Armin veía como su pareja pasaba las paginas de su diario y podía notar como su cara iba cambiando y su sonrisa desaparecía poco a poco hasta terminar de leer la última página.
— ¿Qué es esto, Armin? — Preguntó con lagrimas en los ojos.
— Es un diario que escribí cuando te conocí. Me pareció algo romántico dártelo por nuestro primer mes, ya que habla de ti. ¿te gustó? — Sonrío el rubio inocentemente.
— Mierda, mierda. — Se levantó del sofá y tomo su cara con sus manos.
No sabía qué cosa le dolía más.
Saber que su novio le acosó por un montón de tiempo, y llegó a hacer un montón de cosas terribles, o que en su propio diario escribiera el abuso sexual de parte de su padre hacia él.
Sentía sus piernas temblar, sentía las lagrimas salir de su cara.
Calló al suelo de rodillas y dejó que las lagrimas salieran por fin sus ojos. Sollozó fuertemente.
Su pecho dolía fuertemente.
— Armin, ¿por qué? — Levantó su cabeza para volver a mirar al rubio.
El rubio miró los ojos rojos y llenos de lagrimas de su pareja. Solo se podía preguntar qué hizo mal.
Se acercó y se arrodilló de igual forma.
— ¿Hice algo mal? — Susurró.
— Todo, hiciste todo mal.
— Para de mentir con esas dolorosas palabras, por favor. Me duele. — Sonrió.
— ¿Por qué no me dijiste lo que te hacía? Yo pude haber hecho algo antes, puede haber detenido todo esto. — Tapó su boca.
— No es importante eso, porque tengo a ti. Te amo.
— ¡Basta, Armin! ¡Esto es asquerosamente enfermo! — Gritó empujando al rubio. — Nos vamos. Tenemos que ir a la policía, no lo sé.
— ¿Qué quieres decir con qué es enfermo? — Preguntó frunciendo el entre cejo.
— Armin, vámonos.
— Por favor, responde.
— Armin hay algo más importante que hacer. No nos podemos quedar con los brazos cruzados, ahora se de donde salían esos moretones.
— ¡Eso no interesa! ¡No arruines el día! ¡Nos amamos! Eso es suficiente. — Tomó rápidamente las manos de la que se supone que es su pareja.
— ¡Armin eso no es amor! ¡Es una obsesión enfermiza!
— ¿Cómo puede llamar a mi amor así? Me lastimas, por favor para, solo para. — Dijo haciendo su voz casi inaudible. Le dolía que la persona que más amaba en el mundo lo tratase así.
— ¡Joder! Piensa como me siento yo. ¡Tomaste fotos sin mi consentimiento! ¡Me vivías espiando! ¡Me robaste cosas! Estas enfermo. Es simplemente asqueroso. — Tenía una lucha en su interior, estaba con mucha furia por todo, pero tenía que hacer algo por Armin, era demasiado para alguien tan inmaduro y joven. No sabía que hacer, estaba completamente perdido.
— Por favor... No me llames así. Tú no me digas esas cosas, por favor. — Lloró el rubio.
—Dios, Armin. — Suspiro para acercarse y tomar sus manos. — Perdón, cariño. Lo siento, no quise decir eso. ¿Si? — Sonrió, sonrió de la forma más falsa. — Pero tenemos que irnos, tu padre es un hombre malo. Esto es más importante que una pelea. ¿Si?
Así finalmente Armin acepto.
Armin escuchaba a su pareja hablar por teléfono con su madre."Policía, acoso, padre, abuso, psiquiatra..."
Palabras en el aire que prefirió dejar de escuchar.
Minutos antes al que conocía como "suegro" llegó.
Lo miro de una forma que no pudo descifrar. Fue raro.
Luego tuvo que hablar con la policía y contarles muchas cosas que hubiera preferido guardarse, pero fue convencido por su pareja, esta dijo que no había otra forma de poder ayudarlo. Escuchó algo de que él tendría que hablar con una psiquiatría.
No entendía porque.
¿Por qué debería hacerlo?
No quería cuestionarse eso ahí, se encontraba agotado.
Quería cerrar los ojos por un momento, pero la mirada de su pareja no lo dejó.
Después de todo si se sentía un enfermo.
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𝘗𝘢𝘱𝘢𝘳𝘢𝘻𝘻𝘪 | 𝘈𝘳𝘮𝘪𝘯 𝘈𝘳𝘭𝘦𝘳𝘵
FanfictionPorque, cariño, ya sabes que yo soy tu más grande fan. Te seguiré a donde sea que vayas hasta que me ames. Cariño, no hay nadie como tú, ya sabes que yo seré tu paparazzi. Prometo que seré amable, pero no parare hasta que me pertenezcas. - Narrado d...