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Era el séptimo día en la arena, ayer por la noche cuando se iluminaron los rostros de los tributos fallecidos en el cielo me dí cuenta de que solo quedaban 7 tributos vivos. Los cuatro profesionales, el chico del 11 y Matt y yo.  Tomé mi botella de agua y le puse las gotas necesarias para desinfectar el agua, un rato después entró Matt a la cueva. Ayer nos había llegado un paracaídas con comida por lo que no estábamos en la urgencia de salir a cazar pero si sería una buena idea.

Matt: " La arena está cada vez más fría"

Maia: " Lo sé, hoy hay que salir a cazar"

Matt: " Vamos."

Tomé mi espada y mis cuchillos y Matt sus lanzas. Caminábamos y caminábamos pero no logramos encontrar a ninguna presa, de pronto Matt cayó al piso y encima suyo el chico del 11.Él tenía 18 años y era enorme, era probablemente del doble de mi tamaño y el triple de mi peso. Con mi espada le logre hacer un corte en la espalda y eso hizo que el soltara a Matt. El chico volteó en mi dirección y me tomó por el cuello, me iba a azotar contra un árbol pero Matt llegó justo a tiempo para teclearlo. Con mi espada finalmente logré hacer un gran corte en el cuello del chico. Este cayó al suelo y su cañonazo se escuchó. Ahora solo quedaban los profesionales y nosotros. Caí de rodillas en el piso y toqué mi cuello, el cual dolía cuando respiraba. Las lágrimas no tardaron resbalar por mis mejillas. La nieve estaba roja manchada de sangre al igual que yo.Matt caminó hasta mi lado y me abrazó.

Matt: " Shh... tranquila...shh.."

Maia: " Joder, yo lo maté. Dejé a una familia sin un hijo, sin un hermano. Soy un monstruo"

Matt: " No Maia, tú no eres un monstruo. Snow lo es."

Después de un rato los dos nos levantamos y tomamos nuestras cosas para regresar a la cueva, entramos a la cueva. Me dejé caer sobre los abrigos que habíamos dejado en el suelo y solté un largo suspiro.

Matt: " ¿Estás bien?"

Maia: " Qué?"

Matt: " Tu cuello está morado"

Pasé mis manos por mi cuello y sentí un dolor agudo, hice una mueca de dolor pero a pesar de eso solo me limité a decir:

Maia: " Estoy bien".

Ese día en la noche, nos llegó otro paracaídas. Este tenía una nota.

Se fuerte- Finnick-

Debajo de la nota había un ungüento y un jarabe para mi cuello y garganta. También había panecillos, arroz y un poco de queso. Matt me ayudó a untarme el ungüento y después me tomé el jarabe. Comí tranquila con Matt pues ambos sabíamos que mañana intentaremos atacar a los profesionales, era ahora o nunca.

NARRADOR OMNISCIENTE:

En el capitolio la gente estaba feliz, emocionada, sorprendida, de todo. Finnick caminaba de un lado a otro en la habitación en la que estaba. Miró hacia la pantalla en donde podía ver como Maia hacía muecas de dolor mientras Matt untaba en ungüento. Haymitch estaba con Finnick, puesto que ambos eran mentores.

Haymitch: " ¿Podrías sentarte?, me estresas"

Finnick: " Lo siento"- dijo sentándose

Haymitch: " ¿Qué te pasa eh? Tu no eres así"

Finnick: " ¿Así como?"

Haymitch: " Así de ...raro"

Finnick: " Solo...no es nada"

Haymitch: " Bueno..."

Haymitch tenía sospechas de que a Finnick le gustaba Maia, pues cuando eran las entrevistas y el desfile Finnick no le despegaba el ojo a Maia ni por un segundo.

Haymitch: " ¿Es por Maia?"

Ante estas palabras Finnick abrió los ojos intentando disimular, Haymitch rió sin gracia y al instante se puso serio.

Haymitch:" Pensé que eras más inteligente"

Finnick: " Yo no dije nada"

Haymitch: " No con palabras al menos. Me estás diciendo que te gusta la chica que dijo en su entrevista que moriría por salvar a Matt, cuya vida corre peligro en este mismo instante. Dios Finnick, de verdad eres un idiota. Parece que no conoces a Snow."

Finnick: " Haymitch..." - dijo intentando explicar

Haymitch: " Finnick, olvídala. Ni siquiera sabes si va a vivir y en caso de que lo haga tu mejor que nadie sabe que los juegos del hambre nunca acaban para un vencedor. Ve su apariencia, ¿de verdad crees que si gana Snow no la usará como te usa a tí? Olvídala, es por el bien de ambos. Lo digo enserio"

Haymitch se levantó de su lugar y salió de la habitación, dejando a Finnick pensativo. Finnick se dio cuenta de que en verdad le gustaba Maia. Él pensaba que era simple atracción pero nunca se había sentido así por alguien con tanta intensidad a pesar de casi no haber convivido con ella. Estaba en problemas y lo sabía.





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Finnick Odair y tu ~Queen of Red Hearts~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora