Impulsivo

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Kim Yongsun se encontraba ordenando algunas cosas en su escritorio, hoy no tenía ningún tipo de consulta pero a la castaña le encantaba tener todo bajo control y siempre en orden, hasta que el teléfono que tenía en una esquina del gran escritorio marrón sonó.

Era raro que llamaran a tan tempranas hora de la mañana, casi eran las 5:30am y todos aún dormían.

Todos menos Moon Byul Yi.

-¿Hola?

-Yongddunie-e...- Se escuchó un pequeño susurro por el otro lado de la línea.

-¿Byul? ¿Estas bien?.- la menor no contestaba, y eso preocupaba a la mayor .- ¿Te sucedió algo, bebé?

Hubo un largo silencio donde la castaña solo pudo oír la respiración agitada de la rubia.

-Me voy a ir, Yongddunie.- dijo la menor.- Perdóname por favor.

Y colgó.

A la mayor no le importo colgar el teléfono y simplemente salió corriendo como si hubiera visto al mismo diablo en su oficina.

Cuando estuvo dentro de su auto en camino a la casa de Byul, se permitió llorar, las lágrimas que tenía acumuladas en sus marrones ojos no lo dejaba ver el panorama y juraba que si no fuera por la hora y porque no se encontraba ningún auto manejando por el mismo lugar, se hubiera chocado.

Cuando por fin llego a la casa de la menor, pudo divisar a lo lejos una larga cabellera rubia que era dueña de una chica con una polera rosada y una maleta de Capitán América, la pequeña silueta estaba caminando cabizbaja por un parque sin rumbo.

-¿A donde vas, pequeña?.- Kim aparco su carro Justo al lado de la chica, haciendo que esta despegara sus ojos de la acera y la mirara expectante.

-Yongsun.

-Sube, tenemos cosas de las cuales hablar.- dijo firme mientras veía como la menor ingresaba al vehículo.

El ambiente estaba demasiado tenso y si alguien traía una tijera se fácilmente podría cortar en dos.

-Sunnie.- la menor fue la primera en hablar.- Enserio lo sie..-

-¿Por qué lo hiciste?.- la mayor exigió impasible.

Oh Moon Byul Yi, tocaste fondo con Kim Yongsun.

-No te enojes, por favor.

-Si no quieres que me enoje tienes que decirme que tratabas de hacer y la razón.

Kim Yongsun nunca se podrá enfadar con Moon Byul Yi.

Y la castaña lo sabía.

-Ayer mi mamá me dijo que ya estaba muy grande, que no tenía amigos y que necesitaba salir mas seguido.-la menor jugaba con la correa de su maleta la cual reposaba en sus piernas.- Al final llego a la conclusión de que me iba a poner en la Universidad, pero yo no quiero, no quiero ver gente nueva, Sunnie.

La rubia miraba sus converse rojas mientras se limpiaba las lágrimas con las mangas de su polera.

Y es cuando la mayor cayó en cuenta de lo que estaba pasando, la Impulsividad es uno de los síntomas del síndrome de Peter Pan, Byul escapó de su casa por la razón de que la obligaban a ir a un lugar que no conoce y el cual ella no está interesada, las personas que sufren de este síndrome se caracterizan por tomar decisiones muy apresuradamente.

La mayor tomó la barbilla de la menor en un cálido gesto mientras la giraba para que esta la mire a los ojos. Pudo notar lo rojos que estos estaban gracias a la presión que estos ejercieron al llorar.

-Byulie.-llamó esta con una cálida voz.- no estoy molesta.

La menor al escuchar esto se lanzó rápidamente a los fuertes brazos de la mayor mientras escondía su cabeza en el cuello de esta y susurraba.

-No quiero entrar y que todo el mundo se burle de mi, tengo miedo a lo que puedan decir los demás de mi o a simplemente lo que piensen al verme.- Kim la empujó más sobre su pecho al escuchar las duras palabras que salían de su boca.- Tengo miedo a ser diferente.

Pasaron unos momentos más abrazadas hasta que Kim tuvo una excelente idea.

-¿Te gustaría ir a un lugar donde nadie te va a juzgar y solo vamos a estar tú y yo? .- Preguntó alegre la mayor.

-¿Existe?.- la castaña podía ver el brillo en los ojos de la rubia mientras mientras esta asentía frenéticamente.

Kim llevó a Byul a un lugar donde todo era paz y tranquilidad, no existían prejuicios, burlas, opresión, preocupación o recelo. Un lugar donde no le iba a pasar nada a su Byul, nadie la podía arrancar de sus brazos en donde estaban.

-Wao.- dijo la menor bajando del auto rápidamente y con la mayor siguiéndole los pasos.- Es muy hermoso, Kim.

Nada es más hermoso que tú, Moon Byul Yi.

Al frente de ellas podías ver aún precioso lago cristalino con muchos grandes árboles al rededor. Aves cantaban por todo el lugar y volaban de árbol en árbol mientras las chicas los miraban y se deleitaban con su canto.

La rubia no se pudo aguantar más y corrió hasta el gran lago, se sumergió hasta el fondo de todo este y llamó a la castaña con la mano para que este también disfrutara de la diversión.

Cuando se cansaron de tirarse agua mutuamente, Byul se colgó de la ancha espalda de la mayor mientras esta nadaba por todo el área del lago, Yongsun le empezó a cantar en el oído a Byul un tiempo después para que esta se relajara y pueda disfrutar de la magnífica comodidad que les brindaba el lugar.

Estuvieron dentro del agua por horas hasta que finalmente salieron.

La castaña se sentó en el verde pasto con Byul a un costado recargando su cabeza en su pecho, estuvieron así por un largo de una hora mientras veían al sol perderse entre las los grandes árboles de al rededor.

Byul escondió su pequeña nariz en el cuello de Yongsun mientras olía un poco del femenino perfume de esta. Poco a poco se fue acercando hasta quedar a unos centímetros de la cara de la mayor y susurrar.

-¿Quisieras viajar conmigo al país de Nunca Jamás, Kim Yongsun?

Síndrome de Peter Pan [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora