Narra Samuel:
Las clases empezaban de nuevo y con ello las peleas entre mis padres se habían frecuentes... ¿La razón? El porque yo no pagaba la universidad por mi mismo, y eran tantas las discusiones que ya no sabía si seguir con mi sueño de ser un enfermero calificado, vaya tela chaval, lo que tenía que aguantar, porque y eso, cada vez era más lo que había que aguantar.
Como era de costumbre en los primeros días de clases me habían cogido tarde, la entrada a la universidad era a las 9:00 am y yo iba llegando a las 9:30 ¡Bravo Samuel!
Para alegría mía, tenía auto, ¿último modelo? Talvez no, pero servía, y lo mejor de todo es que me lo había comprado yo mismo, con los ahorros de toda una vida, era algo sensato a mi 25, y así mis padres no iban a discutir por ello.
Poco o nada le había importado a la profesora que yo llegase tarde, esa mi amiga por así decirlo, y eso era algo también importante.
Era el favorito de la universidad, mis notas eran excelentes y además de trabajar en la biblioteca, me habían dado gran participación y afecto de parte de los profesores, y eso si que ayudaba mucho.
Como era costumbre, cada año el grupo de alumnos eran chicas, era algo obvio ¿no?
No todos los chicos querían estudiar eso ¿sabes?
Pero el afecto que tengo por ayudar a los demás me inspiró a ello, además que creo que todos merecen la oportunidad de tener un buen trato, y yo sé los iba a dar.
Al entrar, las chicas me veían ¿curiosas? Quizá, no sabía si por el hecho de ser hombre o por mi cuerpo, no hay que alardear pero sabes, cuando pasas tiempo en el gimnasio eso es lo que esperas, y me sentía orgulloso de mi esfuerzo.
La clase fue simple, corta y aburrida, realmente no me provocaba gran entusiasmo el hecho de volver a clases, el alcoholismo de mi padre y la desesperación de mi madre aumentaban, aveces desearía no haber estudiado, obedecer el deseo de mis padres de ser abogado, pero no se puede ser feliz en algo que no te gusta, y definitivamente yo no quería ayudar personas de esa manera.
Las chicas eran monas, como la mayoría, pero definitivamente había una, una chica al fondo del salón, pelirroja, misteriosa, que me llamaba la atención de una forma que no era normal, y para sorpresa mía fue la chica con la que tropecé al salir del aula, todas sus cosas quedaron tiradas por el piso, si es que soy tonto chaval, el reclamarle se me había pasado por la cabeza, pero... ¿Le iba a reclamar a una chica de 1.70 y complexión pequeña con hacer chocado contra un chico de casi 1.85 y con mi complexión? Realmente no iba a ser tan hijo de puta.
Afortunadamente teníamos el mismo horario, le ayude a llevar sus cosas, era lo mínimo que podía hacer por ella, tremendo golpe se había llevado conmigo, no le iba a ser odioso.
Ella no me había tratado de la misma forma, pero se entiende ¿no?
Le había preguntado su nombre, Gulianna, era un nombre hermoso si te pones a pensarlo, y ella lo era también.
Las clases habían terminado, Alejandro, quien estaba en otro programa por ahora, se había llevado mi auto, vaya mierda Tío, ahora tenía que irme caminando, con lo cerca que vivo.
Oye, ¿te llevo?La voy que escuche diciendo eso no era quien ni en mil años hubiera pasado por mi mente, Gulianna?
Gracias...Me subí a su auto, era realmente moderno, tenía de todo, si hasta un porta-margaritas, bueno o no, no exageremos.
Le indique el lugar en el que vivía, o al menos eso pensaba ella, le indique la casa de mi abuela y de mi Tia, quería despejarme un poco de los problemas de mis padres, a pesar de que todo era por mi culpa, me lo estaba llevando bastante bien, o al menos eso aparentaba a los demás.
Desde que le hable a aquella chica de cabellos rojos, habrán pasado quizá, dos semanas al menos, días en los que no crucé palabra alguna con ella, ella era tan misteriosa y yo tan extrovertido, éramos completamente heterogéneos, pero así, aún así quería averiguar más acerca de esa chica, la cual, mi cerebro no había podido olvidar ni un segundo.
Había tenido que regresar a la casa de mis padres, los reproches no tardaron, las miradas acusadoras de ambos me llenaban de melancólia y resentimiento hacia ellos, más de una vez en irme, irme lejos, que ellos se olviden de mi y yo de ellos, pero no podría, no podría dejar a Alejandro y a Frank, tampoco a Rubén o a Miguel, simplemente no podría, iba a irme así simplemente por el hecho de que no soy lo suficientemente valiente para hablar con mis padres ¿en serio?
Ya era suficiente, y aquello iba a terminar en una vez, me desperté temprano con la intención de ir hacia la universidad, ya se habían integrado Alex y Frank al programa de estudio en el que yo estaba, ya sabes, ventajas de ser el favorito.
El desayuno de ese día ya estaba listo, y solamente me disponía de bajar e irme, caminando claro, resultó que a Alex le habían robado mi carro, eso me saco por andar de bueno con el, pero al menos el no resultó herido o algo así.
Al fin de levantas Samuel.La voz de mi padre me trajo en si, llevándome de vuelta al salón de mi casa, en el desayuno con ellos y sacándome de mis pensamientos.
Tranquilo papá, en unos minutos ya no estorbare más.Vaya que estaba siendo insolente, pero anda, que ellos siempre fueron así conmigo.
No me hables en ese tono Samuel, soy tu padre y debes de respetarme.¿Aja? Como lo has hecho tu verdad?
Samuel te lo advierto, eres muy terco, ¿sabes porque hemos sido así? Porque te amamos
¿me aman? ¿Y en todos estos años no pude recibir mi un sólo cumplido, un "bien hecho" no?
No no quiero ser abogado Papa, lo siento pero no quiero ser como tu, alguien que no quiere a su hijo y lo mantiene por cumplir, tu no eres nada para mi, desde el momento en el que me di cuenta que no querías que naciera.Lo siguiente que sentí fue su mano chocando contra mi mejilla, aquello dio paso a un descargue de todo lo que yo y da habíamos soportado, ya no era un niño, yo era un hombre, y claramente si el me golpeaba yo lo iba a hacer también.
Aquello había terminado con mi madre llorando en uno de los sillones y colocandole algunos medicamentos, pero a decir verdad el que había terminado peor había sido yo, moretones en la cara y en el cuerpo, una ceja rota, la nariz quebrada, y un labio partido, me sentía liberado pero alterado ¿y ahora que?
Que iba a pasar entre mi padre y yo?
No lo sabía, pero tampoco quería.
Salí de la casa y me dirigí al primer bar que vi, cerveza, cerveza para calmar las penas.
Dos botellas habían acabado en mi torrente sanguíneo, al menos algo herede de mi padre, y no era bueno.
Estaba borracho cuando me disponía a salir de aquel asqueroso bar, no alcance ni siguiera 20 metros cuando caí, caí sentado, rendido, alterado, aterrado de tantos problemas y ahí estaba yo, con una botella en la mano, tratando de olvidarme de todo.
Estaba oscureciendo ya, las luces de las farolas en las calles se empezaban a encender, y con ellas estaban acompañadas dos luces de automóvil que se acercaban a mi, era el auto de ¿Gulianna?
Samuel ¿que te pasó?Me golpearon unos chicos...
¿Y esa botella?
No respondí, está vez no tenía escusa alguna, estaba rendido ya, aquella chica había llegado para ayudarme y por aquel estúpido alcohol no me daba cuenta, a cómo pudo me subió a su auto y me llevo a ¿su casa?
Está Chica era un ángel si lo piensas, tanta amabilidad no es normal, se las arreglo para subirme a él ascensor y me hizo pasar dentro de su apartamento, empezó a curarme las heridas, y lo único que recordé fue como cerraba los ojos en uno de sus sillones rojos terciopelo.
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Real Love♥.
RomanceSerá un fic de Samuel de Luque y tú. Se me hace más fácil escribir un nombre, que tn... así que, no me pregunten porque ese nombre, o cosas así :D Espero que os guste♥