"Los hermanos Miranda irán a Hogwarts, donde conocerán a un grupo extraño de jóvenes británicos"
|Dos países|
|Un cuento que es más real de lo que imaginan|
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Todos los personajes son propiedad...
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30 de Octubre de 1976: Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Ese viernes en la mañana Maia despertó, inusualmente, a las 7:00 de la mañana y sin deseos de levantarse todavía empezó a pensar en lo mucho que había cambiado su vida, pues habían pasado muchas cosas en estos dos meses.
En primer lugar, no pensó que pudiera encontrar un grupo en el cual encajar, puesto que antes tenía la idea de que los británicos eran personas muy serias y estiradas, algo que por supuesto quedó desechado al conocer a los merodeadores. Este grupo de alborotadores la acogieron como una más, James siempre se burlaba de la torpeza de la adolescente y a pesar del poco tiempo se comportaba como dos hermanos, bromeando y peleando a cada rato.
Con Peter la situación era un poco similar, Maia veía en el chico a un hermano menor, su pequeña estatura y su cara regordeta le causaba tanta ternura que le daban ganas de abrazarlo a cada rato (cosa que obviamente Maia hacía). Además se había dado cuenta que Peter no solía hablar mucho y que siempre hacía lo que James decía, siguiéndolo como perrito faldero, razón por la que Maia pensaba que al chico le faltaban algunas lecciones de defensa y una gran dosis de autoestima.
Ahora bien Remus era, inconscientemente, la persona que más quería del grupo, desde aquella vez que amablemente decidió trabajar con ella en clases de pociones se unieron rápidamente, la chica se dio cuenta que Remus tenía muchas similitudes con su hermano mayor.
Y con Sirius... Uff, ambos eran coquetos y unos sinvergüenzas natos, congeniaron inmediatamente creando un dúo dinámico tan problemático como lo era James, Sirius y los gemelos Prewett juntos. Si bien el chico no pudo lograr que Maia cayera ante sus encantos, los constantes coqueteos por parte de ambos no paraban.
- Oh, buenos días días Maia - saludó Dianna, despertándola de su ensoñación - Es raro verte despierta tan temprano, ¿Tuviste alguna pesadilla?
- Buenos días Dianna, no tuve ninguna pesadilla solamente me desperté más temprano... ¿No te importa si entro primero al baño para ducharme?
- No claro que no - respondió Dianna con una cálida sonrisa, algo típico de la chica.
Maia se apresuró en entrar al baño, no quería demorarse mucho ya que suponía que Lily y Marlene despertarían en cualquier momento.
Mientras se bañaba, Maia pensó en lo mucho que agradecía el haber quedado en el mismo dormitorio que Lily, Dianna y Marlene. Las chicas fueron muy amables con ella y nunca en sus cortos 16 años pensó que podía llevarse tan bien con un grupo de chicas de su edad.
Si bien en Chile la chica siempre se rodeó de un grupo grande de amigos, nunca tuvo la confianza de contarles sus miedos y nunca vio que se preocuparan por ella. Maia siempre se destacó por su explosiva y alegre personalidad, lo que producía que las personas la quisieran mucho o la odien; sin embargo aquí, las chicas constantemente se preocupan de que Maia se sienta bien, le preguntan si extraña su antiguo hogar y cuidan que no se golpee tanto (ya que la chica puede ser muy torpe en algunas ocasiones).