El cuerpo de esa mujer era definitivamente acendrado (Puro y sin mancha ni defecto)
Sentía una satisfacción enorme recorrer su espalda y sus piernas. Su respiración era toda una melodía; Casi como una maravillosa obra de Beethoven.
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Me sorprendió lo suficiente que a la dama le empezará a agradar el momento. Cada vez el ambiente cambiaba a algo un poco más inefable.
Sus gemidos finalizaban en fuertes respiraciones, mis manos estaban firmes en su talle. Ambos estábamos al borde de la locura, mi cuerpo se unía con el de Saria.. El momento a pesar de que era efímero también se podía describir como placentero.
*Saria*
Asimilar lo que estaba sucediendo no era nada sencillo. El sujeto acariciaba mis mejillas en todo momento; pasaba sus labios por mis pechos. Estaba casi segura de que era un signo inequívoco de que él estaba invadido totalmente de pies a cabeza de una ferviente pasión directamente hacia mí cuerpo.
Y no cabía duda, tan solo de mirarlo ya era notorio.
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Senti que dos de sus dedos se hicieron al lado de mi rostro, tratando de adivinar que deseaba los lami placenteramente. El los bajo y mordiendo su labio introdujo solo uno dentro de mí mientras que los músculos en mi cuerpo se estremecían ante el sutil tacto; Mis manos se fundieron en la cama eran un apoyo para no caer en la desesperación. Baltasar sujetó con fuerza mis caderas y besaba mi espalda.
Baltasar: Me atrevo a decir que tu sabor es exquisito.
Saria: .Mal..maldición *exhala*
Baltasar: Escuchar esas palabras de tu dulce boca me producen más sed de ti
Saria: Ya lo creo...
Baltasar: Desde este momento es bajo tu responsabilidad decidir si aun deseas calentar a este intruso.
Saria: Lo que deseo es que no te detengas..
Baltasar: Estoy completamente bajo tus ordenes princesa
Saria: O... Ough~ Maldición... Se siente exquisito
Baltasar: Y aun estoy iniciando..(...)
Tus caricias tienen el poder de llevarme al cielo y hacerme arder en el infierno también.
