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Pasaron semanas desde que empecé mi nuevo empleo y me encontré con Puppet. Un raro e inesperado encuentro.

Era de noche y estaba en camino a la discoteca. Usagi había pescado un resfriado asique le insistí que descansara. No quiero que empeore.

Finalmente llegué al lugar y me fui a poner el traje de mesera.

- Hola linda~ - Oí esa femenina y a la vez masculina voz seductora detrás de mí.

- ¡Mierda! - Me giré bruscamente - ¡¿Pervertida que haces aquí?! ¡Llamaré a seguridad! -

- Tranquilízate linda, no vengo a hacerte nada de lo que hacíamos hace años.. - Dijo volviendo su voz un poco más grave, sonando aún más seductora.

- Estúpida - Susurré cruzandome de brazos - Me rompiste el corazón, desapareciste, y regresas intentando coquetearme teniendo otra novia -

- Jeje~ Tal vez no sea un ejemplo a seguir, pero me sorprendió lo mucho que creciste - A continuación me acarició el cabello.

Le agarré la mano con fuerza, creo que sí lo hubiera deseado hasta le habría roto los nudillos, pero por suerte me contuve.

- ¿Mm? -

- Ya no soy esa pequeña a la que podías hacerle lo que querías -

- En eso estamos de acuerdo linda, es solo que te extrañé en todo este tiempo -

- Guarda esas "lindas" palabras para tu nueva novia ¿Sí? - Sonreí con sarcasmo y soltandola salí de la sala de vestuarios. Subiendo a la zona VIP para empezar con mi turno.

Pasó el rato, lo que para mí fueron horas hasta que por fin terminó mi turno.

- Buen trabajo ______ - Dijo el encargado de la barra con una amable sonrisa.

- Gracias señor - Asentí devolviéndole la sonrisa y me dirigí nuevamente a la sala de vestuarios. Para mí suerte Puppet no se encontraba ahí, o eso parecía.

Me quité lentamente el vestido de mesera y lo colgué junto a los demás trajes. En eso siento una mano acariciar mi espalda.

- ¿Eh? -

- ____ -

¡Mierda es esa albina!

- ¿Q-qué quieres ahora? ¡S-si puedes ver ahora estoy en un momento privado! - Tartamudé mientras me sonrojaba.

- Jeje~ lo siento linda - Su mano comenzó a bajar con suaves caricias.

- D-detente - Voltié mi cabeza a verla, intentando parecer molesta.

- Recordar los viejos tiempos - Susurró en mi oído mientras su mano seguía bajando.

Estaba a punto de dejarme llevar al recordar lo mucho que su voz me excitaba, a demás de conocer mis puntos débiles y todos esos momentos de hace años.

Hasta que la puerta de la sala se abre derepente.

- ¡_____! - Era Usagi, sonaba feliz.

Esperen ¿Que hace aquí?
Asustada y con los ojos como platos me quedé mirándola.

- ¿_-____? - Los ojos de mi novia se llenaron de lágrimas y cerró la puerta de un golpe.

- ¡Usagi espera! - Alejé a Puppet y me puse el conjunto con el que había llegado y salí corriendo a buscarla pero ya se había ido del local.

- Mierda.. -

- Linda no te preocupes - Escuché la voz de Puppet detrás de mi mientras comenzaba a acariciar mi cabello.

- ¡¿Que te pasa?! - Le grité mientras sacaba su mano bruscamente.

- Ouh.. veo que eché a perder tu relación, que pena - Dijo con su felina sonrisa mientras se alejaba.

- ¡¿Que le pasa?! -

Sentí que sangre hervía y tenía grandes ganas de ir hacia esa albina y arrancarle el cabello.

Pero no iba a servir en nada. Me quedé a beber esa noche, era obvio que Usagi no quería verme, ni leyó mis mensajes.

Con la segunda copa todo comenzó a volverse oscuro, hasta que no pude ver nada más y mis otros sentidos se fueron apagando.

«Puppet y Tú» ¿Mi niñera?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora