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Faltaban metros, era muy poca la distancia. No había nadie, solo kay y los chicos, pero era muy evidente que algo no andaba bien.

No tuve tiempo siquiera de estacionar, Jay y el resto se bajaron con el auto en marcha, no miden peligros, aunque claro, es por un buen motivo.
De inmediato corrieron a kay, estaba apoyado sobre la puerta del micro, sosteniendo uno de sus brazos.

Apagué el motor del auto y corrí detrás de ellos.
Las caras largas daban cuenta que nada había salido como esperaban.
Kay había resultado herido, tenía un corte profundo en el brazo que sostenía. Había mucha sangre, un caos había ocurrido y no entendíamos nada.

—— ¿Qué sucedió? –se sorprendió al verlo en ese estado, no es una tarea sencilla lastimar a kay-

—— Las cosas se complicaron. – pronunció entre dientes producto del dolor que la herida le estaba provocando – El sabía lo que le esperaba en su destino.

—— No entiendo –frunció el seño y lo miró con cierta duda– ¿A caso nos traicionaron?

—— No, tranquilo Jay. – ofreció una sonrisa con malicia– Nos tiene mucho miedo como para cometer ese error.

—— ¿Entonces?

—— Uno de los pasajeros trabaja con ese tipo, pero se hizo pasar por alguien más. –se detuvo por un momento y se inclinó hacia adelante, apretó los ojos y volvió a reincorporarse – Escuchó al informante hablar conmigo y alertó a esa escoria.
Cuando el bus llegó a destino, no se veía movimiento adentro, por lo que tuve que hacerme cargo yo y pedir que abrieran las puertas, cuando estás se abrieron, los tipos se me abalanzaron..

—— Y te hirieron –lo interrumpió su chica, Jessi. La única que puede pisarlo en una conversación –

—— Sí –asentó– Pero eso no es lo que me fastidia. –suspiró mientras negaba constantemente – Logró escapar y ahora puede estar en cualquier lado.

—— No te preocupes Kay, lo encontraremos y te prometo que va a pagar por lo que te hizo.

—— Claro que lo hará. – olvidó el dolor y retomó su postura de piedra frívola –

La situación se había salido de control. El pez se escapó del estanque y ahora andaba suelto y atento a lo que pasara, y quién sabe, tal vez pueda vigilarnos. Ya nos conoce, o al menos a la cabecilla del grupo, y no es bueno.
Por otro lado, Kay no va a quedarse de brazos cruzados, va a buscarlo cielo y tierra. Esto pasó de ser un encargue a volverse personal.

Tras una noche larga y complicada, decidí regresar a casa.
Llevamos al Jefe al departamento de una mujer, también parte de la mafia. Solía ser médica, pero sus malos hábitos terminaron por destrozar su carrera. Ahora trabaja para Kay, ella es la médica exclusiva de todo el grupo. Es impecable en lo que hace, no ha tenido errores y no estoy seguro de lo que ocurriría si en algo llegase a fallar.

No estoy seguro de la hora, pero ya estaba amaneciendo cuando mi vista se apagó. Estaba agotado, necesitaba al menos una hora de descanso para poder recomponerme.


                                ———

Un camino oscuro y muchos árboles alrededor, un bosque sin duda. A los lejos se veía algo así como una chosa. Su aspecto era escalofriante, la madera estaba podrida, el techo estaba a poco de colapsar y el color ya era de tono negro.
Cada paso que daba, más podía apreciar con detalle ese lugar.
Estaba a metros, la puerta estaba abierta y escuché murmuros provenientes de ella.
Puse un pie sobre el porche y me animé a terminar de subir, ya estaba por entrar, tenía curiosidad, quería saber por qué había llegado hasta ahí y no me iba a ir sin averiguar el porque.
Cuando por fin me había decidido a entrar, sentí una una voz a lo lejos nombrarme y cada vez se escuchaba más cerca, y cuando sentí la voz en mi oído, volví de nuevo a la realidad.

Jugando Con El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora