Descarga de responsabilidad: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.
NA: Primero que nada una disculpa por la demora, espero que disfruten el capítulo final.
Muchas gracias por leer.
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Parte 10 de 10
Final
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Esperanzas y despedidas
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El tiempo es relativo.
Pronto llegó Shikamaru al hospital de konoha. Sin duda era imposible que le dejaran ver a Hinata a esas horas de la madrugada, pero necesitaba decirle algo, lo que fuera con tal de poder encontrar un poco de paz. Mientras escalaba la pared del hospital recordó lo sucedido la noche anterior, justo después de salir dando un portazo de la casa de Shino Aburame.
¿Cómo se atrevía Hanabi a decir algo así? Si él hubiera sabido que Hinata estaba embarazada, se hubiera hecho responsable. Si Temari lo dejaba al enterarse, se habría resignado pero si la rubia hubiera decidido quedarse, se lo habría agradecido infinitamente y hubiera continuado con su compromiso, pero atendiendo siempre las necesidades de su hija. Él siempre quiso una vida simple y tranquila, pero terminó siendo el consejero del Hokage, el líder de su clan, esposo de la princesa de Suna y padre de dos niños de diferente madre.
Sin duda había sido, y seguía siendo, un imbécil con Hinata, nunca se fue la culpa de haberla desplazado tan fácilmente de su vida justo cuando pensaba pedirle que empezaran una vida juntos. ¿Por qué lo había hecho? Sin duda Temari representaba el fuego, la energía que por mucho tiempo lo hizo sentir que estaba en casa, que regresaba en el tiempo y se podía ocultar en el regazo de su madre. Pero con Hinata siempre fue distinto, ella era como agua. Hinata era cálida pero suave, con ella la vida parecía fresca y tranquila, se dejaba guiar por él pero también representaba un cambio a como había vivido siempre, lo desconcertaba el no poder tener el control de las cosas, porque ella era agua que se podía escapar entre los dedos. Así que cuando tuvo que elegir se inclinó por lo conocido.
Recordó lo sucedido hace unas horas, cuando llegó a su casa vacía y como un autómata subió hasta su habitación para sentarse en la cama y sujetar su cabeza entre sus manos. Estaba cansado por la misión, desanimado porque Temari se había ido con Shikadai, y triste de ya no poder hacer nada por Hinata. Entonces, en un lapsus de coraje y frustración, se puso de pie para golpear la mesa de noche que estaba a su lado, rompiéndolo y haciendo que la lampara se cayera y rompiera en pequeños pedazos. El fuerte ruido lo sacó del trance y siendo guiado por su supuesta inteligencia, se inclinó para recoger los pedazos de madera y vidrio. Fue así como pudo ver una hoja de pergamino amarillenta en el suelo, tal vez se había caído del mueble.
¿Sería algo del trabajo? ¿o tal vez una nota de Temari? Con pocas ganas de seguir recogiendo el mueble roto, se sentó en la cama y abrió la hoja, sintiendo como su corazón saltaba cuando reconocía la caligrafía. Era una carta de Hinata.
Shikamaru Nara:
Desconozco si sigues viniendo a la cabaña, sabes, no tengo el valor de dejar esta nota en tu casa, porque a pesar de que ya no estés con tu esposa, no me atrevo a acercarme, así que espero que un día la encuentres porque necesito que sepas algo. Mi hija Naoko Hyuuga es también tu hija y acabo de revelarle esa verdad hace poco tiempo, por lo que creo que es momento de que las verdades dejen de ocultarse y por una vez en la vida hagamos las cosas bien. Aquella tarde en que me enteré que estaba embarazada, fui a buscarte y te encontré en las orillas del río Naka, justo en el momento en que le proponías a Temari-san que se fuera a vivir contigo. Pero ni aunque yo me sentía triste y molesta contigo por haberme engañado, no pude decirte nada. Confié en ti y tu me diste de beber un té abortivo todo el tiempo que estuvimos juntos, actuaste por tu propia cuenta cuidando de tus intereses. Así que al final decidí no reclamarte nada, pero en un momento de orgullo también decidí que no sabrías nada de nuestro hijo.
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Mendokuse [ShikaHina]
FanfictionDos herederos cuyo único anhelo era encontrar su lugar en el mundo, terminaron enredándose en algo mucho mayor. Algo demasiado problemático, porque las cosas nunca salen como queremos, y menos cuando se trata de sentimientos. ShikaHina.