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—Sol...

—¿sí?

—Sol...— sintió que la llamaban— ¡Sol, despierta!

La chica se levantó asustada, buscando a la causante de esto, se encontró a Lu unos cuantos pasos más allá de ella, que estaba recostada en un montón de toallas.

—¿Qué pasó? — preguntó bostezando.

—Te quedaste dormida otra vez, es la tercera vez esta semana Sol, ¿Qué te he dicho de quedarte leyendo hasta tarde? — la regaño— necesitan toallas en el área de las piscinas, para que las lleves por favor— dijo esto por último y salió del pequeño cuarto en donde se encontraban.

Sol suspiro frustrada ¿había sido un sueño? Se había sentido tan real...negó con la cabeza despejando aquel bonito sueño, recogió unas cuantas toallas y se dirigió al área de las piscinas. Trabajaba en un hotel cerca a la playa en Cartagena, aunque también había piscina para aquellos que no disfrutaban mucho del agua salada...o tenían miedo de ella. El sol en esta área estaba en su máximo esplendor y la cegaba un poco, por lo que caminaba con cuidado, estaba llegando a la orilla de la una de las piscinas cuando el reflejo de algo la cegó completamente haciéndola tropezar y caer al agua. Como pudo llegó a la orilla, intentando subir, pero el suelo estaba resbaladizo y su tarea de salir se estaba complicando. 

Stai bene? — escucho que una voz le decía algo que no entendió muy bien, a la vez que una mano aparecía en su campo de visión. Al levantar la mirada se encontró con unos ojos verdes muy bonitos y una sonrisa amable, algo que la sorprendió fue su gran parecido con el chico de su sueño— ¿señorita? — el chico extendió más su mano a ella.

—Gracias— dijo tomándola y saliendo de la piscina. Algunas personas miraban atentas la escena mientras ambos sacaban las toallas del agua.

—¿Segura estas bien? — pregunto de nuevo cuando terminaron de juntar las toallas, ella asintió en respuesta.

—Muchas gracias...mmm, ¿cómo te llamas?

—Oh, mi chiamo Dante — el chico de ojos verdes sonrió— come ti chiami?— Sol la miró sin comprender — disculpa, mmm ¿Cómo es tus nombres?— dijo un poco pausado y riendo nerviosamente.

—Muchas gracias Dante, mi nombre es Sol— la chica le extendió la mano y él la aceptó— y, no se dice "como es tus nombres" es "como es tu nombre"— le corrigió amablemente y el chico se ruborizó un poco.

—Perdón, apenas estoy...

—¿Aprendiendo?

—Sí, eso, gracias— rio

—¡Sol! — escuchó que gritaban su nombre, así que busco con la mirada encontrándose a una Lu muy enojada.

—Bien, ya me tengo que ir, ten una linda tarde— dijo tomando las toallas.

Ya casi llegaba donde su amiga Lu que cuando la vio, su cara pasó de estar enojada a extrañada, trato de explicarle, pero alguien puso una mano en su hombro, miró hacia atrás buscando al dueño de la mano y encontró a Dante que recuperaba el aire, por lo que parecía haber corrido.

—Me preguntaba si querías salir conmigo esta noche, o cuando puedas ¿te parece? — Sol se sonrojo instantáneamente.

—Me encantaría, salgo a las siete de trabajar ¿te parece vernos en el bar del hotel a las ocho? — dijo sonriendo.

—Claro, me parece perfecto.

Se sonrieron una última vez y se despidieron, prometiendo verse en la noche. Quizás no lo sabían, pero tal vez estaban destinados el uno con el otro, tal vez no, tal vez fue un sueño muy extraño y un encuentro muy casual, y quien sabe...tal vez después de ese casual encuentro comience una linda historia, donde dos almas destinadas se encuentran sin buscarse, donde dos corazones vibran a un mismo ritmo.  

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2021 ⏰

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