Finnick Odair y tu ~Queen of Red Hearts~

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NARRA MAIA:

En cuanto desperté sentí un peso en mi hombro, la cabeza de Matt descansaba sobre mi hombro. Joder, me había quedado dormida durante mi tiempo de guardia. Me levanté con cuidado de no despertar a Matt y tomé mi espada junto con mis cuchillos, salí de la cueva mirando alrededor. No había nadie. Entré de nuevo a la cueva y vi que esta vez Matt estaba de pie tomando sus lanzas apresuradamente.

Maia: " ¿Qué haces?"

Matt: " Por dios Maia, ¿Dónde estabas? Desperté y no te ví." - dijo claramente preocupado

Maia: " Salí a ver si había alguien cerca"

Matt: " Está bien, solo no lo vuelvas a hacer"

Maia: " De acuerdo"

Los dos nos quedamos viéndonos fijamente, ambos sabíamos lo que se venía. Hoy sería la última pelea, la gran pelea. Hoy atacaremos a los profesionales. Dos chicos contra cuatro profesionales. Sabíamos que era un gran riesgo pero era hoy o nunca.

Sin la necesidad de decir nada los dos desayunamos en silencio mientras repasamos el plan. Paso 1: Encontrarlos. Paso 2: Matarlos. Suena simple, lo sé. Pero todos sabemos que las cosas son más fáciles dichas que hechas.

Matt y yo nos levantamos mientras tomábamos solo las cosas esenciales, mi espada y mi cinturón con 6 cuchillos. Era todo lo que llevaría. Matt tomó 6 lanzas y las puso en un carcaj mientras tomaba otra en su mano. Me dirigí a la salida de la cueva dispuesta a ir y acabar con todo de una buena vez por todas pero un brazo me detuvo. Volteé para encontrarme con la atenta mirada de Matt.

Matt: " Maia antes de salir quiero que sepas que te quiero. Te quiero mas de lo que me hubiera imaginado que se es capaz de querer a alguien. Así que pase lo que pase, recuerda que te quiero y por favor no lo olvides."

Maia: " Sabes que te quiero. Te quiero como no te imaginas. Así que por eso haré lo que tenga que hacer para que salgas de aquí. Te guste o no así será. Así que ódiame si quieres pero recuerda que yo te quiero y siempre lo haré"

Matt me miró con un poco de reproche ante lo que había dicho pero decidió dejar eso de lado y se acercó para poder fundirnos en un abrazo. Duramos así un buen rato hasta que decidimos que era hora.

Ambos salimos de la cueva y empezamos a caminar a través de los pinos. Nos dirigimos al centro de la arena, justo donde se encontraba la cornucopia y probablemente los profesionales. Sentí como el frío azotaba mi cara, brazos y cuerpo pero todo eso era mejor que traer puestos esos molestos abrigos. Seguimos caminando mientras yo mantenía nuestras espaldas protegidas de cualquier posible peligro.

Luego de lo que parecieron ser unas tres horas caminando nos sentamos a descansar un momento, en cuanto Matt se sentó en una piedra distinguí algo o mejor dicho alguien detrás de él. Tomé un cuchillo de mi cinturón pero justo antes de que lograra lanzarlo alguien me tiró desde atrás hacia la nieve. Me volteé rápidamente encontrándome con el chico del dos, Max. Max me mira y sonríe de una manera cínica, mientras se posa encima mio. Con mi espada logré hacerle un corte lo suficientemente profundo para que se quitara de encima mío. Me levanto rápidamente mirando en dirección de Matt, este lucha cuerpo a cuerpo contra la chica del distrito 1 , Jenna.

Regreso mi mirada a Max quien se abalanza sobre mí con su espada en alto. Cubro el ataque cortando un poco su brazo, causando que una gran cantidad de sangre brote de la herida. Debido al dolor que le debió de haber causado él suelta su espada. Este me mira furioso y antes de que tenga tiempo de reaccionar me azota contra un árbol, haciendo que yo suelte mi espada también. Pone ambas de sus manos al rededor de mi cuello y comienza a ahorcarme. Justo cuando está por azotarme y romper mi cuello noto como alguien logra teclearlo. Caigo al piso y de inmediato tomo mi espada. Volteo a ver quien derrumbó al chico y me sorprendo al ver que fue Cole, el chico del distrito 1. Mientras estos dos pelean volteo en dirección de Matt quien sigue peleando contra la Jenna.

Con mi espada le hago un enorme corte en la espalda causando que se dé la vuelta mirando hacia el cielo. Le doy una vuelta a la espada y tomo impulso para atravesarla con la espada en el pecho. Inmediatamente se escucha su cañonazo. Nuevamente volteo a ver a Matt quien ya está de pie con una de sus lanzas en su mano. Corro de nuevo hacia donde Cole y Max pelean. Tomo un cuchillo en cada mano y apuñalo el cuello de Max de ambos lados. Otra vez suena un cañonazo. Cole me voltea a ver y sonríe.

Cola: " Aw, pobre niña , tan tonta. Confía en cualquiera que muestra preocupación por ella. ¿Acaso nunca se preocuparon por ti en casa?" - dice fingiendo falsa ternura mientras toma su machete en alto.

Lo miro confundida y momentos después me doy cuenta. El no me salvo, solo vió la oportunidad para matar a los dos profesionales , a Matt y a mí. Cuando se acerca para atacarme me agacho justo a tiempo, tomo uno de sus pies y lo tiro al suelo. Me subo sobre él y este me mira divertido.

Maia: " ¿Sabes? Tienes razón, nadie nunca jamás mostró preocupación por mi."

La expresión divertida de Cole se borra de su cara, dejando paso a una de temor. Con ambas de mis manos tomo el mango de mi espada y la clavo en su pecho, escuchando un cañonazo por tercera vez en el día.

Me levanto y volteo a ver a Matt, quien se agarra la pierna, conteniendo la hemorragia que le causó un corte por parte de Jenna. Con cuidado rasgo una de las mangas de mi camisa y armo un torniquete alrededor de su pierna.

Matt: " Estoy bien"- dice al ver lo preocupada que me encuentro.

Maia: " Hay que regresar a la cueva para curarte"

Matt: " No Maia, solo queda la chica del dos. Es ahora o nunca"

Maia: " Pero estás herido"

Antes de que Matt responda noto como un tipo de avalancha va tirando los árboles. Cada vez se acerca más a nosotros.

Maia: " Hay que correr, vamos"

Matt logra correr a mi lado y a pesar de que yo le ofrezco ayuda él se niega y sigue corriendo por su cuenta. Ambos huimos de la enorme avalancha que se acerca cada vez más. En cuanto llegamos al centro de la arena notamos como la avalancha se detiene. Confundidos miramos en dirección de la Cornucopia y entonces lo entendemos. Ahí está ella, enorme, intacta y brutal. La chica del distrito dos, Eider, nos divisa y comienza a acercarse hacia nosotros al igual que nosotros a ella.

Es momento, el momento ha llegado.

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