IV

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AIZAWA

Al escuchar aquel sonido corrí en dirección a mi cuarto y entrando sin permiso al baño encontrándome con mi querido rubio tirado en el piso.

- Que intentabas hacer? Por qué no me llamaste para ayudarte?- vi como lleno de vergüenza se tapaba su entrepierna, le reste importancia y lo cargue para llevarlo a mi cama.

Lo dejé boca abajo y ya recostado saque un ungüento de la mesita de noche y lo coloque en su entrada, al primer contacto sentí como se tensó y temblaba.

- No te haré daño, esto es un ungüento para que ayude a cerrar la herida.

Eso no ayudó de mucho ya que siguió temblando y bueno después de lo que le había hecho como no estar asustado. Termine de colocarle aquella pomada y lo vestí con mucho cuidado, al finalizar lo tape con las colchas y le dije que me esperara.

- La cena está lista, come todo lo que gustes, si quieres más o te hace falta algo no dudes en pedirlo.- Ya me iba cuando escuché su voz.

-salsa- dijo en un susurro

-eeh?- pregunté confundido,no lo había escuchado bien.

-QUIERO SALSA, JODER!! MALDITO VIEJO SORDO!!
- Ahora te la traigo.

Yo no estaba acostumbrado a comer comida preparada por mi,aunque tampoco es como que no supiera cocinar,sin embargo nunca había probado o usado picante en lo que comía,así que no me quedo de otra que ir al mini super que se encontraba en la esquina de la calle.

- Cuál le llevaré,no le pregunté si la quería super picante o cuál le gusta- pensé en voz alta, y al no decidirme tome la decisión de llevar varias y ver cuál elegía. Pague y me dirigí a mi departamento,al llegar fui a la habitación para darle la salsa picante e inesperadamente tomó la que a mí parecer era la más picante hechando le a su curry.

Por mi parte comí en el comedor pensando en que debería cuidar de él hasta que se recupere, teniendo a mi favor el hecho de que sus padres casi nunca se encuentran en casa, como lo se? en los documentos que hay de el en la escuela dice que vive solo y de vez en cuando sus padre lo visitan así que podría tenerlo cerca mío para cuidarlo y por su puesto que no iría a la UA hasta no recuperarse, solo me quedaba orar por qué no me demandara de pedófilo aún que por su orgullo no creo que sea capaz de contárselo a alguien, no dejaría que supieran que perdió contra alguien.

Fui a revisar que todo estuviese en órden y al entrar me encontré con un Bakugo dormido hecho bolita, tome el plato para llevármelo pero verlo dormido, tan inocente e inofensivo, tan tranquilo y relajado no me dejaba que me fuera quería quedarme observándolo por un buen rato, pero caí en cuenta de que ya había oscurecido y tenía que dormir ya que mañana tendría que dar clase así que tome una manta y una almohada y me acomode en el sofá de la sala y me dispuse a dormir.

Al día siguiente.

Me levanté más temprano para prepararme el desayuno a Bakugo, lo dejaría que descansará hasta que se recuperará. Le prepare unos hot cakes, un plato de frutas y un vaso con jugo de naranja.

Entre a la habitación y me encontré con una imagen que a mí parecer era bastante tierna, Bakugo abrazando una de las almohadas de la cama con su rostro tan relajado y pacífico, ese rostro tan bello y hermoso que con tan solo verme se perturba, aquélla sonrisa que al verme se esfuma y se convierte en una expresión de horror.

Dejé el plato en la mesita de noche, espero le guste ya que no soy el mejor cocinero pero hacia el esfuerzo.

Durante el camino a la academia pensaba en formas de hacer que Katsuki me perdonase, ya se que lo que le hice no se perdona fácil,de hecho es imperdonable pero no pierdo las esperanzas.

BAKUGO

Me desperté, somnoliento me talle los ojos y los abrí completamente dándome cuenta que en la mesita de noche se encontraba una bandeja con platos llenos de comida, olía realmente bien y ya que tenía hambre me dispuse a comer aquel manjar.

Al terminar de comer los hot cakes y las frutas tome el vaso con jugo y debajo de este había un papel doblado, me dio curiosidad y lo tomé para ver de qué se trataba.

  -Espero que te guste el desayuno,yo mismo lo prepare, trataré de llegar lo más temprano posible y cuídate de ti. Con amor Aizawa.- leí en voz alta. Me sonroje.- Maldito viejo yo también lo amo pero no caeré y lo perdonaré tan fácil,después de todo me rompió el maldito culo.- pensé en voz alta.

Quería tomar una ducha pero no podía pararme, cualquier movimiento era un infierno, además de que quería aprovechar ese tiempo sin sensei en casa para relajarme y descansar para que esta maldita mierda sane pronto y poder regresar a casa.

Decidí prender la televisión y ver Netflix, puse una película de acción, era muy interesante, pero eso no evito que me ganara el sueño y cayese dormido.

Escuche la puerta de la casa ser abierta y medio me desperté. Se oían pasos acercarse yo por mi parte solo me tapé con las sábanas para acurrucarme lo más pegado a la pared.

  -Ya llegué- oí mientras la puerta de la habitación era abierta dejando ver algo que no creía y era imposible. Lo que mis ojos veían era un gran sorpresa.

MAL COMIENZO [AiBaku YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora