XXIII

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Era el día de la graduación cuando Dongmin recibió sus resultados del examen a través del correo electrónico. Estaba sentado en la mesa con su desayuno, apenas comiendo porque su corazón estaba amenazando con romper su caja torácica gracias al discurso que tenía que dar en unas pocas horas y por su plan para salir del clóset.

Sus padres le habían dado su teléfono de nuevo después de la fiesta de graduación y prometió centrarse en los exámenes. Prometió, pero tan pronto como estuvo solo en su habitación, comenzó a mandarle mensajes a Moonbin, olvidando por completo estudiar durante unas horas.

Fue agradable, porque Moonbin le hacía olvidarse de cosas estresantes cuando lo necesitaba. El castaño era su escape y a Dongmin le encantaba. Dongmin lo amaba. Y Moonbin lo amaba de vuelta.

Nayeon llamó a su puerta para hacerle saber que ella tenía un sobre para él, así que después que Dongmin cerró la puerta, abrió Face Time y llamó a Moonbin porque quería ver sus puntuaciones juntas. Si Moonbin obtendría 85 o superior, tenía la oportunidad de entrar en la Universidad de Londres, que era su plan desde el principio. Dongmin ingresaría en Oxford o Colegio del Rey.

Sus padres querían Oxford, pero Dongmin quería Colegio del Rey, ya que estaba más cerca de Moonbin y eran básicamente la misma cosa. Había recibido las cartas de aceptación hace una semana, y él aún tenía que enviar la confirmación a uno de ellos.

"Hey." Dijo Moonbin y Dongmin entrecerró los ojos en la pantalla.

"¿Eso es un traje en la puerta del armario?"

Moonbin asintió con la cabeza, riendo. "Me estoy preparando para la graduación de mi novio."

"Oh, Dios".

"¿Estás nervioso?"

"Un poco. Mucho, en realidad." Dongmin admitió y se sentó en su escritorio. "¿Estás nervioso?"

Ambas graduaciones eran hoy, pero la de Moonbin era dos horas después de la suya.

"¿Tienes los resultados?"

"Sí. Vamos a abrirlos juntos, ¿no?"

"Mmm."

"Está bien, entonces. ¡Ahora!"

Ambos abrieron sus sobres con sus dientes, porque la otra mano sostenía los teléfonos y ni siquiera les importaba que parecían completos idiotas.

"Tú primero." Dijo Moonbin y sus ojos se posaron en su hoja.

"Tengo noventa y ocho."

"¡Oh, Dios mío, eso es genial, Min!" Dijo Moonbin con entusiasmo y Dongmin sonrió, antes de morderse el labio y pedirle al mayor que le mostrara sus resultados.

Moonbin volteó su papel y lo acercó a la cámara para que así Dongmin lo pudiera ver por sí mismo.

"¿Es eso un sesenta y cuatro o un ochenta y cuatro?"

"¡Ochenta y cuatro!" Exclamó Moonbin feliz y Dongmin sonrió cariñosamente. Mariposas estallaron en su estómago.

"¡Vas a entrar! Ugh, pero tenemos que esperar hasta mañana. Tengo que enviarles hoy la confirmación."

Moonbin se mordió el labio, obviamente sabiendo que Dongmin estaba en una situación de riesgo. Por un lado, si el menor le respondiera a Oxford, entonces él definitivamente no estaría con Moonbin en el futuro, ya que sería una hora de diferencia. Por otro lado, si contestara al Colegio del Rey, podría haber una posibilidad de que Moonbin no ingresara a la Universidad de Londres. Eso significaba que tendría que ir a la Uni en Seúl, lo que también significaba que Dongmin se perdería la oportunidad de ir a Oxford a causa de él.

Bebé, el cielo está en tus ojos || BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora