⦁T/n Potter y la cámara secreta⦁ (Draco Malfoy Y Tú) //2//

⦁Capitulo 2 - La advertencia de Dobby⦁

Ninguno grito, pero estuvimos a punto de hacerlo. La pequeña criatura que yacía en la cama tenía unas orejas grandes, parecidas a las de un murciélago, y unos ojos verdes y saltones del tamaño de una pelota de tenis.

La criatura se levantó de la cama e hizo una reverencia tan profunda que toco la alfombra con la punta de su larga y afilada nariz.

- ....¿Hola? - saludé.

- Harry y T/n Potter - dijo la criatura con una voz aguda, que estaba segure de que se habria oído en el piso de abajo - hace tanto tiempo que Dobby quería conocerlos... Es un honor tan grande... -.

- Gra... Gracias- respondimos.

- ¿Quien es usted? - pregunté.

- Dobby, señorite. Simplemente Dobby. Dobby, el elfo doméstico - contestó la criatura.

- ¿De verdad? - dijo Harry - Bueno, no quisiera ser descortés, pero éste no es el mejor momento para recibir en nuestro dormitorio a un elfo doméstico -.

Desde la sala de estar llegaba la risa aguda y falsa de Tía Petunia. El elfo bajo la cabeza.

- No es que no me agrade conocerlo - se apresuró a añadir Harry - pero, en fin, ¿Ha venido por algún motivo en especial? -.

- Si, señor - contestó Dobby, mientras yo escuchaba atentamente - Dobby ha venido a decirles, señor... No es fácil... Dobby se pregunta por dónde comenzar... -.

Tengo un mal presentimiento.

- Siéntese - dije, educadamente, señalando la cama.

Para mí sorpresa, el elfo comenzó a llorar, era un llanto muy ruidoso. ¿Qué hice mal?.

- ¡Sen... Sentarme! - dijo - Nunca, nunca antes... -.

Me pareció oír que las voces decaian en el piso de abajo.

- Lo siento - murmuré - no quería ofenderlo -.

- ¡Ofender a Dobby! - repuso el elfo - A Dobby nunca ningún mago le había pedido que se sentará... Como si fuera un igual -.

No pude evitar sonreír, mientras Harry le indicaba un lugar en la cama a Dobby, para que se sentará.

- Se ve que no ha conocido a muchos magos corteses - dijo Harry, intentando animarlo.

Dobby negó con la cabeza. A continuación, sin previo aviso, se levantó y se dio golpes con la cabeza a  la ventana, gritando;

- ¡Dobby malo! ¡Dobby malo! -.

- No... ¿Qué está haciendo? - dijo Harry, se acercó al elfo de un salto y tiró de el hasta llevarlo de nuevo a la cama.

Yo no sabía cómo reaccionar, ¿Por qué se estaba golpeando? ¿Era un método de autolecion cuando creía que había hecho algo mal? Seguro era eso.

Hedwig y Snow se acababan de despertar dando un fuerte chillido y se pusieron a batir las alas furiosamente contra los barrotes de la jaula.

- Dobby tenía que castigarse, señor y señorite - explicó el elfo - Dobby ha estado a punto de hablar mal de su familia, señor -.

- ¿Su... Familia? - murmuré.

- La familia de magos a las que sirve Dobby, señorite. Dobby es un elfo doméstico, destinado a servir en una casa y a una familia para siempre -.

Eso... Suena muy deprimente.

- ¿Y saben ellos que está aquí? - preguntó Harry, con curiosidad.

Dobby se estremecio.

- ¿Quién... Quiénes son tu familia Dobby? - pregunté.

- No, no, señor, no.. Dobby tendría que castigarse muy severamente por venir a verles, señor. Tendría que apretarse las orejas en la puerta del horno si llegarán a enterarse -.