Desilusión

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-Sunnie.- llamó a la mayor mientras escondía su nariz en el pecho de esta para inhalar su femenino aroma.

-Dime, bebé.- respondió mientras besaba la hermosa cabellera de la menor y apretaba mas el agarre en su mano.

-Creo que me estoy enamorando.

Y el corazón de Kim Yongsun no podía estar más feliz en ese momento.

Sentía las enormes mariposas volar por todo su vientre como una hormonal adolescente enamorada.

Sentía que podía tocar el cielo con la punta de sus dedos y volver a la tierra de un salto. Imaginaba a esos hermosos ojos cafés mirándola con tanto amor como ella los miraba. Quería besarla hasta que sus labios queden más rosados de lo que ya eran.

-Bebé...- las palabras parecían ahogarse en su garganta y no querer salir de ahí.- ¿Cómo lo sabes, mi amor?

Yongsun tenía miedo, miedo de que Byul esté confundiendo sus sentimientos gracias a su síndrome.

La castaña acuno el rostro de la menor entre sus manos mientras la miraba directamente a los ojos y acariciaba suavemente su mejilla.

-No lo sé, Sunnie.- dijo esta mientras miraba al piso un poco sonrojada.- Es solo que él es tan perfecto.

Espera.
¿Él?
¿A que se refería su Byul con "él" ?

Las manos de Yongsun cayeron a sus costados como si estuvieran cargando mucho peso como para resistir.

-¿Él?.- preguntó algo extrañada mientras se acercaba un poco más a Byul quien seguía mirando el piso.- ¿Quién es él?

Byul levantó la mirada hacia la castaña y esta pudo ver sus dos hermosas orbes cafés con un hermoso brillo en particular, un hermoso brillo que jamás sería destinado para ella.

-Bae.- dijo la pequeña pelimorada con una hermosa sonrisa.- Del chico del que te hable, Sunnie.

En ese momento la mayor sintió que ya no podía hacer nada, desde que Byul había entrado en esa academia todo había cambiado ligeramente, al principio no entendía porque la veía mucho más entusiasta que en el comienzo. Siempre la veía más feliz y con ese hermoso brillo en sus asiáticos ojos, siempre se arreglaba más de lo debido a la hora de irse, y ya casi no podía ir a las consultas ya que según la menor "estaba algo ocupada". Yongsun no había notado esos signos de que algo estaba pasando y sentía que podía morirse en ese mismo momento, la niña de sus ojos estaba enamorada de otra persona que no era ella.

Su Byul, su bebé, su amor, su Moonie, ya no le pertenecía.

-¿Yongddunie?.- llamó Byul sobándole el brazo mientras escondía su pequeño rostro en el cuello de esta.- ¿Estas bien?

Yongsun la miró, miró esos preciosos ojos, miró esos cabellos morados, miró esos hermosos cachetes regordetes y respondió.

-Claro que si, bebé. Espero que seas muy feliz.

Porque Kim Yongsun podía hacer cualquier cosa por Moon Byul Yi, hasta ocultar su amor por ella.

(...)

Yongsun dejó a Byul en su casa antes de que oscureciera, la chica se había despedido muy contenta de ella y le había dicho que el tal Bae la había invitado a una cita el Viernes por la noche así que no podría asistir a la consulta que tenían las dos juntas.

Kim Yongsun no se consideraba una persona alcohólica, todo lo contrario, no le gustaba tomar demasiado ya que después terminaba con jaqueca. Pero esta vez tomo un rumbo muy diferente al habitual, iría a un bar. Cualquiera que lo viera en esa circunstancia diría que la han despedido de su trabajo o hasta que ha perdido una apuesta, pero no, Kim Yongsun había perdido algo mucho peor que las dos cosas mencionadas anteriormente, había perdido el amor de Moon Byul Yi.

Todo por sus estúpidos sentimientos, todo por ese estúpido amor prohibido que sentía por la menor. Una psiquiatra enamorada de su paciente ¿Quién lo pensaría? La persona que la tendría que ayudar en realidad estaba haciendo que cayera en un infinito pozo lleno de sentimientos ocultos.

Si tan solo fuera tan fuerte como para que no le importara lo que la gente piense o diga y se guiara en sus propios sentimientos.

Cuando ya eran pasadas las 3 de la mañana decidió irse por fin a su casa, con ayuda del Barman encontró un taxi el cual la llevaría a su departamento.

(...)

Era viernes por la noche y Yongsun decidió ir al pasear al centro comercial mientras hacía las compras de la semana.

Tenía un plan perfecto, ya no le importaba nada, iba a decirle a Byul cuanto la amaba aún así esta no corresponda sus sentimientos.

Nada podía perder por intentarlo.

Prepararía una hermosa cena como el amor de su vida lo merecía, compraría velas y muchas flores.

Todo saldría maravilloso.

Llamó a un taxi y subió en este, en el camino escucho su celular vibrar y la pantalla brillar. Era su Byul.

-¡Yongddunie! Adivina.- dijo esta gritando al otro lado de la línea.

-¿Ganaste el concurso de la más hermosa de todo Corea?.- preguntó divertida esta.

-Bae me pidió ser su novia.- un silencio se escuchó al otro lado de la línea.- ¡Y acepte!

Yongsun no sabía si había perdido la noción por la noticia que le acababa de dar Byul o por el fuerte impacto que recibió el auto donde se encontraba.

Síndrome de Peter Pan [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora