¦¦ Capítulo 2 ¦¦

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Madre: Pero si parecía tan normal, tan feliz, tan agradable, tan risueña, siempre con esa sonrisita inocente y preciosa, toda una sonrisa tranquilizadora para quien la mirara...pero jamás imaginé que ocultara tanto –se lamenta--.

Padre: Tranquila cariño para todo hay una respuesta, ella despertará y nos contará que pasó, por lo mientras intenta calmarte y respirar

[El hombre hablaba mientras que con su zurda acariciaba el hombro de su amada]

Madre: ¡¿Cómo quieres que me calme?! –comienza a desesperarse-- ¡¿Que acaso no estás viendo a nuestra hija en esa cama llena de tubos y conectada a aquel computador?! No puedo calmarme en momentos así y menos sabiendo que todo esto puede ser por nuestra culpa.

Padre: Pero ¿Cómo puede ser esto nuestra culpa?

Madre: Preguntas "¿Cómo?" si está claro, no le brindamos el apoyo que siempre necesitó, cada vez que nos pedía ayuda en algo no se la dábamos por estar ocupados en nuestros trabajos, ella siempre estuvo ahí...pero nosotros no.

[La habitación está en silencio por algunos momentos antes de que ella continúe].

Madre: Acaso te acuerdas de la última vez que nos sentamos todos en la mesa para cenar y le preguntamos a ella "¿Cómo le había ido en la escuela?", "¿Necesitas ayuda en algo?", "¿Tienes algo que te preocupe y de lo que quieras hablar?", ¡por supuesto que no! Nunca lo hicimos y estas son las consecuencias de ello.

Madre: Pensamos que al darle todo lo material que estaba a nuestro alcance podríamos cubrir la falta presencial de nosotros en su vida, que con pagarle la colegiatura y cumplirle ciertos antojos sería feliz y tendría de todo, pues estábamos muy equivocados...y nos dimos cuenta muy tarde –comienza a sollozar--.

[El padre el cual se mantuvo un buen tiempo guardando silencio deja caer una lágrima, la actitud en la que se mantenía para parecer fuerte y sereno se empieza a desmoronar].

Padre: -mira a su hija y después a su esposa- Perdónenme, nunca debí dejarlas como segunda prioridad, pensé que si me esforzaba en el trabajo y las llenaba de cosas tendrían todo, estarían felices y contentas, pero ahora comprendo que lo material solo es algo irreal y vacío, mientras que lo más importante era estar a su lado y permanecer unidos –baja la cabeza apenado por sus errores--.

Madre: Amor...vamos no fue tu culpa, fue de los dos así que no intentes cargar con la responsabilidad solo –se acerca y lo abraza mientras que los dos comienzan a llorar--.

[Se mantienen un rato en silencio, consolándose mutuamente hasta que llega un nuevo invitado].

Alice: Ehh hola, disculpen la interrupción –hace una pequeña reverencia mientras se regaña a sí misma por entrar sin tocar la puerta y de ese modo interrumpir la escena--.

Alice: Como no me dejaron venir en la ambulancia tuve que llegar en taxi, pero gracias al gran tráfico que hay en la ciudad a esta hora el camino se hizo muy largo y tardado el viaje por eso llegué hasta este momento –comenta con un tono de sarcasmo y enojo mientras observa a sus mayores, aun sintiéndose algo apenada por su interrupción y después prosigue--. Por lo cual estaba muy preocupada por el saber cómo se encontraba que olvidé los modales y entre lo más rápido posible.

Padres: -sueltan una pequeña risa antes de hablar debido a la actitud de la joven- Alice tranquila, eres la mejor amiga de nuestra niña, no nos enojaremos contigo por entrar sin tocar, mejor ¿por qué no cuidas a Kara un rato mientras que mi esposa y yo vamos a tomar un poco de aire y un té para tranquilizarnos? –le preguntan de manera amistosa a la menor--

[Antes de terminar de cruzar aquella habitación el hombre mayor aún sosteniendo con el brazo a su amada como forma de apoyo, para al lado de la mejor y vuelve a hablar]

Padre: Cualquier cosa nos avisas ¿está bien?.

[Alice asiente reiteradas veces mientras despide a sus mayores con un gesto realizado con la mano y toma asiento al lado de la camilla]

...

Alice: Kara ¿por qué lo hiciste? –preguntó en voz baja observando a su contraria-- sabías que siempre estaré para ti, si necesitabas apoyo yo te lo podía dar, ¿por qué me mentiste cuando dijiste que ya estabas mejor? –toma su helada mano mientras observa parte por parte el cuerpo dañado de su mejor amiga, preguntándose si hizo algo mal-.

[Pasan unos momentos en aquella posición esperando que de alguna manera aquella chica lograra abrir los ojos y les diera ese grano de esperanza que necesitaban para saber que saldría de esta, pero nada ocurría].



La Hipocresía del Vivir⌛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora