Capítulo 2: "La fiesta"

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Aparcamos el coche; nos encontrábamos frente a la casa de Derek Modric uno de los chicos más deseados de todas la escuela por el que miles de chicas morirían, y la verdad es que era muy guapo y tenía un aire encantador, pero en mi opinión su mayor problema es que vivía enamorado de sí mismo.

-Alice vamos.-me llamó Giss, al parecer me había quedado embobada pensando, no le di importancia me levanté y fui con mis amigas.

Entramos por la puerta, la verdad es que la casa era espectacular, atravesamos el jardín y entramos.

Nada mas entrar divise a alguien y por desgracia para mí sabia que el también me había visto y venía directamente hacia nosotras.

-Hola chicas, me alegro de que halláis podido venir.-dijo Derek.

-Por favor sabes que no nos lo habríamos perdido por nada en el mundo.-dijo Lía amistosamente.

Me alejé del grupo, no tenia ganas de verle pero seguí escuchando a Giss cuando dijo:

-Chicas mirar quienes están alli.-dijo Giss señalando a una multitud de personas que yo no había visto en mi vida.

Supuse que eso formaba para de su plan y lo confirmé cuando me guiñó un ojo y un segundo después habían desaparecido.

Iba a comenzar a buscarlas cuando alguien me agarró del brazo, me apartó de la multitud y me llevó a una habitación que estaba vacia.

La habitación estaba a oscuras pero antes de que encendiera la luz ya sabía perfectamente quien se encontraba allí a mi lado.

-¿Derek que quieres?. -le dije en tono cortante.

-Hablar contigo, ¿o es que no puedo?.-dijo el.

-Pues podríamos haber hablado fuera.-sabia perfectamente lo que pretendía-.

-Venga Al aquí estaremos mas tranquilos, además prefiero que tengas toda tu atención puesta en mi.-y me guiño un ojo.

Al, el siempre me llamaba así, la verdad es que siempre había sido un buen amigo y aunque fuera un poco creído era un chico genial.

-¿Porque iba a querer tener toda mi atención puesta en ti?.-dije siguiendole el juego.

-Venga los dos sabemos que te encanto.-me dijo en tono juguetón-. Por cierto estás preciosa esta noche.-Dijo sonriendo mientras me miraba de arriba a abajo-.

Porque tenía que sonreír siempre eso le hacía un poco irresistible.

-Por favor no seas creído no me encantas.

-Nunca has sabido mentir Al, y sabes que se también que te mueres de ganas de besarme.

No me dio tiempo a contestarle cuando quise darme cuenta me agarró de la cintura y junto sus labios con los mios, sin darme tiempo a reaccionar, probablemente tendría que haberme separado pero deje de darle vueltas a todo y simplemente me dejé llevar.

-Ves soy irresistible, ni siquiera la mismísima Alice Powell es capaz de resistirse a mis encantos.-dijo cuando nos separamos-.

Fue ahí cuando me di cuenta del gran error que había cometido al besarme con aquel imbécil. Era tan engreído simplemente no podía con él.

Salí rápidamente de la habitación y me dirigí a buscar a mis amigas, le oí llamarme pero no iba a volver a aquel sitio con él.

Cuando encontré a mis amigas me dispuse a hacer como si nada hubiera pasado, Giss me dirigió una mirada fulminante y yo asentí con la cabeza dándole a entender que dejara el tema, aunque sabía que tarde o temprano tendríamos una conversación sobre ese asunto. Pero a pesar de lo que acababa de suceder iba a seguir disfrutando de la noche porque ni él ni nadie me la iba a estropear.

Un segundo para soñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora