Opción 2: Salir

197 31 16
                                    


Decido salir de una buena vez, no sabes si podría ser una oportunidad.

—Bueno, no es como si tuviera otras opciones—. Sobrelleve mis sentimientos y me aferre a las correas de mi bolso con firmeza.

Tomó aire y salgo corriendo de la casa con el fierro bien agarrado.

El resto del día, me la paso evitando zombies, llendo por la ruta nueva, hasta que por fin, doy con una tienda de conveniencia. Emocionada y aliviada, decido entrar con cautela al no ver infectados cerca. La puerta está rota, y la cortina de metal está a la mitad.

—Vamos allá—. Me armó de valor y tomó lo más fuerte que puedo el fierro en mis manos

Doy pasos cuidadosos y busco algo de comida y productos de limpieza. Se me están agotando las toallas femeninas y el papel higiénico. Por suerte, parece que el área de higiene personal está casi intacta. Contenta, meto lo que necesito en mi gran mochila, todo perfectamente acomodado puede dar.

Ahora paso al área de alimentos, el área más desastrosa.

—¡Vaya suerte!—. Casi gritó emocionada al ver comida, obviamente, no tanta, pero suficiente para mí sola durante los siguientes tres o cuatro días.

Pero cierro la boca al ver qué he hablado fuerte, me podría escuchar un infectado si está aquí dentro.

Para ahorrar tiempo, decido meter todo lo que pueda en mi mochila, luego veré qué sirve y que no. Hecho un vistazo a mi alrededor mientras cierro mi valiosa mochila de supervivencia.

Me levanto y tomó mi arma.

—Quizá pueda ver qué más... —pero al doblar una esquina —¡Ah! —gritó al dar contra un infectado, y caigo hacia atrás, perdiendo mi preciado fierro que salió rodando debajo de un estante.

—¡GRRRLL!— Exclama al ver su cena de está noche, y sí, la cena soy yo.

¿En que estaba pensando relajándome sin dar una vuelta en busca de algún zombie? ¿Qué me pasa hoy? Normalmente soy más cautelosa.

Su olor pudrefacto llega a mis fosas nasales, revolviendome el estómago. Mi mente está pérdida en su asqueroso aroma y en su horripilante cuerpo desfigurado, retrocedo estando aún en el suelo mientras veo como apesar de no ver nada sigue caminando hacia mí, guiado por el olor a sangre que está brotando de mi herida de hace unos días, herida que al parecer se a abierto un poco al caer sobre mis manos y hacer mucha presión en ella.

Maldición, ¿voy a morir aquí?

El crujido de sus huesos, y sonido de su mandíbula moviéndose ansiosa por morder un trozo fresco de carne me hace reaccionar al fin. Cómo puedo, dándole la espalda por una brevedad de segundos, me levanto y logro mover mis paralizadas piernas y huir tan rápido como puedo del monstruo busca-carne.

¡Oh cielos! El reguero de cosas que hay en el piso me dificulta demasiado el poder correr sin pasarme a tropezar cada tanto.

Sin arma, estoy indefensa, y el sonido de las cosas que voy pateando no ayuda mucho.

¡No quiero morir!

-¡Alguien!- gritó sin pensar -¡Ayuda!- casi llego a la puerta con el zombie pisando mis talones.

Cuando creo que por fin, lograre huir de este lugar, un nuevo zombie se asoma por la cortina a la mitad.

¡Oh no! Si lo que buscaba era que alguien me ayudara, yo misma cave mi propia tumba.

¿¡Cómo se me ocurrió que podría haber alguien que me ayudara!? ¡Estoy sola! ¡Creí que ya había aprendido esa lección!

¿¡Así terminará todo!?

Compañeros Peligrosos [BNH x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora