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POV Valentina:

Después de desayunar, Juliana se fue a buscar su laptop y a preparar el espacio en la biblioteca, le dije que la alcanzaría, pero antes quería organizar algunas cosas con Chivis. Mi nana se encontraba metiendo las cosas en el lavavajillas cuando la abordé.

Valentina:-Chiiivis, ven siéntate conmigo, ahorita sigues con eso- mi nana se acercó y sentó frente a mi- Quiero pedirte un favor. Juliana y yo vamos a ir mañana a la capital, probablemente regresemos el lunes o el domingo. Mientras no esté ¿tu podrías ayudarme a empacar las cosas de Carli? Se que ya hemos regalado bastantes, más lo que se llevaron sus hermanas, pero ahora quiero recoger también el resto y trasladar las fotos de la pared a un álbum ¿me ayudas con eso?

Chivis: -Entonces estás lista mi amor-acarició mi mejilla y tomó mi mano-noté la ausencia del anillo, pero ahora veo que en realidad has decidido avanzar. Me encargaré de todo, mañana mismo, cuando regreses estará hecho.

Valentina:- Gracias... ¿Qué piensas de Juliana Chivis? Yo de verdad creí que nunca más podría enamorarme, pero ella es tan especial.

Chivis:-Si Juliana te devolvió esa sonrisa mi niña, entonces si ha de ser especial-me sonrió-sólo deseo que seas muy feliz, nada más que decir.

Valentina:- ¿si sabes que te quiero mucha verdad Chivis?-la abracé- gracias por tanto siempre, por nunca dejarme sola.

Chivis :-Sabes que para mi siempre has sido una hija Valentina, y para Tiberio también lo fuiste.

Inevitablemente lloré, estaba demasiado sensible y las palabras de Chivis me conmovían.

Chivis:- ¿acaso quieres ver a esta pobre vieja llorando Valentina?-me apretó con fuerza. Toma más bien llévate estas magdalenas para que compartas con Juliana y déjame trabajar.

Valentina:- ¡Chivis! Pero si acabamos de desayunar ¿tu has visto cómo come Juliana? No creo que podamos comer de estas.

Chivis:-Tu sólo llévalas, más tarde les llevo un cafecito.

Entré en la biblioteca, Juliana estaba leyendo en su computadora, tenía puestos sus lentes de lectura y una expresión seria de concentración, me encantaban todas las caras de Juliana. Miró la cesta con las magdalenas que traía en la mano.

Juliana:- ¿Qué traes ahí? -sonrió

Valentina:-Pues Chivis, que al parecer nos ve muy flacas jajaja. Son magdalenas, más tarde podemos probarlas.

Juliana:-mmm para ver-las miró con emoción- ¿y si mientras vamos probando una entre las dos?

Valentina:-Jajaja, no puede ser Juliana ¡acabamos de desayunar!

Juliana:-Ay no seas aguafiestas yo si quiero-se levantó y agarró una magdalena de la cesta, la mordió- mmm Dios, ¡Chivis!. Me miró y sonrió- ahora no me pidas-se sentó y siguió comiendo.

Comer era un placer para Juliana, a esas alturas aquello comenzaba a quedarme claro. Le quité la magdalena de la mano y la mordí, solo para molestarla.

Valentina:-Tienes razón si está buenísima.

Juliana:-Ya quedatela-me dio un besito corto- y cuando venga el café nos comemos otra- ¿preparada para escuchar la historia de Estrella del Mar Hurtado?

Valentina:-Soy toda oídos, escritora-Me acosté en el sofá-Juliana comenzó a leer.

Juliana: ... Había heredado los grandes ojos marrones de su madre, una piel de porcelana y un tallado y delgado cuerpo. Su fuerte carácter, contrastaba con su angelical cara. Era una mujer segura de sí misma, poseía el hipnotizador encanto de una persona determinada a lograr lo que se proponía, y en esa época la rareza de encargarse por sí misma de su sustento, manejando un negocio normalmente destinado a los hombres. Gracias a su independencia y a la envidia de las mujeres sumisas del pueblo, se inventaban numerosas historias a sus espaldas y se escuchaban críticas que la catalogaban de cabaretera entre otros adjetivos descalificativos, pero para la desilusión de todos, Estrellita caminaba por el pueblo con su cabeza siempre en alto, sintiéndose bella, segura y libre.

LA ENTREVISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora