Furia

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-Yongddunie-e , él me violo.

Yongsun sintió su sangre hervir al momento de escuchar salir esas tres palabras de la hermosa boca de su bebé.

La sangre se le subió a la cabeza y sabía muy bien que debería lucir más roja que un tomate, empezó a empujar su lengua con su mejilla derecha y sus venas empezaron a sobresalir de su cuello.

La castaña era psiquiatra así que sabía que no debía alterarse por más que quisiera, tenía que controlar su situación para que Byul no se asuste y pueda seguir hablando.

-¿Como pasó?- Yongsun formó un puño con sus manos mientras apretaba fuertemente las sábanas que cubrían a la menor.

-Él no-o que-r.- dijo Byul hipando y empezando a hiperventilar.- No qu-eria qu....

-Habla despacio, bebé.- dijo la mayor poniendo sus dos manos en las mejillas de la menor.- Ahora estas ha salvo. Yo estoy contigo.

Byul la miro con ojos de cachorrito y a Yongsun se le encogió inimaginablemente el corazón.

-Baekhyung no quería que venga a verte, Sunnie.- dijo mientras miraba hacia los grandes ojos marrón de la mayor.- Después de que cayeras en coma yo me fui a vivir con él, mi mamá estaba más que de acuerdo así que acepto. Yo me sentía feliz con él, me decía cosas lindas y me hacía sentir amada.- Sus ojos de la pelimorada se oscurecieron y bajo la mirada.- Hasta que un día me llamaron diciendo que estabas grave y podías morir. Desde ese momento empecé a venir todos los días para estar contigo y leerte cuentos. Pasaba casi todo el día contigo en la cama mientras una de las enfermeras nos cubría, me encantaba cantarte canciones pensando que podías escucharme.

Y ahí es cuando Yongsun recordó estar dormida y haber escuchado una melodiosa voz en su oído cantándole canciones de cuna como si fuera una niña, una hermosa figura haciéndole compañía mientras ella no podía reaccionar.

Byul siempre estuvo con ella y nunca la dejo.

Sintió que después de ese pensamiento su corazón se hacía cada vez más grande.

-Pero un día él se enteró que siempre que me iba de la casa venía aquí a verte.- sus ojos se empezaron a aguar y Yongsun quiso decirle que parara.- Él se enojó mucho conmigo, yo le dije que no podía dejar de venir a verte ya que eres mi amiga.- a Yongsun le dolió esa palabra más se percató de que no venia al caso.- Discutimos y él me pegó, me mantuvo encerrada por casi un mes. Cuando la enfermera me llamó diciendo que estabas bien y que habías despertado sabía que tenía que venir a verte a toda costa. Se lo dije y él me puso una condición.- Byul empezó a sollozar y Yongsun pudo adivinar que era.- Me utilizó, me dolió mucho. Pero quería venir a verte, así que cuando termino de violarme quise salir por la puerta pero me dijo que aún no había acabado, tuve tanto miedo que le di con un jarrón en la cabeza y me escapé hasta aquí.

Byul cayó rendida hacia los brazos de Yongsun y empezó a llorar como jamás en su vida lo había echo. Quería sacar todo lo que tenía en su interior y jamás volverlo a meter.

La castaña sobaba la cabeza de la contraria dando leves masajes para así poder tranquilizarla.

-Antes de irme, él dijo que se iba a vengar de mi.- susurró mientras lloraba desconsoladamente.

-Todo está bien, mi amor.- dijo Yongsun mientras limpiaba las mejillas de la pelimorada.- Estoy aquí y voy a protegerte pase lo que pase.

Byul la miro con los ojos brillosos y sobó su nariz con la de la contraria formando un beso esquimal.

-¿Lo prometes?- pregunto la pelimorada mientras veía a la castaña con una sonrisa sincera.

-Lo prometo.

(...)

Yongsun dormía con Byul encima de su pecho en la cama del hospital.

El rostro de la pelimorada se veía extremadamente cansado ya que tenía ojeras y líneas encima de los ojos producto del poco sueño.

La castaña se encontraba mirando a la pelimorada dormir profundamente mientras acariciaba su sedoso cabello y sus perfectas facciones.

Byul era un ángel. En eso no tenía duda alguna.

Era un hermoso ángel que no merecía absolutamente nada de lo que estaba pasando, ella no tenía que sufrir ni pasar tristezas. Yongsun quería encerrarla en una pequeña burbuja para que nada malo le pase y que siempre esté con esa hermosa sonrisa que tanto le gustaba.

Estaba enamorada de ella. Y de eso tampoco había duda alguna.

Sabía que estaba mal. Demasiado mal. Era psiquiatra y ella su paciente, si lo ponía así no estaba del todo mal pero ese no era el único punto. Byul sufría del Síndrome de Peter Pan, ese síndrome hacía que los adultos tengan actitudes infantiles y por lo tanto tengan los mismos pensamientos que uno.

Byul podía tener el cuerpo de un joven adulto pero su mente era la de una pequeña niña indefensa. Si Yongsun empezaba a tener una relación seria casi ilegal, tenía que meterse bien a la cabeza de que Byul no era una paciente normal.

Prefirió callar sus pensamientos cuando escucho un ruido provenir del estómago de Byul.

Tiene hambre, pensó.

Como aún no había comido prefirió bajar un momento por algo de comida para ella y Byul a la cafetería del hospital.

Yongsun se sirvió un poco de sopa y decidió llevar un tazón a Byul también. Estaba tratando de escoger qué postre comerían cuando escucho las alarmas del hospital soñar con una voz en el parlante dando un mensaje de alerta.

"TODAS LAS PERSONAS QUE ESTÉN EL EL PLANTEL DEL HOSPITAL POR FAVOR EVACUEN FUERA DE ESTE LO MÁS RÁPIDO POSIBLE. HAY UNA PERSONA CON UN ARMA DE FUEGO EN LA HABITACIÓN 301. POR FAVOR ..."

Un disparo cortó la voz de la enfermera en el parlante y todo empezaron a gritar.

La sangre de Yongsun se heló y no podía reaccionar.

La habitación 301 era la de Byul.

Yongsun empezó a correr como sus piernas de lo permitían gracias al terrible dolor que sentía en estas. Los segundos transcurrían demasiado lentos enfrente de ella y las decenas de personas corriendo despavoridas alrededor no ayudaban.

Con mucho esfuerzo logro subir hasta el piso tres. A grandes zanjadas corrió hacia la puerta de Byul y no pudo creer lo que vio.

Espero ver a Baekhyung, pero nunca imagino a la mamá de Byul con una pistola en la mano en la habitación de su hija.

Síndrome de Peter Pan [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora