camino sin retorno

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Pent se dirigía hacia las puertas dobles del restaurante buffet, pero antes de llegar Pree lo tomó del hombro, llamando su atención y volviendo a provocar una extraña sensación en mi estómago por ése simple contacto.

- Podríamos pasar antes por las habitaciones,  creo que a todos nos vendría bien sacarnos el uniforme y darnos una ducha. ¿No te parece? - dijo esto último dirigiéndose a mi.

- Por supuesto, vamos a la habitación.

El uso del singular, junto a la sonrisa lobuna de Pent hizo que mis peores premoniciones volvieran a mi mente. Me detuve un segundo, respiré profundo mientras trataba de calmarme e ingnorar todas las imágenes, sumamente eróticas, que se agolpaban en mi cabeza ante la idea de compartir, no solo habitación,  sino ducha y cama, con aquel par de hombres, cuyas anchas espaldas comenzaban a alejarse de mí.

Sabía que mi aspecto me hacía asemejar un cordero que se dirige a la cueva del lobo, y que, realmente, eso era lo que estaba pasando. Aún así seguí caminando docilmente tras los dos apuestos hombres cuyo porte atrapaba las miradas de las mujeres a su paso.

Entramos en el  ascensor que nos llevaría al cuarto piso. No estaba lleno de gente, no se detuvo por avería,  ni era tan pequeño que nos obligara a apretarnos, sin embargo subimos en un silencio tenso. Apenas un minuto, durante el cuál no alejé la mirada de mis zapatos negros, temiendo encontrar la mirada dulce de Pree, la incitante de Pent o, aun peor, ésa mirada cómplice entre ellos, que nunca hasta ese día había visto y que me provocaba sensaciones extrañas.

Ni siquiera el letrero de "suite royal" junto a la doble puerta profusamente decorada me preparó para lo que albergaba el interior.

A primera vista la suite constaba de dos estancias separadas sólo por el tipo de suelo.

Una moqueta blanda y suave en el dormitorio,  ocupado casi en su totalidad por una inmensa cama redonda de color blanco, llena de cojines, con luces, espejos en el techo y dosel.

Sin ninguna puerta ni pared que las separara seguía la zona embaldosada, con una bañera jacuzzi redonda encastrada en el suelo, también rodeada de espejos y con un colorido biombo como única privacidad.

Mis dos compañeros también habían observado todo con expresiones embelesadas. No eran muchas las oportunidades que teníamos de alojarnos en un lugar tan lujoso y  sospechaba que nuestra afortunada ubicación se debía, sobre todo, al descarado coqueteo de Pent con la recepcionista.

Leí el folleto explicativo que había sobre un mesa junto a la puerta. En este indicaba el horario del comedor. Miré mi reloj, eran más de las 6 p.m. El comedor cerraba a las 9 p.m. pero no admitían acceso a partir de las 8.

Iba a comentarlo con el resto, pero lo que vi al apartar la mirada me hizo elvidar hasta mi nombre.  Pree ya había colocado su chaqueta y camisa en una bolsa de lavandería y se movía por la habitación con el torso desnudo y los pantalones del traje. Sostenia en la mano un par de prendas que dejó cuidadosamente sobre la cama. Sus movimientos eran fluidos y seductores y la ondilacion de sus músculos suaves y perfectos, hipnótica.

Oh, no! Debía llevar más de 20 segundos mirándolo fijo, porque centró la mirada en mí y me regaló una sonrisa tan amplia que sus ojos llegaron a desaparecer.

Ocultando mi turbación aparté la mirada... mala idea. Mis ojos pasaron de la figura moldeada de Pree a la absolutamente perfecta, maciza y cuadrada de Pent. Totalmente desnudo, de espaldas a nosotros, entraba en el jacuzzi con deliberada lentitud. Tuve una buena vista de sus fuertes muslos, sus nalgas perfectas y sus caderas estrechas antes de quedar oculto por la bañera. Tardé un poco más en darme cuenta de que él me veía mirarlo embelesado a través del Espejo. Me regaló un sensual guiño antes de hablar.

-Puedes usar el baño si sientes pudor -señaló una puerta oculta tras el biombo - o puedes unirte a mi...

Creo que batí un récord de velocidad. Entré en el pequeño baño, me senté en el suelo y me quedé varios segundos abrazado a la bolsa con mi ropa de cambio, mientras recuperaba la respiración.

"Ducha, ropa, cena y dormir. No pensar" me repetí varias veces para ponerme en acción. Tenía que tomar las riendas de mi cuerpo sin pensar que podrían estar haciendo los dos hombres que tanto me gustaban ahí fuera.

Juntos...

Desnudos...

-Boooooo! - la voz grave de Pree llegó a través de la puerta cerrada y la cortina de agua de la ducha - No tardes, por favor. Tengo que usar la ducha también. El idiota de Pent ha puesto el agua demasiado caliente y no quiero escaldarme las... Las piernas.

Las risas de Pent resonaron a coro con las de Pree, mientras yo, sin razón, volvía a respirar tranquilo.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2021 ⏰

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