Las piedras me enseñaron a volar.
El amor me enseñó a mentir.
La vida me enseñó a morir.
Así que, no es difícil caer al flotar como una bala de cañón.
Cicuenta y tres.
Las piedras me enseñaron a volar.
El amor me enseñó a mentir.
La vida me enseñó a morir.
Así que, no es difícil caer al flotar como una bala de cañón.