Jugando Con El Destino.

•05

La noche transcurrió con calma, todo iba bien. Hasta que una persona entró y el aire se tensó de inmediato.
Se trata de Park Jimin, líder de otra banda, también mafiosa, pero sin ningún tipo de códigos. Ellos no tienen piedad por nadie. Disfrutan lastimando y torturando personas, incluso hay rumores de que han asesinado varios integrantes de otros grupos y gente de su mismo clan, que no han terminado con los encargues.

No me sorprende que el mundo les tenga terror y sobre todo, a el.
Park y Kay han Sido enemigos por varios años, no pueden acercarse al territorio del otro, ni ellos, ni su gente. Está prohibido, aunque bueno, yo, lamentablemente, trabajo en su territorio.

— ¿Quién es? – Examinó la escena y volvió a mi – 

— Jimin, líder de un grupo mafioso – lo seguí con la vista mientras limpiaba la barra –

— ¿Cómo el tuyo? – utilizó el sarcasmo –

— Ellos son peores. Si hay una persona con la que jamás querrás cruzarte, ese es el. – hice un movimiento con la cabeza señalando su imágen .–– Yo ni siquiera debería estar aquí.

— ¿Por qué?

— Este es territorio suyo, nosotros no podemos pasar, se terminaría el acuerdo de paz.

— ¿Y qué haces aquí entonces? – ya lo había preocupado, se notaba en su expresión–

— Tranquilo, ya lo sabe, hizo una excepción porque estoy trabajando – dejé salir un profundo suspiro –– Lo único malo, es que me tiene vigilado desde que entro hasta que salgo. – le mostré a través de señas con la vista a los tipos que trabajan conmigo en la barra, es su gente –

— Bueno, tu solo elegiste esta vida.

— Y no me quejo.

— podrías terminal mal.

— No es lo que tengo planeado. – palmeé su hombro y seguí con mi trabajo. ––

Todavía faltaban varias horas y nuevamente el lugar estaba colapsado.
No había espacio ni siquiera para respirar.
Lucas ya estaba fastidiado, pero de todos modos decidió quedarse hasta mi horario de salida.

Estaba organizando las botellas y los vasos cuando sentí la presencia de alguien más.
Levanté la vista y para mí sorpresa, tenía a Park frente a mi, se había sentado al lado de Lucas. El ni siquiera le prestó atención, estaba tan estresado que no se percató de su presencia.

Junto a el estaba uno de sus matones, imagino que debe ser su mano derecha o algo asi porque siempre los veo juntos.

Park ni siquiera se molestó en mirarme, estaba más ocupado con su teléfono. En cambio su compañero, no me quitaba la vista de ensima.

— Sirvenos unos tragos. – su tono era demandante –

— ¿Qué les ofrezco? –preferí usar un tono más dósil, en verdad no quiero problemas –

— Wishky para mi y para el jefe.. –sus palabras fueron interrumpidas por una voz aún más demandante y con un toque de burla incluída –

–– Dejemos que me sorprenda –de pronto tenía su mirada puesta en mi – ¿Será puedes hacerlo? – en su rostro se dibujó una sonrisa sobrecargada de burla. –

–– Por supuesto. ¿Algo suave o tal vez más intenso? – soñé con borrarle esa sonrisa del rostro, pero tenía que ser más inteligente –

–– Prefiero lo intenso, me aburre lo suave. – esta vez fijó su vista en mis ojos –

Vários tragos pasaron por miente y no estaba seguro, este tipo podría haber probado hasta el agua del inodoro y posiblemente nada lo sorprenda.

Tenía que ser rápido así que opte por un cóctel de piña y zumo de naranja, convinados con vodka, es mágico, un trago extravagante, imposible no disfrutarlo.

Preparé la bebida y la llevé a su encuentro. Volvió a mirarme y al fin se dignó a probar. De inmediato mostró un gesto de sorpresa y asentó dibujando media sonrisa en sus labios.

–– Bueno, te luciste –se cruzó de brazos y se recargó sobre la barra – No es una tarea fácil complacerme – ahora un gesto con la mirada –

–– Me alegro que halla sido de su agrado.

–– No me trates de usted, soy mayor, pero no por mucho, así que tuteame.

–– ¿Y cómo sabes que soy menor que tú?

–– Yo lo sé todo Jeon. –– remarcó la última frase y bebió de su trago sin quitarme la mirada de ensima –

Continué haciendo mi trabajo, nuevamente el lugar estaba repleto y la barra explotaba.
Park seguía ahí, junto a su matón, de vez en cuando giraba a mirarme, yo solo me hacía el distraído, pero podía sentir su mirada sobre mi.

Por otra parte, Lucas ya se había terminado de fastidiar, me hizo señas para llamar mi atención ya que me había corrido al otro lado de la barra atendiendo a la gente.

–– ¿Qué ocurre? – me acerque de inmediato a el –

–– Me voy a casa, no soporto más este lugar.

–– ¿Cuál es el problema?

–– La gente – se quejó – Parece un hormiguero.

–– La gente no tiene la culpa de que seas tan amargado – dejé salir una pequeña risa en lo que el me fulminaba con sus gestos –

–– Como sea, te veo en casa.

–– Va, ve con cuidado.

Fue cuestión de segundos para que abandonará el bar.

Para mí suerte, el mayor de los problemas había estado atento a mi conversación con Lucas, y es que como dije al principio, estaba sentado a su lado.

–– ¿Problemas con tu amigo? – esperó atento mi respuesta –

–– No acostumbra a salir de casa.

–– ¿Viven juntos? – lo noté aún más interesado, sabía a lo que quería llegar –

–– Así es. – no quería darle tanta información respecto a mi vida privada, quien sabe para que la podría utilizar.

— Bueno Jeon... – de un momento a otro se puso de pie – Ya es hora de ir a descansar.

— Está bien, que descanses. – no tardó en alejarse, claro que primero fue por sus súbditos y luego se retiró –

Me despedí y lo seguí con la mirada hasta que desapareció entre la gente. Es la primera vez que me dirige la palabra.
La verdad es que el tiene un socio, ambos son dueños del bar, pero Park es quien pisa más fuerte, todas las decisiones se toman bajo su consentimiento.

Dawn, su socio es quien me contrató. Por su puesto que debió consultarlo con el, y creo que me aceptó para recolectar información o algo así sobre Kai. Aún no estoy seguro, pero tengo mis dudas, y aún más con este nuevo comportamiento hacia mi.

Finalmente mi turno había terminado.
Cómo siempre, deje todo en orden, cerré la caja y salí rumbo a casa.

Una rutina bastante aburrida. Salir del trabajo, llegar a casa y desaparecer por el resto de la mañana hasta que Lucas viene a despertarme para almorzar.
Es agobiante pensar que tendré que hacer esto hasta el día que muera.

                               
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