Justo al borde.

III - Culpa.

Diablos, mi madre.

La extraño mucho. A veces hasta llego a pensar qué hubiera sido si yo hubiera dejado de patalear y haberme ido con ella al trabajo. No estaría aquí, o quién sabe.

El último momento en que la ví viva estaba haciendo mi berrinche en la escalera, como una estúpida mocosa mimada.

Quizá.. ¿esto es a lo que se refería la carta? ¿Recordaría la muerte de mi madre?

Tocan la puerta. La abuela no está, y no creo que sea ella. No tiene necesidad, tiene una llave. Una gran y dorada llave.

Bajo las escaleras descalza, con mis shorts azules de pijama, y mi camisa negra de los Red Hot Chilli Peppers. Sip, hace calor.

Corro por el pasillo y abro la puerta lo más rápido que puedo. La oscuridad de la noche envuelve las casas en estos días del año, pero.. no hay nadie.. excepto..

Hay un sobre azul. Un.. sobre azul. Maldita sea. No lo abriré, no lo abriré.. bueno, lo abro.

El sobre contenía una carta amarilla, que novedad. Abro la carta, y ésta dice:
¿Creíste que el anciano era el mensajero? Bah, ni te imaginas. Si crees que lo de tu madre es doloroso, no sabes lo que viene.

¿Qué rayos? ¿Quién se cree este tipo? ¿Quién coño es este tipo?

Interrumpiendo mis pensamientos, llega mi abuela. No le contaré sobre la carta, aún no.

Me saluda con un abrazo, y me pregunta sobre mi día. Resumo todo con asentir y decir "bien".

Ella va a la cocina, supongo que a cocinar. Yo nomas me siento en el sofá, tengo sueño.. después de todo, son las 10:37 pm.

- ¡¡¡Anne!!! ¡¡Ayuda!!

Corro a toda prisa. Me podré golear con tantos muebles, pero nada me detiene. Voy con mi abuela.

Un tipo la está ahorcando. O.. maldita sea. Mi abuela tiene un cuchillo clavado en la garganta, y el tipo ejerce presión en él.

¿¡Qué coño está pasando!?

Mi abuela no se mueve. Me mira, y su cuerpo se afloja. Murió.

El tipo aún no me mira. Aprovecho el momento y lo golpeo sosteniendo mi anillo de plata, el cuál se marca en su cara.

Él da unos pasos hacia atras. Hasta ahora lo miro bien. Está todo de negro, pero, a través de su máscara, se nota su pelo marrón.

Sus ojos, negros como la noche, me miran maniacamente. Retrocedo por inercia, y él me golpea. Caigo al suelo, y estoy a punto de perder el conocimiento.

- Te lo advertimos - es lo último que escucho, antes de desmayarme.

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Creo que le fué mal a la pobre Anne en éste capítulo. Espero que les haya gustado, y gracias por el apoyo.
Para su comodidad, crearé una cuenta en ask, para que puedan comunicarse mejor.
En fin.
Si quieren, búsquenme en las redes sociales:
Fb: Randal Lopez
-Por el momento es la única cuenta disponible-

¡Gracias por leer!

LRLG~×