El idiota empezó a reír, así como escuchan exploto en una fuerte carcajada, lo admito parece un psicópata, pero sexi. Toda la clase seguía en total silencio.
-Kilian, porque mejor no, nos sentamos en otro asiento- le dijo el rubio, que me imagino era su amigo. Pero el muy idiota lo ignoro y se acercó peligrosamente a mí.
-mira princesa, no sé de qué castillo saliste, pero aquí en Kings Brighton mando yo, me escuchaste- me dijo de forma amenazante y egocéntrica, no podía creer lo que mis oídos estaban escuchando.
-mira rey no sé quién eres ni me interesa, y no soy ninguna princesa, todo el mundo te tendrá miedo, pero yo NO- le dije con el corazón latiéndome a mil por horas, pero no le iba a demostrar mi miedo.
- ¡a mí nadie me- y en ese momento entro el profesor, gracias Dios por escuchar mis plegarias.
-buenos días chicos disculpen la tardanza, ¿pasa algo aquí jóvenes? - dijo el profesor y se nos quedó mirando a mí y al idiota que ahora sé que se llama Kilian, ya que nos estamos mirando como si quisiéramos matarnos.
-no pasa nada señor Griffin, solo estábamos conociendo la nueva, verdad Kilian- le dijo el rubio nervioso.
-si profesor, solo estaba conociendo a mi compañero aquí presente, por cierto, todo un caballero- dije remarcando la última palabra entre comillas con una sonrisa en mi boca. Ahora si me quiere matar si la mirada lo hubieran hecho ya estaría muerta.
-claro Griffin, hasta le enseñare la Kings Brighton completo- me dijo con una sonrisa malévola- definitivamente desde que suene el timbre salgo más rápido que flash.
-ok basta de presentaciones, hora de empezar la clase, así que siéntense jóvenes- dijo el profesor, obvio me quede en mi asiento, no se lo iba a dar yo llegue primero, y él tuvo que sentarse a mi lado, ni siquiera me concentre en la clase ya que, no me quito la mirada en todo momento, y cada vez que giraba, me daba una sonrisa de lado y siniestra. Después de un rato sonó el timbre y Salí disparada sin mirar atrás rumbo a mis próximas clases.
Voy camino a la cafetería, espero encontrar a Amelia, no me gustaría estar sola, cuando llego hago mi fila para tomar mi almuerzo, luego me dirijo al traga moneda, perdón digo a la dispensadora, es que siempre ¡tragas mis monedas! Cuando llego introduzco la moneda, y no pasa nada como siempre, así que termino pateando la para poder extraer mi coca cola, pero nada.
Siento algo tras de mí, y veo una mano que pasa sobre mi hombro, introduce un par de monedas y saca dos coca cola y me ofrece una.
-a aquí tienes – me le quedo mirando es un chico muy guapo debo admitir, alto rubio de ojos azules, un poco fuerte, se le notan los bíceps atreves de su camiseta, y con una sonrisa encantadora y dulce que derretiría a cualquiera, pero yo no soy cualquiera, así que devolviéndole la sonrisa toma la bebida dándole un gracia.
ESTÁS LEYENDO
El Desconocido
Подростковая литератураAvani Smith una joven de 17 años, cursa su ultimo año de secundaria, pero se ve obligada a irse a vivir a Brighton, Inglaterra, ya que su padre por motivo de trabajo debe mudarse por negocios a otro país. pero su vida cambia, cuando de pronto, ll...