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 A Harry se le hizo tarde ese día. No pudo evitarlo. Uno de sus niños de la Academia, se quedó por más tiempo debido a que su padre le salió un improviso y no podría llegar a la hora acordada en el punto de aparición para recoger a su hijo. Harry debió haber salido a comer hace una hora, moría de hambre, pero se quedó cuidando y distrayendo al pequeño y adorable Matthew. Luna no pudo, ya que en ese día, a esa hora, tenía clase, y Neville, acabó las suyas a la par de la de Matthew.

 Amaba enseñar en la Academia. Fue un sueño y anhelo que lo motivó a seguir después de la guerra mágica. Algo que lo ayudó a canalizar su energía y reducir lo negativo, después de lo que había sido una existencia agitada y mortal desde su llegada al mundo mágico.
 La Academia "Moon & Star" comenzó a operar dos años después de que derrotó a Voldemort, y al día de hoy, llevaba sus buenos ocho años enseñando e introduciendo a los niños nacidos de muggles al Londres mágico, y así estuvieran listos y nada desorientados cuando les llegara su carta de Hogwarts. Como ocurrió con el propio Harry. Él no deseaba, si era posible, que ningún niño experimentara lo que él sintió en aquel entonces.

 Meses después de volver a la vida, se había aislado en Grimmauld Place, donde en medio de la agonía y el sentimiento de vacío y quietud, surgió la idea del proyecto, y lo habría emprendido solo, sólo que de algún modo, al estilo del propio encanto de Luna, ella e invitando a su vez a Neville, empezaron los tres a organizar y planear para trabajar en la Academia poco después de graduarse de Hogwarts.
 Hermione y Ron también habían ayudado a su modo, tanto mientras cursaban su último año en el colegio y entre el trabajo en el Ministerio de Hermione, como durante el curso de auror de Ron. Por mucho que insistió el ministro Kingsley, Harry no se unió al cuerpo de aurores, aunque la invitación seguía aún abierta.

Una vez dejando a Matthew con su padre, regresó a la Academia e informó a Luna, que iba al restaurant de siempre para sólo comprar un aperitivo rápido y volvía a tiempo para atender su última clase.
 Estando a una distancia del lugar, donde podía dar un vistado general a las mesas del exterior, paró su andar y se quedó admirando a uno de los comensales de la segunda mesa a la izquierda. Con su porte elegante, un cabello rubio platinado y con una tes pálida, sonríendo radiantemente a la persona al otro lado de la mesa, a alguien que no reconocía. Dicha persona sostenía y acariciaba serenamente una de las manos de Draco. Y eso le dolió en lo más profundo de su corazón. Seguía contemplando como Draco se mostraba a gusto con el contacto, sin perder por un momento el semblante sereno en su precioso rostro, y dando tentativamente unos cuántos pasos más, notó la mirada soñadoramente amable en sus ojos grises. Esa mirada que mostraba cuando estaba en presencia de su madre, Narcissa y del mismo Harry.

 ¿Quién era esa persona? ¿Y qué significaba enla vida de Draco?

 Con aquello, Harry al momento evocó las últimas semanas y trató de recordar algún cambio en Draco, en su trato o en sus gestos estando en casa, y no encontró algo inusual. Y no es que Draco no pudiera hacer su vida sin tenerle que decir los por menores a Harry pero, Draco era muy selectivo con sus amistades, y casi no era fan del contacto físico con ellos. Salvo con Pansy que le gustaba abrazar, pero ahí no podían hacer mucho al respecto.

 Hasta donde el sabía y le habían contado, desde el momento que heredó su parte veela, Draco sólo admitía el contacto físico sin reservas, con los que consideraba familia y con su pareja verdadera, en este caso Harry. Y lo que estaba presenciando era como si esa persona fuera él y en su lugar un tercero fuera el espectador. No lograba entender y a cada momento sentía más presión en su caja toráxica.

 ¿No se suponía que por ser parte veela, Draco no podía estar de esa forma con otra persona? ¿Hubo alguna cofusión en Draco en escogerlo y ahora realmente había encontrado a su pareja verdadera? Tal vez Harry no notó cambios en su trato, por los cinco años juntos y Draco a su vez, se estaba preparando para confersarlo.

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