RUBIA EXPLOSIVA

24 4 0
                                    


T/N: Tu Nombre
T/A: Tu Apellido

.........................................................................

El tiempo pasa lentamente y mis ojos empiezan a cerrarse hasta quedarme profundamente dormida.

(...)

-T/N, T/N.- Dice suavemente Izuku mientras me tambalea. Abro los ojos y me levanto.

Izuku baja a la cocina. Me ducho lentamente, con pereza. Seco mi pelo con una toalla suave y me pongo el uniforme de la U.A.
Al bajar me siento en una silla observando a mi alrededor.

-Cariño, come algo por favor,  llevas toda la semana sin a penas comer.- Dice mi tía preocupada. Niego con la cabeza.

Izuku y yo nos vamos a la escuela en ese ya habitual silencio.

Me siento en mi sitio. Pongo las manos cruzadas sobre la mesa y mi cabeza sobre las manos. Cierro los ojos escuchando el barullo de la clase.

-Sabes T/N...- Levanto la cabeza. Quien me habla es Bakugo, anhelaba su voz y que dijera mi nombre, además de sus preciosos ojos sangre. 
-Lo odio.- Dice.

-¿El que?- Pregunto curiosa.
-Odio verte así, odio al tipo qué te ha sacado tu brillo.- Me observa estudiando mi cara.
-Lo mataré.- Se sienta y mira al frente, ya no me habla en lo que queda de clases hasta la hora de la comida.

Salgo y cojo el camino al comedor sola. Tras coger la bandeja con una mínima porción de comida, me siento en la mesa de siempre en silencio.
Me miran compasivos.
Con un tenedor nuevo la comida en el plato.

-T/N, deberías comer algo, se te ve realmente mal.- Dice Kyoka tocándome ligeramente la mano.

-No tengo hambre.- Todos me están mirando.

-Por favor T/N, debes comer.- Dice Tenya, visiblemente preocupado.

No aguanto que me miren así, me levanto y salgo de la cafetería, corro al campo de entrenamiento físico.

En vuelvo mis manos con cintas y golpeó repetidas veces el saco de boxeo, con odio, con furia, con determinación. Empiezo a perder el control, una superfuerza se desata, cada golpe es más fuerte que el anterior, más cargado de ira. El saco se tambalea bajo mis puños. Suelto un fuerte grito que emerge de lo más profundo de mi garganta y pego otro puñetazo al saco, el cuál se rompe y sale volando.
Caigo sobre mis rodillas mientras me vista empieza a nublarse y las lágrimas se resbalan por mis mejillas, de una manera silenciosa. Apoyo mis manos en las rodillas.

Noto la mano de alguien sobre la mía.
Giro la cabeza, para ver a su propietario.

-Hola extra.- Suelto una débil risa, sonriendo. Bakugo me sonríe.

Este es uno de esos momentos en los que necesitas aferrarte a algo o a alguien para no caer en un inmenso vacío, y en este momento esa persona es Bakugo. Lo cual me hace feliz, porque en una mayor parte mi tristeza era causada por Bakugo, ya que había pensado que me había abandonado.
Pensaba que lo había perdido.

Entre lágrimas me lanzo hacia Bakugo, agarrando su camisa con las manos y escondiendo mi cara entre ellas, mojando su camisa con mis lágrimas. Con sus brazos me rodea, abrazándome.
Lloro hasta que no caen más lágrimas, y la camiseta de Bakugo está encharcada.

-Vamos, te llevaré a casa.- Me ayuda a levantarme.
Caminamos hasta la clase, me apoya en la pared.
-Espera aquí, cogeré nuestras cosas.- Asiento levemente.

En menos de dos minutos sale Bakugo de clase.
Camina, yo apuro el paso para seguirle. El silencio y la tensión son notorios en nuestro camino a mi casa.
Al llegar Bakugo se detiene y me mira.

-Adiós extra.- Se gira para irse. En un arranque de valentía le llamo, él se gira a mirarme.

-G-Gracias.- Le sonrío y entro a casa cerrando la puerta tras de mí.

-¡Cariño! ¿Que haces aquí?- Pregunta mi tía asomándose al pasillo.

-No me sentía muy bien, pero ya estoy mejor.- Sonrío y subo a mi habitación para tirarme en la cama. Mi débil cuerpo está muy cansado. Así que caigo en el suave lecho del pesado sueño.

(...)

-T/N, es hora de cenar.- Me despierta un sonriente Izuku. Me levanto y le sigo a la cocina.
Mi tía me pone un plato poco lleno, con las esperanzas de que coma. Gracias a Bakugo me siento bien, y tengo hambre, mucha hambre.
Empiezo a comer ansiosa la comida del plato. Izuku y mi tía me miran sorprendidos cuando me lo termino.

-¿Hay más?- Le pregunto a mi tía. Ambos me miran atónitos mientras mi tía asiente efusivamente. Me llena el plato y me lo da.

-Por cierto T/N, ten.- Me tiende una hoja.
-Son las notas.- Tomo la hoja y observo las notas. He aprobado, pero por desgracia no con muy buenas notas, no estaba con demasiados ánimos.
Habia perdido a Bakugo y también a la persona de la que tanto intenté enamorarme. 

Sonrío. Al acabar subo a mi habitación, me tumbo en la cama mirando el techo, cuando llega un mensaje irrumpiendo el silencio.
En la pantalla veo el nombre del remitente.

Bakugo: Que duermas bien maldita extra.

Inconscientemente sonrío a la pantalla.

T/N: Igualmente rubia con carácter.

Apago el teléfono. Me tapo con las suaves mantas, para dejarme llevar por el cansancio.

(...)

La alarma suena arrancandome del sueño a la fuerza, asustándome caigo de la cama al frío suelo soltando un quejido. Me levanto y me pongo el uniforme.

Despierto a Izuku, quien se queja removiendose por la cama. Le tiró de las sábanas para que se levante.

-Levántate o le digo a Ochako que te tiras pedos asfixiantes.- Me río cuando se levanta corriendo.
Me voy a desayunar.

Escucho un grito y me giro hacia donde proviene, de la escalera. Cuando miro veo a un Izuku cayendo patosamente, hasta caes a mis pies en el final de las escaleras soltando un quejido. Me río pero le ayudo a levantarse.

Cuando ya estamos listos partimos a la U.A. hablando de mi mejoría, y de la trayectoria de su relación con Ochako.

Me siento en mi sitio, cuando Bakugo entra por la puerta con sus ojos pegados a mi, sonríe levemente. Se sienta.

-Hola niñita.-

Amor explosivo💥 (T/N y Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora