Las Hadas Perdidas *EN EDICIÓN*

¿QUE LE PASO...?

Capitulo 16- ¿Qué le paso...?

Pov. Darco

Él está mintiendo, claramente eso es imposible ¿Cómo podría nuestra madre hacernos algo así? ¿La persona que nos protegería?

-Estas mintiendo- dije con la mandíbula apretada- Eso no es posible

-Yo no estoy mintiendo-Natsu se acercó a él con una mirada intimidante, el miro a Natsu con miedo

-¿Estás diciendo que, la persona a la que hirieron ahora es una de ustedes? ¿Que ella ahora quiere matar a sus propios hijos?- pregunto incrédulo

-Esto es inaceptable, es mentira- dijo Erza segura- ¿Maestro?- El maestro estaba de brazos cruzados, su mirada estaba en aquel sujeto que lo miraba suplicante, el suspiro

-¿Porque siento que dices la verdad?- mi corazón latía rápido, esto no es cierto, ella es nuestra madre, mi familia. ¿Cómo pudo hacernos esto? No, me niego a creerlo, y creo que todos nos negamos a creerlo

-¿Dónde está?-el trago saliva y comenzó a explicarnos el lugar donde se encontraban ellas.

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Pov. Nashi

Mi cabeza dalia demasiado mientras abría mis ojos. Intente mover mis manos, pero estas se encontraban atadas, sentada en el frio piso, encerrada en una celda, entonces recordé lo que había pasado, intente mover mis manos en un intento de zafarme de aquellas malditas cadenas, pero era imposible. Observe a mi alrededor y pude ver a Layla igual que yo, en otra celda.

-Layla -Pero ella no contesto, ni se movió. Comencé a asustarme y jalar más las cadenas

-oye tranquila- este idiota- como me encanta es mirada de odio-

-Eres un maldito- dije entre dientes, él sonreía mientras abría la celda

-Gracias, es un cumplido par a mí- dijo riendo, me tense cuando se acercó más a mí- Eres muy bonita- dijo, mientras una de sus manos se posó en mi rodilla, se acercó más a mí, sonreí, el me miro confundido.

Idiota.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, hice mi cabeza para atrás y con fuerza hice que ambas cabezas chocaran, el cayo hacia atrás.

El levanto la mirada, sus ojos rojos, ardían de ira. Sonreí cínica, el sangraba de su cabeza.

-Y tú me das Asco- dije casi escupiendo las palabras, él se levantó dispuesto a golpearme, más una mano lo detuvo.

-Ella no quiere que la dañes- dijo aquel hombre de ojos cafés

-Pero.-me miraba y luego miraba a su compañero, él se fue dando zancadas

-Has lastimado su orgullo- no conteste- chica ruda- él se fue, caminando de forma tranquila. ¿Ella? Quien será. Intente despertar a Layla, pero ella no respondió, otra vez

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Pov. Luna

No tengo muchos recuerdos de nuestra madre, lo que si recuerdo son las bonitas palabras que nos decía siempre, recuerdo su hermosa sonrisa y esos ojos que nos miraban con amor.

Por eso me parece irreal lo que nos acaban de contar, es simplemente imposible.

-¿Acaso creen eso? Es su familia-

-Solo abra una manera de confirmar esto- todos estábamos seguros que no era cierto. Mi madre nos ama y si sigue viva, esta retenida contra su voluntad, esto es la verdad

-Bien, prepárense para salir.tenemos que ir por ellas-

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Pov. Nashi

La cabeza me duele, mis manos igual.

Tengo sueño, pero me niego a dormirme.

Cierro mis ojos, intentado pensar con claridad, qué más puedo hacer, además de esperar.

Escucho una puerta abrirse, y me doy cuenta que entraron a la celda de Layla. Ella aún estaba inconsciente, vi cómo se acercaban a ella.

-¡Aléjense de ella!- grite intentando, ponerme de pie. Pero solo logre lastimarme más, no tenía fuerzas en mis piernas lo que hizo que cayera y jalara de más las cadenas, lastimándome más mis muñecas.-¡No la toquen!- ellos ni caso me hicieron, levantaron a Layla como si fuera un simple costa. Vi un hilo de sangre caer de sus muñecas, sus ojos entreabiertos

-Nashi-un leve susurro salió de sus labios secos. Sin importarme el dolor que sentía, me levante. Me sentía desesperada por no saber a donde la llevaban, lagrimas caían por ms mejillas. Jalo las cadenas, como si fueran a ceder, no me importaba la sangre que salía de mis manos. Ni siquiera sentía dolor. Solo quería ir por ella. Caí de rodillas, respirando agitadamente. ¿Qué más puedo hacer? Todo quedo en silencio. Solo se escuchaba mi respiración agitada.

No sabía que era lo que le estaban haciendo

No sabía que podía sentir tanto miedo

No sabía cómo salir de aquí y ayudarla

Lo único que si sabía, es que los gritos de Layla partían mi alma. Mi corazón pareció detenerse por un segundo ya no escuchaba nada, solo aquellos gritos de dolor que se escuchaban de lejos. No tenía duda de quien daba tales gritos. Cerré mis ojos.

Me puse de pie y volví a jalar las cadenas con más fuerza. Lance un grito al intentarlo nuevamente

-¿Qué demonios estás haciendo?- esa maldita voz, ni siquiera le di mucha importancia. Mi único objetivo era ir a salvar a Layla- Deberías dejarlo, no podrás hacer nada- volví a jalar las cadenas, sentí que estas poco cedían. Sonreí de lado. –Mierda

-No me daré por vencida. Iré por mi hermana- las volví a jalar

-Lo único que lograras es morir, no tienes oportunidad de hacer nada- Su voz tranquila me fastidiaba

-¡No tengo planes de morir!- cada vez sentía las cadenas más flojas- ¡pero tampoco tengo planes de dejar morir a alguien!- las cadenas cedieron- Y menos a mi hermana- El me miraba sorprendido, sonrió de lado. El saco de su saco una llave y la aventó hacia dentro de mi celda.

-Al parecer moriremos los dos- lo miraba con incredulidad- Debes apurarte, tu familia ya pronto llegara-tome la llave, observe mis manos. Sangre escurría y se notaban muy mal. Abrí la puerta y Salí con cuidado

-¿Por qué me ayudas?- lo directo a sus ojos, el solo agacho la mirada

-Solo vete los detendré por un rato- retire mi mirada y Salí corriendo. Estaba atenta a cualquier ruido, los gritos se dejaron de escuchar desde que Salí, por lo que se me hacía complicado encontrar a Layla. Los pasillos se hacían interminables, además de que no había puertas.

-¿Por qué nos haces esto?- escuche muy apenas la voz de Layla, seguí caminado. Cuando me acerque, pensé que jamás volverá a escuchar su voz. Una sonrisa apareció e mi rostro, pero luego el dolor en mi pecho se intensifico al escucharla decir tales palabras

-Una vez, alguien me dijo "No sirven de nada, los seres humanos son sólo juguetes" al principio no lo comprendí, pero tiempo después sabía lo que era realmente- sus palabras desprendían rencor

-¿Qué es lo que entendiste? Por qué no comprendo aun porque lo haces- escuche la voz entrecortada de Layla

-No lo comprenderás ni tu ni Nashi- de repente sentí un gran golpe en mi espalda, que hizo que la puerta se abriera. Caí al piso

-Hola, querida hija- su cabello rubio caí por sus hombros, su mirada no era la tierna mirada que nos daba de pequeños era fría, oscura.

¿Qué le paso a mama?