igual que echo de menos las nauseas del embarazo. —¿Has tenido muchas?
—Antes sí.
—¿Y ahora?
—No, ahora solo estoy un poco gorda.
Él observó los pechos de ella, así como su barriga hinchada y sus piernas.
—Bueno, solo te han engordado ciertas partes del cuerpo. Por lo demás, estás muy guapa.
El modo de mirarla de él le recordó la pasión que ambos habían compartido, le recordó cómo habían hecho el amor.
Luego, trató de pensar en otra cosa mientras se daba la vuelta para sacar el resto de la compra de las bolsas.
—Todavía no me has dicho para qué has venido.
—Sí que te lo he dicho. He venido a hacerte compañía. Ella estuvo a punto de tirar una caja de huevos.
—Supongo que quieres hablar conmigo de algo...
—¿Has vuelto a pensar en mi proposición?—No me acuerdo de que me hayas hecho ninguna proposición —mintió ella. —Sí, te pedí que te casaras conmigo —dijo él con calma.
—No es cierto que me lo pidieras —replicó ella—. Trataste de imponérmelo. —Entonces, ¿vas a casarte conmigo?
—No.
Él soltó un suspiro.
—Estás segura de que tratar de dejarme a un lado va a ser lo mejor para el niño? Ella iba a decir simplemente que sí, pero finalmente se arrepintió.
—¿No crees que lo mejor para él será vivir con sus dos padres y que estos estén casados?
—En general, sí, pero nuestro caso es especial. Nuestras familias llevan cientos de años enfrentadas.
—¿Y qué importa eso? ¿No es mucho más importante el bienestar de nuestro hijo?
Serena sacudió la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
PROHIBIDO ENAMORARSE... **HIATUS**
FanfictionSerena Tsukino mantuvo una apasionada aventura amorosa con Seiya Kou, un enemigo de su familia. Y cuando se quedó embarazada, decidió que tendría al niño sola. Pero, al descubrir que ella iba a ser la madre de su hijo, Seiya, el soltero más empeder...