Cap. 2 Sombras y amor

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Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto. Di no al plagio.

N.A.: Quiero agradecer el buen recibimiento que tuvo la historia, aquí está la continuación.

Advertencia: lemon, pareja crack y drama. Capítulo recomendado para mayores de edad.

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Parte 2 de 10

Sombras y amor

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Ya había pasado poco más de un año desde que Shikamaru fuera nombrado oficialmente como líder del clan Nara. Al no ser un clan muy grande, realmente no era difícil para él lidiar con sus obligaciones, además de que el consejo se encargaba de la mayor parte del trabajo.

Fue así como comenzó con su entrenamiento para un día ser el consejero de Naruto. En las mañanas trabajaba con Kakashi en la torre del Hokage, a veces iba al medio día a ver a Naruto a la biblioteca para ayudarle a estudiar, en las tardes revisaba algún pendiente de su clan y si no tenía nada que hacer, salía con sus amigos a cenar o se quedaba en casa a leer o a jugar shōgi hasta que era hora de dormir o de encontrarse con ella.

La verdad era que se sentía satisfecho con su nueva rutina, casi no tenía tiempo para sentirse miserable o deprimirse.

Justo en esos momentos estaba en su recamara, ese día había decidido que haría un poco de limpieza, pues las capas de polvo ya eran molestas para su nariz, y fue así como encontró cierto pañuelo de tela con el dibujo de un petirrojo.

Después de que Chouji descubriera su secreto, continuó con sus pasionales encuentros en una pequeña cabaña escondida dentro del bosque Nara. Y en todo ese tiempo no había sido capaz de decirle a Hinata que seguía enamorado de Temari y que no tenía ningún problema con sus encuentros, pero que no quería lastimarla porque de alguna forma comenzaba a conocerla, apreciarla y a ansiar el verla.

Cuando se encontraban en la aldea, se saludaban con un movimiento de cabeza y cada uno continuaba con su camino. Pero en la noche, cuando recibía un ave con un trozo de papel blanco, él escribía el kanji de 'bosque' y se dirigía a la vieja cabaña, donde encendía una pequeña antorcha y la colocaba junto a la puerta y entraba para poner a calentar un poco de agua para té.

Esa luz se perdía entre la naturaleza del bosque, pero era totalmente visible para un Byakugan entrenado, quien al haber recibido el pequeño kanji, esperaba a que la luna saliera para adentrarse al bosque de los Nara.

Cuando ella llegaba, su suave toque antes de abrir la puerta lo estremecía. No necesitaban palabras, pues ninguno sabía qué se debía decir en esos momentos, pero ambos eran conscientes de la atracción que había entre ellos.

Él solía invitarle una taza de té, el cual ella aceptaba con una tímida sonrisa y bebían en silencio, con el sonido del viento y golpeteo de sus corazones como único testigo de aquello. Casi siempre terminaba de beber ella primero, era entonces cuando él recogía las tazas nervioso pero listo para lo que seguía.

A veces ella iniciaba con un breve beso en los labios, era en ese momento que marcaban la intensidad de aquel encuentro. Si él continuaba el suave tacto, ella tomaba la iniciativa y se acostaban en la cama, enredándose entre las sábanas y el largo cabello de ella. Pero si el beso que ella comenzaba era apasionado, la desvestía en ese mismo lugar, la sentaba en la mesa y la tomaba con desesperación, y podían terminar en el piso o en cualquier lugar.

Le gustaba tomar nota de cómo ella iba superando su timidez tanto en el sexo como en la vida diaria. Le gustaba cuando ella era apasionada y buscaba su propio placer y cuando la veía en reuniones con sus amigos en la calle sin ruborizarse y reír abiertamente.

Mendokuse [ShikaHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora