Me gusta la noche, me gustas tú

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Narra México

Cuando despierto veo que tengo un mensaje de Rusia, dice esto:

"Gracias por recomendarme el té, hace mucho que no dormía tan bien, quiero hacerte una propuesta, si puedes me gustaría que volviéramos a hablar hoy, quizá una hora antes de la hora en la que hablamos ayer, espero tu confirmación, ten un buen día."

De inmediato le doy una respuesta afirmativa, y desde ese momento no puedo evitar contar los minutos hasta que sea hora de volverlo a ver, estoy muy ansioso, además me deseó un buen día, owwww, que tierno es.

Hoy le pongo más atención a la ropa que voy a usar me decido por un overol con una camiseta negra sin adornos, también me pongo un paliacate negro en la cabeza, me veo simple pero sin estar desarreglado, no me quiero ver como si no me bañara nunca, pero tampoco me voy a vestir como si fuese un invitado de la alfombra roja, tengo que disimular.

Después de tomar mi desayuno le pido a Rosa que venga, tengo que contarle todo para que me ayude a pensar como llevar todo esto, no quiero que él se vaya a dar cuenta y es que soy la persona menos discreta del mundo.

¿Y si a él le gustan las chicas? Siento que el corazón se me hunde al pensar en la sola posibilidad de que le gusten sólo las mujeres, porque eso me dejaría con absolutamente ninguna posibilidad de que en algún momento yo también le guste, nunca hemos hablado sobre nuestras preferencias, quizá hoy le pregunte, si es que me atrevo.

Después de considerar lo anterior intento dejar de pensar en él para no hacer mi ilusión más grande de lo que ya es, porque obvio el nivel de emoción que tenga va a ser directamente proporcional al de decepción si es hetero. Aunque obviamente este intento fue en vano.

Cuando Rosa llega la tomo de la mano y la llevo (O más bien la arrastro) rápidamente a mi habitación.

—¿Qué está pasando?.—Me pregunta confundida cuando llegamos a mi cuarto.

Asomo la cabeza por la puerta, miro hacia ambos lados intentando corroborar que no venga nadie, acto seguido la cierro y me recargo en ella, suspiro antes de hablar.

—Tenías razón.—La miro con suma seriedad.

—México, ¿De qué me hablas? Me estás empezando a asustar.

—Tenías razón—Repito—Sobre mis nervios, sí me siento atraído por Rusia... Muy atraído.—La última frase la digo con los ojos cerrados, hago enfasis en la palabra "muy" y cuando termino de hablar abro los ojos nuevamente.

—¿Qué?, ¿Estás seguro?.

—Muy seguro, creo que él es... Es... No sé cómo es, ni siquiera se me ocurre una manera de expresarlo, simplemente es indescriptible, es guapo, es bueno, muy dulce, atento y tiene unos ojos que... Me hipnotizan por completo.—Suspiro al recordar la imagen de su cara.

—¡Oh por Dios!—Sonríe emocionada y se cubre la boca con ambas manos, yo siento que me pongo rojo—No lo puedo creer, sí te gusta, esto es increíble, estoy muy feliz por tí.—Da un par de saltitos antes de acercarse a mí para darme un cálido abrazo—Mi niño está creciendo, ¿Y cómo lo ves a él?.

—Guapísimo.—Ambos nos reímos, ella rompe el abrazo.

—No, menso, no hablo de eso, pero, ¿Te ha dado alguna señal de que siente lo mismo? Aunque sea una chiquita.

Lo pienso un par de segundos.

—No, pos creo que no.—Respondo con cierta desilución.

—Ay, tú ni te awites—Me pone sus dos manos en los hombros mientras me mira directo a los ojos—Escucha, no tiene mucho que empezaron a hablar, estoy segura de que conforme pase otro poquito de tiempo va a caer rendido contigo, eres un encanto, ahora la cosa es ver qué estrategia vas a usar para conquistarlo.

—No lo sé, soy una papa para ligar, nuca he podido, quizá cuando venga me cueste menos trabajo... O quizá me cueste más.—Me asusto con esa última posibilidad.

—A ver, a ver, paren todo, ¿Cómo que "cuando venga"?.

Le explico todo lo de su plan para ayudarme con mi albergue de animales callejeros rescatados, ella parece cada vez más emocionada conforme le cuento.

—¡No es posible!, ¡Va a venir exclusivemente para poder ayudarte! Es el candidato perfecto, si así es ahorita, imagínate cuando se de cuenta de que le gustas—Me río, ella asume que se va a terminar enamorando de mí—Va a mover cielo, mar y tierra para verte feliz, ¿Y cuándo es la siguiente videollamada?.

—Es hoy, aquí van a ser las siete.

—Yo lo quiero conocer, nomás me dejas verlo y me voy, ¿Sí?.

—De acuerdo.—Accedo riendo.

Cuando son las siete me envía otro mensaje.

"¿Listo?"

Me entran unos nervios horribles, espero no arruinar nada hoy.

"Listo"

Lo envío y de inmediato recibo su llamada, tiene una pijama azul marino satinado puesta, el azul marino le queda perfecto, resalta con su piel blanca, hoy no está en el exterior, veo que está en su habitación, que está pintada de un tono de verde muy claro.

—Hola.—Me saluda sonriente.

—Hola.—Hago lo mismo.

Rosa pasa muy casualmente (Nótese el sarcasmo) a despedirse de mí para verlo a él, me despido de ella y se va, pero alcanzo a escuchar que susurra "Madre mía" antes de salir de la habitación, me río por ello.

—¿Quién es?—Me pregunta con curiosidad.

—Mi mejor amiga, se llama Rosa—Es el momento perfecto de preguntarle sobre sus preferencias—Es linda, ¿No? Les arreglo una cita.

Él se ríe y así comienza la aventura del día, después de un par de horas colgamos la llamada, me dijo que no le gustan las mujeres, me siento como si me quitaran un peso grandísimo de encima, cuando traté de dormir ni siquiera podía conciliar el sueño por todo lo que estaba sintiendo, me propuso que todos los días a esa hora hablemos, así que a partir de hoy me gusta la noche porque puedo hablar con él y verlo.

El amigo secreto (Rusmex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora