El tierno ángel

Uno // Ángel

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Oh cariño los monstruos son reales y los más comunes son las personas

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EL HOMBRE CAYÓ muerto en el suelo en el aeropuerto haciendo sonreír a la mujer de piel morena cuando su bala tallada especial golpeó al hombre en el cráneo, orgullosa del disparo limpio.

Se transfirieron $500,000 dólares a la cuenta de la mujer, dándole la señal para que se fuera.

Los gritos llenaron el aeropuerto mientras ponía la cabeza en un moño desordenado, se quitaba la máscara y arqueaba la espalda estirándose.

Justo cuando se preparaba para salir del aeropuerto, la policía comenzó a bloquear las salidas.

Maldiciendo en voz baja, se volvió a poner la máscara y se dirigió a una de las salidas traseras que conducían al estacionamiento.

"Señora, no podemos permitirle que se vaya", dijo el oficial con un acento marcado.

Todo lo que Milaka hizo fue extender su mano mientras el hombre comenzaba a gemir de dolor.

Mientras bajaba la mano, la apretó mientras el hombre gritaba más y seguía su movimiento hasta el suelo. Ella no quería matarlo, solo asustarlo.

Él finalmente cayó al suelo y ella salió corriendo del aeropuerto, sus ojos se iluminaron cuando vio a John.

"Tenemos que largarnos de aquí", le dijo, agarrándolo del brazo y dirigiéndose a sus motocicletas.

"¿Dónde están las chicas?", Preguntó John mientras conducían, acelerando y metiéndose entre los autos en la carretera como lo hacían.

''En la casa. El dinero ha sido transferido '', fue todo lo que Milaka le respondió.

Las sirenas sonaron detrás de ellos, haciendo que el dúo cajún y francés maldijera en voz baja.

''Marcharte. Me ocuparé de esto '', dijo mientras John aceleraba su velocidad, pasando junto a la mujer.

Había al menos 5 coches de policía detrás de ella. 2 oficiales en cada coche, concluyó.

Se bajó de la motocicleta y levantó las manos cuando la arrojaron contra una pared.

"¡Mejorado en el campo!", Gritó un oficial mientras se levantaban las armas y se veían puntos rojos.

La mujer se burló mientras levantaba su mano izquierda, controlando los dedos en los gatillos. Levantaron el brazo y la mano derecha y luego los bajaron rápidamente, lo que hizo que los oficiales volaran de regreso.

Las alas en su espalda que estaban ocultas ansiaban ser liberadas, pero las ignoró mientras corría hacia un callejón oscuro.

Los oficiales corrieron rápidamente al área después de levantarse, pero cuando llegaron, la mujer había desaparecido y no estaba a la vista.

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