capítulo 4

16 3 3
                                    

El idiota empezó a reír, así como escuchan exploto en una fuerte carcajada, lo admito parece un psicópata, pero sexi. Toda la clase seguía en total silencio.

-Kilian, porque mejor no, nos sentamos en otro asiento- le dijo el rubio, que me imagino era su amigo. Pero el muy idiota lo ignoro y se acercó peligrosamente a mí.

-mira princesa, no sé de qué castillo saliste, pero aquí en Kings Brighton mando yo, me escuchaste- me dijo de forma amenazante y egocéntrica, no podía creer lo que mis oídos estaban escuchando.

-mira rey no sé quién eres ni me interesa, y no soy ninguna princesa, todo el mundo te tendrá miedo, pero yo NO- le dije con el corazón latiéndome a mil por horas, pero no le iba a demostrar mi miedo.

- ¡a mí nadie me- y en ese momento entro el profesor, gracias Dios por escuchar mis plegarias.

-buenos días chicos disculpen la tardanza, ¿pasa algo aquí jóvenes? - dijo el profesor y se nos quedó mirando a mí y al idiota que ahora sé que se llama Kilian, ya que nos estamos mirando como si quisiéramos matarnos.

-no pasa nada señor Griffin, solo estábamos conociendo la nueva, verdad Kilian- le dijo el rubio nervioso.

-si profesor, solo estaba conociendo a mi compañero aquí presente, por cierto, todo un caballero- dije remarcando la última palabra entre comillas con una sonrisa en mi boca. Ahora si me quiere matar si la mirada lo hubieran hecho ya estaría muerta.

-claro Griffin, hasta le enseñare la Kings Brighton completo- me dijo con una sonrisa malévola- definitivamente desde que suene el timbre salgo más rápido que flash.

-ok basta de presentaciones, hora de empezar la clase, así que siéntense jóvenes- dijo el profesor, obvio me quede en mi asiento, no se lo iba a dar yo llegue primero, y él tuvo que sentarse a mi lado, ni siquiera me concentre en la clase ya que, no me quito la mirada en todo momento, y cada vez que giraba, me daba una sonrisa de lado y siniestra. Después de un rato sonó el timbre y Salí disparada sin mirar atrás rumbo a mis próximas clases.

Voy camino a la cafetería, espero encontrar a Amelia, no me gustaría estar sola, cuando llego hago mi fila para tomar mi almuerzo, luego me dirijo al traga moneda, perdón digo a la dispensadora, es que siempre ¡tragas mis monedas! Cuando llego introduzco la moneda, y no pasa nada como siempre, así que termino pateando la para poder extraer mi coca cola, pero nada.

Siento algo tras de mí, y veo una mano que pasa sobre mi hombro, introduce un par de monedas y saca dos coca cola y me ofrece una.

-a aquí tienes – me le quedo mirando es un chico muy guapo debo admitir, alto rubio de ojos azules, un poco fuerte, se le notan los bíceps atreves de su camiseta, y con una sonrisa encantadora y dulce que derretiría a cualquiera, pero yo no soy cualquiera, así que devolviéndole la sonrisa toma la bebida dándole un gracia.

El Desconocido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora