Capitulo 4: Traumas.

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"Un pasado oscuro te puede matar,  las experiencias de vida te personalizaran, la psiquis de la gente es lo mas primitivo que hay,

No hay manera de borrar la maldad de tu estar, solo queda dejarlo en el pasado y continuar"      
                                      –Deigamer                                       Traumas

   

–Lo primero es conseguir un coche. Dijo Lucía

–La neta. Afirmó Miguel.

–Y ¿cuál? Pregunté.

–Alguno que sirva. Bromeó Miguel. –Así o más, negro. Dije en tono sarcástico.

–que tal aquel. Dije señalando un Camaro parecido a un Mustang, de color naranja con franjas negras que lo dividían en dos desde el cofre hasta el parachoques Si tengo doce años pero se de autos, mi tío era mecánico y me obligaba a ayudarle y una vez que le dio apendicitis me “encargó” que arreglara los autos que le faltaban, si era un cascarrabias pero cuando no estaba ebrio no era tan mala persona, Diablos como pude pensar en mi madre cuando fuimos a la casa de Amanda se me debió haber olvidado que ella falleció.

–Tiene estilo. Dijo con una expresión en el rostro como un meme creado en el 2011 llamado “not bad” que en español significa “nada mal”.

–Okay tomamos ese, y ya no vas a manejar moreno, ¿Lucía?  Dije en un tono sugestivo a que ella manejara.

–No se manejar. Dijo levantando la ceja izquierda en expresión de descontento o de repulsión como si a ella ya no le atrajera yo. Creo que en mi rostro se notó una expresión de sorpresa pero porque lo que he dicho solo pasó en milésimas de segundos.

–Okay yo manejo. Dije aplanando la

boca, o sea haciéndola una raya tan plana como el cabello de la cabeza de Alberto, Alberto un compañero que se sentaba conmigo en casi todas las materias por el número de lista él era el 26 y yo el 27. Entonces subimos al Camaro y nos fuimos hacia una tienda que era como un supermercado pequeño que se encuentra entrando a la ciudad de Chihuahua, el motor se escuchaba muy bien  así como un ronroneo de gato adiestrado y como la carretera estaba muy despejada aproveché para pisarle al acelerador vi a Lucia con el rabillo del ojo, pegada al asiento y con una mano muy bien aferrada al reposabrazos de la puerta. Al llegar, hice todo lo que algún día quise hacer, me estacione en 3 lugares de DISCAPACITADOS.

–Dios cuantas ganas tenía de hacer esto dije suspirando. Amanda se bajó rápidamente del coche y… vomitó Já ni cuenta me di cuando despertó.

–Jaja bien entren y a ver cuento pueden rapiñar. Vamos de compras. Continué. Cada quien tomó un carrito, y fue a buscar algo.

–Lucia, no quieres venir conmigo. Le pregunté. Asintió con la cabeza con una sonrisa en el rostro, valla que soy estúpido, lo que creo que en realidad pasa es que ella quiere verme feliz.

–Ven. Susurré señalándole nos fuimos a las zona de chamarras de hombre si de hombre no uso talla de niño ya uso como 16 o 18. Encontré una sudadera azul con unas letras en ingles en el frente y un gorro con forro negro como de seda y una cinta blanca que acomodaba el gorro, rápidamente me la puse.

–Ven vamos por algo para que luego no me regañen, ¿quieres una maruchan? Dije señalando con la linterna el pasillo de deshidratados.

–si está bien si no hay nada más. Diablos me mira con ojos de “cuando pueda mato a este loco, si intenta algo conmigo”, no soy estúpido como para intentar “algo” con ella…

PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora