—¡Vamos, apresurate! —Aprieta más su agarre a mi mano que ha empezado a sudar por los nervios y por la carrera.
Los zombies están aumentando y están casi pisandonos los talones. Volteó por un instante y veo sus rostro rasgados y sus ropas harapientas llenas de sangre, algunos con tripas saliendo de su estómago, desearía que fueran más lentos, con esa velocidad uno no creería que están muertos.
—¡No los veas! —Me grita el chico de melena esponjosa. Enseguida centro mis ojos en él, quién me ve con preocupación—. Concéntrate enfrente. —Yo asiento con la cabeza y él regresa la vista en el camino justo en el momento en que un zombie se atraviesa en su camino.
—¡Cuidado! —Grito espantada.
Pero el zombie no alcanza a hacerle nada, porque él se agacha y el rubio cenizo salta por encima de él, acertando un fuerte golpe que le parte el cráneo a la criatura, salpicando si sangre por doquier.
Quedó asombrada ante su coordinación, pero para ellos eso solo es algo común de su día a día.
—¡No te quedes ahí estúpida! —Me regaña el de ojos carmín y regresa a tomarme de la mano.
—¡Pe-perdon! —Regreso a la realidad.
Un portón cerrado más adelante capta mi vista; al parecer es ahí a dónde vamos. Nos detenemos con los zombies a pocos metros de nosotros. Me apresuro junto a los otros chicos a intentar abrirlo pero no funciona. ¿Hasta aquí llegamos?
—Rayos, te dije que no debíamos involucrarnos. —Se queja el de ojos ámbar mientras patea el portón con todas sus fuerzas desesperado.
Un zombie más rápido que los demás se abalanza a nosotros y extiende sus brazos para alcanzarme. Me encojo por inercia para evitar ser atrapada, hasta que un fuerte golpe hace al zombie colapsar a mis pies.
—¡Apresurense! —Un chico de cabello mitad blanco y mitad rojo, de ojos heterocromaticos y con un bate de béisbol empieza a golpear a los zombies sin piedad y con destreza.
La sangre salpica a todos lados, incluido su rostro, pero eso no lo detiene, ¿de dónde salió?
Al verlo actuar así, me da la valentía de levantarme veloz y seguir intentando abrir el portón mientras que él y el rubio cenizo, con ayuda del pelirrojo empiezan a machacar a unos cuántos zombies.
El rubio y el de cabello rojo sangre hacen un buen dúo. El masó complementa el fierro de metal, mientras que el del bate se sabe arreglárselas solo.
Me vuelvo a lanzar sobre la reja con más desesperación intentando abrirla junto con los otros dos que no pelean.
—¡Aahgg! —Gritó frustrada, hasta que caigo hacía adelante al abrirse de la nada.
Por fin estoy dentro junto con los otros dos, los tres chicos que estaban peleando afuera apenas y logran entrar a tiempo.
—¡Todoroki, deja eso ya! —Grita el peliverde tomando de la manga de la sudadera del joven de bate, jalandolo hacia él con fuerza, cayendo dentro de la seguridad de dónde sea que estemos con la reja siendo cerrada enseguida con seguro.
Por un momento, el sonido del gran candado y las cadenas abrazando los barrotes entre si me da la sensación de seguridad aunque mi cuerpo este adolorido. ¿Puedo por fin respirar tranquila?
—¡Maldición! Eso estuvo cerca. —Habla jadeando el cenizo que se recupera en el suelo mientras se quita su chaqueta manchada de sangre y algo rasgada, secándose el sudor de su frente, dejando ver sus musculosos y bien entrenados brazos.
Oh por Dios.
¿Cómo puede estar tan bien dotado? ¡Quiero saber su rutina!
Los zombies me sacan de mi distracción. Aporrean la reja frenéticamente, metiendo sus manos entre los barrotes, desesperados por tomarnos y devorarnos. Si nos quedamos más tiempo a su vista terminarán derribando la gran reja. Solo pensar eso me da escalofríos.
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Compañeros Peligrosos [BNH x Lectora]
FanficEl apocalipsis zombie comenzó. Tú eras alguien solitaria y sin grupo que vagaba en busca de alimentos e intentando sobrevivir sin nadie a tu lado... hasta que diste con ellos. Pero cuidado, algo no anda bien desde que te uniste a su grupo de supervi...