Capítulo 2 - Letter

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Sesshomaru contempló el momento de madre e hija a la distancia y en total silencio, hasta que observó de reojo a Jaken, quien le había notificado de lo sucedido. El Daiyokai solo volvió la vista al frente unos segundos, para luego cerrar sus ojos y entrar nuevamente al palacio.

Rin comenzó a tararear una suave melodía mientras acariciaba los mechones blancos de la pequeña que descansaba en su regazo. Habían pasado casi 15 años, pero en ese preciso momento sus corazones se conectaron casi de inmediato, como si nunca hubieran estado separadas la una de la otra... Towa observaba el cielo, disfrutando de aquellas caricias, era como si el tiempo se detuviera o como si ella volviese a ser pequeña, la que nunca pudo estar junto a su mamá...

Aquellos ojos que hace unos instantes habían estado derramando lágrimas, se encontraban aún hinchados y fatigados de tanto llanto, y ella misma estaba cansada, sin olvidar el hecho que realmente no tendría que haber salido del castillo. Cerró sus ojos poco a poco hasta quedar profundamente dormida, tal vez así, olvidaría todo...

Uno nunca sabe realmente cuanto tiempo transcurre cuando estamos dormidos, el sueño a veces es tan profundo que al despertar pueden pasar tan solo unos minutos o un par de horas, en este caso, transcurrió casi una hora hasta que la joven Hanyo fue despertada por un ave que descansaba en el marco de la ventana... ¿En qué momento? Si había estado hace rato había estado afuera con la mujer de cabellos oscuros, obviamente alguien la llevó hasta allí. Towa volvió la vista al ave que parecía traer algo en su pata, ¿una nota? No, una carta.

Tomó el papel, dejando al pequeño emplumado apoyarse en su hombro.

— . . . —

Setsuna, quien acababa de despertar, vio a su gemela correr a una velocidad increíble.

— ¿Towa?... ¡¿A dónde vas?! — Exclamó con tal sorpresa al ver que esta tomó la correa de Ah-Un.

— ¡No tengo tiempo! — Fue su única respuesta, para luego perderse entre las nubes que rodeaban el palacio.

La oji-violeta visualizó un papel que su hermana había dejado caer, el cual obviamente tomó. Esta era una carta de Riku...

" Srta. Towa:

Ya que usted no desea volver a verme, y no la culpo por ello, le notifico por medio de esta carta que he tomado una decisión. Yo aún tengo muchas cosas que analizar con respeto a mí mismo, quién soy y de dónde vengo, así que, me iré por tiempo indeterminado para terminar de buscarme y pensar en todo lo que sucedió.

No entraré en papel de víctima, porque obviamente no lo soy, y tal vez tampoco le interese, sólo quería decírselo. Sin embargo, lo que si quiero dejar en claro, es que cuando encuentre aquello que convertí en mi nuevo propósito, volveré por usted. Ahora no tengo las armas para enfrentarla, soy un cobarde, un imbécil y cualquier cosa que se le ocurra...

Le prometo que cuando eso suceda, seré un hombre de verdad, uno digno de estar en su presencia.

Atte: Riku."

El comunicador que Towa cargaba para comunicarse con su hermana comenzó a reaccionar en su bolsillo.

— ¡Setsuna, no tengo tiempo! —

¡Towa, regresa! ¡Puede ser una trampa, otra más! — Suplicó la menor.

La mencionada guardó silencio.

¿Towa? —

— Setsuna, no puedo permitir que se vaya. Más allá de todo lo que ha pasado, y por más que me esté contradiciendo en este momento, no puedo simplemente ignorar lo que siento por él... — Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. — Impediré que ese barco zarpe. —

Esto fue lo último que dijo antes de cortar la comunicación, no haciendo más que preocupar a su hermana, quien al voltear vio allí a sus padres.

— Towa puede estar en peligro, tengo que... —

— Ve. — Respondió Sesshomaru.

— P-pero, no tengo como. —

En ese momento, Kirara apareció en la entrada, trayendo consigo a Moroha.

— ¿Decías? — Cuestionó, brindándole su característica sonrisa. — Vamos por esa boba, sea o no una trampa, Towa siempre nos necesitará. —

La verdad es que, bajo esas lindas palabras, la Shihanyo tenía un muy mal presentimiento, este mismo fue el que le hizo ir donde su prima.

Ya con ambas sobre el felino y con ayuda de su sensible olfato, se dispusieron a seguir a la albina.

"No dejaré que tomes la salida fácil, tú no eres así, ¿verdad?" — Pensaba Towa, observando el agua a la distancia. — ¡Ah-Un, ve más rápido! —

Riku se encontraba dentro del barco, sentado en lo que alguna vez fue el trono de Kirinmaru. Comenzó a recordar todo lo vivido hasta la fecha, miles de cosas habían cambiado, tantas enseñanzas que allí recibió, muy malas en realidad, eran muy pocos los "bonitos recuerdos", aunque, ahora empezaba a cuestionarse si realmente eran buenos.

En ese momento, se puso de pie y decidió salir a cubierta unos segundos, contemplando el hermoso clima que hacía, ese podría ser el primer paso de su nuevo comienzo para encontrarse a sí mismo. Respiró hondo, brindando una sonrisa al cielo azul.

Suspiró, así cerrando sus ojos.

Por fin Towa, llegó a donde quería y bajó de un salto, ignorando el posible daño tras el impacto al pisar este.

— ¡Riku! — Llamó, adentrándose en este, buscándolo por medio de su aroma. — Tiene que estar aquí. —

— Señorita Towa... — Mencionó él, casi en un susurro.

La susodicha llegó hasta la cubierta, sólo para darse con que él... No estaba allí... El chico había abandonado la nave un instante antes, pero no por haber sentido que ella se acercaba, él simplemente no iba a marcharse por ese medio. 

La hanyo se arrodilló, y con su vista al cielo, se quedó así, sólo pensando...

A la distancia se podía ver a Kirara llegar con las otras dos princesas que sonreían de alivio al ver que la chica parecía encontrarse bien, pero esta parecía no verlas a ellas, sino a un punto fijo.

Una vez las tres se reunieron, ninguna dijo nada, ni una sola pregunta querían hacer, la expresión ajena lo decía todo. Simplemente tomaron a la chica y decidieron regresar a pie, así llegando al bosque donde se encontraba el árbol sagrado y el pozo devorador de huesos, Towa se sentó sobre este.

Setsuna dudaba, pero no quería incomodar a su hermana. Sin embargo, Moroha, ya no pudo aguantar más y comenzó el reproche.

— Oye, ya. Sabemos que lo quieres y todo, pero él realmente hizo las cosas mal, sobretodo contigo, Towa. El que sintieras algo también lo debe haber planeado, para sacar beneficio de ello, trabajaba con Kirinmaru y la loca de su hermana. Olvídalo de una vez. —

Ella alzó la vista.

— Lo sé, no es necesario que me recuerdes todo, estaba allí. —

La azabache guardó silencio, la mirada contraria le daba escalofríos y no sabía porqué.

Towa se limitó a suspirar. 

Una extraña corriente de aire llamó la atención de Moroha, las plantas parecían inquietas y el ambiente había cambiado, pero solo ella parecía notarlo, hasta que...

— ¡Towa! — 

Exclamó Setsuna, observando como algo que salía del pozo, envolvió a la muchacha para luego llevarla dentro de este.

Moroha y Setsuna, en la desesperación se lanzan también para intentar rescatar a su compañera, pero ambas terminan chocando contra la tierra en el fondo. La albina no se encontraba en su interior.

¿Qué estaba pasando?... ¡¿Dónde estaba Towa?!

Grieta「 Ritowa 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora